Rayan Dominika Pepper, mejor conocida como "El león marino", es la ganadora de cinco años consecutivos en la competencia de Surf de Rosemary Beach.
O lo era, hasta que una tragedia la azotó y la alejó de las olas para siempre.
Al menos eso esperaba...
Ojos de cachorritos tristes, es así como podría describirnos mientras le pedimos a la madre de mi mejor amiga que la deje competir.
Tuve mis dudas al principio, pero Halle esta segura de hacerlo y debo recordarme que esto es Rosemary Beach, no ese lugar.
Además quiero creer en Halle como ella cree en mi.
—Por favor, mamá...—Suplica con ambas manos juntas.
Ella nos observa con reproche entonces suelta un suspiro y deja caer los brazos que traía cruzados hace poco.
—No sé si a tu padre le guste esto...
—Mamá .. —Halle intenta hablar, con un tono más serio. —Creo que la opinión de papá no entra en la ecuación después de lo que hizo.
—Sigue siendo tu padre, Halle.—Le recuerda.—De todas formas tengo que consultar esto con el.
Halle se muestra decepcionada.
—Cariño.—Suelta un suspiro agotador.—Intentaré persuadirlo de decir lo contrario.
—Suerte con eso. —Murmura Halle, pero las dos la hemos escuchado.
Su madre insiste.
—¿Realmente quieres hacer esto?.
—Si.. —Halle niega con una sonrisa plasmada en su cara. —Y no estoy oxidada, se surfear , además quedan dos días y Nate me entrenará.—Dice mirándome a mi y regresando su atención a su madre.—Estoy segura que lo lograre.
—Halle..
—Solo quiero intentarlo y dar lo mejor de mi, mamá. —Sigue ella.
La observamos tragar dudosa. —Hablaré con tu padre, Halle. —Vuelve a repetir. —Merece saberlo.
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—Siguiente. —Pronuncio riendo, Sheyla se retira y con una sonrisa le entrega el marcador negro a Timothy, pero ella se queda con el rosa.
Otro de mis alumnos me deja un recordatorio en el yeso que rodea mi pierna y mientras ahora Timothy traza las líneas, me inclino a observar como va a quedando cada firma o recordatorio.
Nataly dibujó un León marino, Mark hizo un testamento y Thomas no se quedó atrás, en cuanto a Sheyla, ella utilizo el marcador rosa en casi la parte baja de mi pie y hasta ahora es el que más resalta junto al león marino de Nataly.
Y Timothy, el hace una firma grande y con las palabras "Recupérate pronto, Rayan"
—Le toca, profesor. —Timothy le entrega el marcador negro a Nate.
El se acerca a mi y sonríe.
Arqueo una ceja. —Que no sea ninguna obscenidad.
Todos ríen.
La puerta se abre y todos nuestros ojos van hacia ella hacia Halle.
—Dijo que si.—Pronuncia dejándonos callados.
Abro mucho los ojos.
—¡Dijo que si!. —Levanta la voz eufórica, sin tomarle importancia de que estamos en un hospital.
Pero no puedo hacer nada, ahora todos tienen la misma emoción que ella.
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Papá termina de acomodar mi almohada y me cubre con las sábanas, listo para dejarme descansar.
—¿Ya estás cómoda , pescadito?
—Si, gracias.. —Le respondo. —Pero no tienes que quedarte, papá. El sillón no es muy cómodo..
—La comodidad no importa mientras acompañe a mi hija.
Sus palabras me conmueven.
—¿Y el cebo?.—Agrego.
—Ya deje eso en manos de Halle.
Alzo las cejas.
—Halle y ese muchacho Bill están haciendo las entregas por mi.
—¿Halle y Bill?. —Pregunto incrédula.
—Ellos mismos. —Me asegura papá. —Por eso, no hay nada que me impida quedarme con mi pescadito.
Sonrio despacio y el también.
—Y tengo buenas noticias para ti. —Me cuenta, lo miro llena de interés. —Mañana te dan de alta, ya firme los papeles.
—Por fin...—Suspiro aliviada.
Papá baja la mirada a mi pierna y la vuelve a subir. —Lamento que no pudieras concursar, Rayan.
—Habrá más años ¿No?.—Quiero pensar en positivo.
El reacciona muy sorprendido.
Yo se lo aseguro.—No voy a dejar que esto me quiebre. No voy a retroceder.
Puedo ver el orgullo en su mirada, el orgullo que yo le causó.
—Tenias razón.—Le menciono.
—Rayan...
—Volví para quedarme, papá. —Le menciono con seguridad, mis ojos llenándose de emoción.
Esto no va a detenerme.
Ya no.
Mientras mis pies puedan mantenerse firmes sobre una tabla, no volveré a dejar el surf nunca más.
—El león marino no dejará de surfear. —Digo orgullosa de mi misma.
