Perfecta Sincronía

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Rayan:

Sin mirar atrás y solo con el ruido de los ánimos que me da mi equipo, sobre todo Nate y Nataly, ella quien es la más eufórica, acompañados de Mark y Thomas, mientras que Sheyla y Timothy aún procesan la noticia de que Anthony se cambiara de equipo, con esos alaridos de emoción inicio mi camino hacia el mar.

Bryson mantiene una postura seria, sigue mis pasos nadando a unos metros de mi, tengo toda su atención y también de las personas que comienza a reconocerme.

—¿Es Ryan Pepper?

—El león marino.

—¿El león marino volverá a surfear?

Y así como esos comentarios, recibo muchos más, algunos que logro notar y otros no,  mientras los compañeros con los que competí años anteriores y que residen en Rosemary Beach, me ceden el pase a la siguiente grande ola.

Sonriendo y uno que otro aplaudiendo mi regreso, a lo que devuelvo ese gesto con una sonrisa.

Los chicos siguen abriéndose dándonos espacio, pero permanecen en una buena distancia, donde puedan tener una imagen clara de nuestra amigable competencia.

Paro de remar y  Bryson se a quedado metros detrás.

Me vuelvo hacia el, dándome cuenta que aunque se vean pequeños en la orilla, más personas se han reunido para vernos. 

—¿Seré la primera, entonces?.—Le pregunto.

Bryson arquea una ceja. —Solo surfear, León marino.

Me vuelvo hacia el mar y espero una ola mucho más grande que las que suelen venir y cuando finalmente mis ojos la captan, cierro los ojos por un breve instante.

"Deberías estar orgullosa de quien eres"

"Creí que mi Rayan era lo suficientemente lista para saber que no era su culpa"

"No escondas quien eres, Rayan"

El corazón se me acelera, mis ojos se abren y sin dudarlo me lanzo hacia la ola.

Remo dos veces, justo cuando la ola se levanta y me paro sobre la tabla, mis pies se clavan con fuerza y mi cuerpo mantiene la postura.

Inclino las rodillas cuando se deben y dejo que la ola me guíe, que me impulse subiendo por encima de ella, sigo la ruta a la que me lleva y vuelvo a bajar.

"Los grandes surfistas mantienen una perfecta sincronía con la naturaleza, el mar y las olas"

Los alaridos vienen de la orilla y también a unos metros de mi, los cuales no pierden mi concentración, porque enseguida ya me veo dentro de la ola.

Siento el frío, la velocidad contra mi piel y el aire fresco productor de la misma ola que me roza los talones. Sonrio y estiro la mano, como antes, tocando todo mi camino en el tubo que realizo.

Mierda...

Mierda.

Lo estoy logrando.

Mamá, lo estoy logrando.

Siento la emoción alocando mis nervios,  mi corazón late en mis oídos y se une a un solo ruido junto a la ola que estoy surfeando.

Parece eterno, parece que no va acabar y se siente maravilloso dominarla.

Realmente la domino.