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Nate:

Luego de recibir el mensaje de Halle, voy a la tienda de cebo y me causa cierto conflicto que ella no se tomara la molestia de avisarme a mi y haya tenido que ser Halle por quien me entere.

Hay una patrulla de la policía, solo una y al estar frente a la tienda, se nota las dos lunas de la ventana completamente quebradas, como si se hubiera realizado un altercado.

Mierda.

Ingreso al lugar, empujando la puerta ya abierta, son las siete de la mañana y ya hay curiosos, entre muchos los vecinos, parados fueras de sus casas y cerca a la tienda de cebo .

Ahí dentro, se encuentran dos oficiales,  junto al mostrador hay uno anotando las dclaraciones de Rayan, quien se encuentra junto a su padre y Halle.

Por otra parte, el segundo oficial se encuentra observando las lunas rotas en el suelo.

—¿El es?. —Pregunta al verme.

Todos ponen los ojos en mi.

—Nate. —Pronuncia Rayan.

—¿Lo conoce?. —Inquiere el oficial que toma nota.

—Si, es... es mi amigo.

Amigo soy.






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—Solo es un rasguño, Nate. Ni siquiera me di cuenta que me lo hice. —Me asegura Rayan, pero noto cierto nerviosismo.

Aparto los ojos de ella y los pongo sobre su padre y Halle, quienes están a unos metros de nosotros, la madre de Halle acaba de llegar y los oficiales se fueron hace cinco minutos.

Acerco mi mano al rostro de Rayan, paso el pulgar debajo de la curita que cubre la herida producto del vidrio roto.

Ella me toma la mano y la baja. —No duele. En serio.

Suspiro.

—Le diré a los chicos que el entrenamiento de hoy se cancela.

—¿Qué?.—Me cuestiona.—Claro que no. Estoy bien, ya di mi declaración, que la policía haga el resto, además..

—Rayan...

—Además no tienes la autoridad para cancelarlo. —Abro los ojos y ella se cruza de brazos. —Yo soy la entrenadora, tu me diste ese poder.

La miro con sorpresa, Rayan suspira.

—Y si lo cancelas, no tendremos sexo.

Me río. —Pero que valiente eres para decírmelo aquí. —Cabeceo en dirección a su padre, quien para mi alivio no escucho las palabras de Rayan.—¿Cuándo te volviste mandona?

Perfecta SincroníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora