Rayan:
—Un plato de Ostras Rockefeller de entrada, dos platillos de Cioppino y una ensalada de langostas.—El mesero escribe nuestro pedido en un cuadernillo.—¿Algún vino en específico para degustar?
Nate pone los ojos sobre mí, niego recordándole que no bebo y él sonríe.
—Que sea una jarra de té helado.
—Té helado.—Anota eso también en el cuadernillo, el mesero pasa la mirada de mi a Nate.—¿Y el postre?
Mi cita vuelve a observarme, esperando una elección mía.
Separo los labios y respondo.—¿Tienen banana Split?
—Claro que si, madam.—Me dice y procede a leer lo escrito en su cuadernillo.—Entonces repito su orden completa. Un plato de Ostras Rockefeller de entrada, dos platillos de Cioppino, una ensalada de langostas. Una jarra de té helado y una banana Split...
Nate y yo asentimos con la cabeza, el guarda el cuadernillo.
—Su orden está siendo preparada y muchísimas gracias por elegirnos.—Se retira, pero unos segundos después regresa, en realidad siento como me toca del hombro.
Me vuelvo.
—Felicidades por su regreso, señorita Pepper.
Abro los ojos .—Gracias.
Se retira y me vuelvo hacia Nate al encontrarnos solos.
—Creo que esta noche cenare con una celebridad.—Comenta el.
—Nate.
Me sonríe.—Pero madam..
—Si, a veces usan esas palabras aquí.—Reímos.
Giro mi rostro hacia el interior del restaurante, nuestra mesa está en la terraza con una vista hacia el mar de Rosemary Beach, hay otras tres mesas más abajo, igual de ocupadas y esta noche parece ser uno de los días en los que tienen más clientes, porque solo hay dos mesas desocupadas en el segundo piso.
El aroma salado de la playa sube por mis fosas nasales y una ventisca me recorre los hombros, los cuales traigo desnudos al llevar un vestido, me paso las manos y Nate se da cuenta.
—¿Tienes frio?
Separo los labios para responder, pero él ya se ha dejado llevar por mis gestos, Nate se levanta tomando su chaqueta, que se encontraba apoyada en su silla y me lo coloca sobre los hombros.
Sujeto la abertura, justo donde va el cierre.—Gracias.
Toma su silla otra vez, el mesero llega con la bandeja en la manos, donde trae consigo la jarra de té y dos vasos, también los cubiertos.
Nos sirve y se retira.
La música que acompaña el ambiente es muy relajante.
—Te ves muy hermosa.
El corazón se me acelera y el calor se impregna en mis mejillas, Nate mantiene su media sonrisa.
—Si no puedo dejar de decírtelo es porque es la verdad.
—Y porque te gusta sonrojarme.
—Sí, eso también.—Admite.
—Sobre la competencia...
—¿Estas nerviosa?
Es mi regreso, si lo estoy.
—Aterrada de cierto modo y ansiosa, más ansiosa.—Admito yo.
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Perfecta Sincronía
RomanceRayan Dominika Pepper, mejor conocida como "El león marino", es la ganadora de cinco años consecutivos en la competencia de Surf de Rosemary Beach. O lo era, hasta que una tragedia la azotó y la alejó de las olas para siempre. Al menos eso esperaba...