18

6.2K 552 37
                                    

Rayan:

—Despacio, papá. —Le pido mientras lo ayudo a llegar a la cama. Después de tanto quejarse del hospital, por fin estamos en casa.

Sin embargo el sigue quejándose. —Estoy bien, pescadito, no me trates como un abuelo... además primero debes acabar tus estudios antes de volverme abuelo.

—Papá....

Logro hacer que de unos pasos más, que se acueste y le cubro con las sábanas.

—Ahora, no quiero que te preocupes y menos que te levantes de ahí.—Le pido.

—Mi tienda de cebo..

—Yo me encargaré del cebo, no necesitas hacerlo. —Le interrumpo.

—Ya tienes bastante trabajo con tus alumnos, Rayan.

—Con quienes mi horario comienza después de entregar el cebo, ya hablé con ellos. —Le aviso. —Me pasaré por las entregas antes y luego iré a entrenarlos.

Papá está inquieto y no luce nada convencido.

Suspiro. 

—¿Puedes confiar en mí? ¿O no crees que pueda con este trabajo? También el cebo ha sido parte de mi vida.

—Claro que confió en ti.

—Bien. Entonces relájate y déjame todo a mi.






¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





—¿Entonces si hubo sexo?

—Halle...—Advierto, ella se ríe.

—¿Hubo sexo o no?

Sonrojada respondo. —Si, hubo, pero..

—Genial, quiero los detalles.

—Pero no te daré los detalles. —Completo.

Mi amiga suspira llena de decepción. —¿Tampoco me dirás el tamaño?

—¡Halle!

Ella ríe.

—Las mejores amigas se cuentan todo, además antes no había problema.. ahora porque los das.

—Intento ser mejor persona.—Me justifico.

Ella me empuja el brazo de broma.

Sonrio. —El me gusta en serio.

—Eso tiene más sentido para mi. —Dice Halle con una expresión pensativa. —Pero... ¿No me dirás el tamaño?

Perfecta SincroníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora