Rayan:
Hay una ventisca fuerte a estas horas y no hay ningún surfista cerca, incluso la torre de salvavidas está cerrada y las únicas luces que visualizo son las que hay detrás de mi, en las rutas de las casas que van una tras otra.
Clavo la tabla en la arena y me quitó el gorro de playa, cojo la liga que llevo en mi muñeca y hago un moño , recogiendo todo mi cabello.
Me quito la blusa holgada y la que tengo dentro también, hago lo mismo con los pantalones hasta quedarme solo en el bañador que me puse antes de venir, el frío me cubre el cuerpo y a diferencia de antes que no me importaba, ahora si puedo sentirlo quedándome los huesos.
Definitivamente he perdido el toque.
Suspiro y recojo mi tabla, camino hasta la orilla y coloco los pies sobre el agua.
El corazón me golpea muy fuerte y me repito a mi misma estar tranquila, solo esperando que las imágenes no vuelvan una vez que el agua me llegue hasta el torso.
Trago saliva y no lo pienso, ingreso al mar, el agua fría me hiela la sangre, pero no me detengo.
Hay ciertas temporadas cuando el agua es caliente por las noches y otras cuando no, esta es una de ellas, aunque de todas formas las aguas de Rosemary Beach siempre tendrán un poco de frío.
Me subo a la tabla y nado hasta el inicio de las olas, me detengo por un momento y espero a que un par de ellas pasen.
El corazón se me acelera mucho más.
Chasquea los dientes. —Veamos si el León Marino aún existe, Rayan.
Me subo a la tabla, mis pies se sostienen despacio y logro poner de pie sin caer, como antes y creo que el corazón me va a salir disparado del pecho en cualquier momento.
Lo estoy logrando....
De verdad lo estoy logrando.
Sonrio y la ola termina por cubrirme, levanto la mirada y mi sonrisa crece, hasta logro poner la mano sobre las aguas, pero aunque no son mis piernas las que me hacen perder el equilibrio.
Mi mente si lo hace.
"—¡Ayudame , Rayan!
Caigo.
Caigo golpeándose con fuerza y una segunda ola me revuelca, junto a mi tabla.
La respiración se me va, mi cuerpo cada vez hundiéndose y mis ojos se abren dentro del agua.
"—¿Estas segura?
—Nadie lo sabrá.
Escucho su risa, la mía, quiero gritar "No entren", "No entren ahí"
Comienzo a ahogarse, mi cuerpo se siente pesado y no puedo subir a la superficie, no puedo nadar aunque lo intente.
Me hundo. Me hundo como ese día.
La vista se me borra, todos mis sentidos dejan de funcionar.
El recuerdo se va y todo queda a oscuras.
ESTÁS LEYENDO
Perfecta Sincronía
RomanceRayan Dominika Pepper, mejor conocida como "El león marino", es la ganadora de cinco años consecutivos en la competencia de Surf de Rosemary Beach. O lo era, hasta que una tragedia la azotó y la alejó de las olas para siempre. Al menos eso esperaba...