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Nate:

El león marino me guía hasta la playa, aunque me resulta curioso que no nos acerquemos, lo que ella hace es señalarme desde la arena, a los surfistas que podrían darle clases a mi equipo y de los cuales muchos de ellos se encuentran surfiando las olas.

—Y el es Cristobal.—Me señala al último hombre.—Ocupo el segundo puesto en mi ultima competencia. Perdió por pocos puntos debo aclarar.

Pongo los ojos en el sujeto.

—El también podría ser una buena opción ¿No crees?.—Ella se vuelve hacia mi.

—¿No tienes calor?—Pregunto señalando la ropa que lleva puesta, la que consta de una blusa holgada larga hasta las mangas y jeans oscuros, además de un gorro de playa que cubre su rostro.

—No.—Rayan se acomoda el gorro y levanta la mirada.—¿Ya elegiste a uno?

—Si.

Ella luce emociona por saber a quien de los cinco chicos elegí.

—¿Quien..—Su sonrisa desaparece en cuanto la señalo.

Rayan suspira.—Te dije....

—Dijiste que ibas a mostrarme a tu competencia, pero jamás dije que aceptaría que uno de ellos ocupe el puesto que quiero para ti.

—¿Entonces si desde el inicio tenias una repuesta... de que sirvió esto? Solo perdí mi tiempo...

—No lo hiciste, en realidad,  gracias por el tour, pero sigo prefiriéndote a ti.

Ella deja ir un respiro.—Ya te dij...

—Rayan Dominika Pepper.—Escucho la voz de un sujeto detrás de mi, los ojos de Rayan se encuentran en el.

Me giro y me coloco al lado de Rayan, hay un tipo presumido, acompañado de tres chicos más, quienes deben ser sus amigos, además de cada uno llevar  su tabla de surf en manos.

—Bryson.—Dice ella con un tono molesto.

—No te habíamos visto aquí hace mucho... —El sonríe, coloca la mirada en el mar y luego en Rayan.—¿Y tu tabla?

Están incomodándola. Eso lo noto.

El tipo ríe.—Lo olvidaba.. ¿Este año tampoco nos honraras con tu presencia, no es así? 

Rayan no responde y el se dirige a sus amigos.

—Vengan, chicos. Nos vamos, no puedes tratar con fracasados.—Entre risas ellos desaparecen. Deben ser de los típicos surfistas presumidos, siempre hay de esos.

Rayan abandona la playa y mis pies no tardan en seguirla, ella ha empezado a irse.

—¡Rayan, espera!

Abre la puerta de su  camioneta y me apresuro en buscar el folleto en mis bolsillos, al encontrarlo, se lo extiendo.

—Vamos, tómalo.

Ella se mantiene dándome la espalda.

—Al menos dime que vas a pensarlo una vez más.

Agito el folleto y ella se gira, sus ojos bajan al papel, pero al menos ella decide tomarlo en las manos.





Rayan:

Llego a la tienda y nuevamente encuentro a papá al lado de la vitrina, esta vez limpiando mi tabla de surf.

Perfecta SincroníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora