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Nate:

Pánico, terror... Miedo.

Solo puedo describir las emociones que experimente después, porque cuando vi como el coche se iba dejando el cuerpo inmóvil de Rayan sobre el suelo, no tuve tiempo para procesar la combinación de sentimientos que manifestaban mi cuerpo.

Corrí y todo se sentía en cámara lenta, mis oídos escuchaban lejano las voces. "¿Lo vieron? Díganme qué lo vieron" "¡Llamen a una ambulancia!"

Estoy seguro que más de uno gritaba, pero yo no los escuchaba bien.

—Rayan... Rayan...

Reacciono o eso creo, tengo más conciencia al llegar a su lado, veo la sangre esparcida en el suelo, sus rodillas raspadas y la herida sangrante en su pierna.

Mierda... mierda..

Ella está inconsciente.

No.. no...

—¡Nate, Nate...! ¡Ya llamaron a la ambulancia! ¡Nate!

No me doy cuenta que Fredd está llamándome, hasta que pone su mano sobre mi hombro, tira de mi, exigiéndome verla a los ojos.

—¡No es momento de entrar en shock, Nate! . —Me grita. —¡Rayan te necesita, resiste por ella!

Aunque aún proceso lo ocurrido, con la vista borrosa, producto de mis lágrimas, asiento con la cabeza.



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Ella estará bien...—Me recuerdo a mi mismo. —Ella estará bien.

Ya no me importa nada más, ni la competencia, ni ganar, lo único que quiero es que ella esté bien.

Que Rayan abra los ojos, pero desde que la hicieron cruzar esas puertas blancas en una camilla y la alejaron de mi, no hemos tenido noticias.

Su padre está aquí, Halle también y la madre de ella, quien consuela al padre de Rayan diciéndole que ella está bien, pero seguramente sobre todo para evitar que sufra un infarto como anteriormente lo hizo.

Tomo un respiro profundo, creo que esa es la razón de porque tampoco ha venido hacia mi y a echarme quizás la culpa.

Halle viene a mi lado.

—¿Estas bien?. —Me pregunta. —Oí que llegaste mal al hospital.

—No fue eso... fue la impresión. —Intento decir, cierro los ojos sintiendo el peso.. —..Y el miedo me dejó así.

Los abro y siento su mirada sobre mi.

—No debí dejar que vaya por el cebo sola. Mierda.

—Lamentarse no servirá de nada. —Me dice Halle  y niega. —Rayan es fuerte... Quiero que lo recuerdes.

Hace una pausa.

—¿Te preguntas porque no me veo tan preocupada?.—Continua con una sonrisa leve.

Toda mi atención se pone en Halle.

—Es Rayan. —Me aclara. —Hablamos de Rayan, estoy segura que ella saldrá de esto muy bien.

Yo también quiero creer lo mismo.

Las puertas se abren y el doctor aparece, examinando a uno por uno, la expresión que tiene en su rostro me hace dudar y por esa misma, se que lo que va a decirnos seguramente no va a gustarnos.




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Aunque nos permiten verla, dejo que su padre e incluso Halle ingresen a su habitación, pero yo permanezco en el pasillo, observándola desde ahí, mis pies quieren entrar , pero el doctor abandona el cuarto de hospital y aprovecho para preguntar por la salud de Rayan.

—Doctor.

Se detiene al oírme. Me pongo frente a el y aparto los ojos de la habitación de Rayan.

—¿Ella... Rayan estará bien?

Me da una sonrisa amable. —Ella estará bien. Ahora lo está.

Su seguridad me hace sentir aliviado.

—El golpe que recibió no trajo consigo contusiones severas. —Me responde. —Estará mejor cuando despierte y no tardará en hacerlo.—Pone los ojos en la puerta.—Querrás estar ahí cuando suceda ¿No?

Asiento con la cabeza.

—De todas formas necesita reposo y estar en cama los próximos días.

Empiezo a entender la situación de Rayan, pero es algo que ya temía.

El continúa. —Entiendo que la señorita Pepper tenía una competencia este fin de semana.

—Si, en tres días. Eso cambió ahora.

—Lo lamento. —Dice el. —Muchos querían ver el regreso del león marino. Será para otro próximo año.

Antes de marcharse a atender a sus otros pacientes, agrega que le demos la noticia lo más calmado posible y que no la alteremos, pero.. conozco a Rayan.

Conozco cuanto ama el surf y cuanto le costó volver a las olas porque fui testigo de ello.

Es por eso que no importa si encuentro las palabras calmadas y correctas, se que va a reaccionar mal.

¿Cómo voy a decirle?

¿Cómo le diré que no podrá competir?

Perfecta SincroníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora