9:"Conversaciones"

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Diego.

Todos los días me he sentido terrible. Esa sensación en el estómago no me deja tranquilo y el pecho me duele tanto que a veces hasta pienso que se me bajó la presión o algo así. Lo único que quiero hacer ahora es estar solo, de hecho, lo hago. Al escuchar la campana sólo me voy a la biblioteca sin decir nada, el Pipe cree que estoy enojado y en realidad si lo estoy.

En ese lugar lleno de libros siempre hablo con la Cata, ella siempre me ha acompañado y logro olvidar un poco el dolor cuando estoy con ella, es una buena amiga. También me ha animado a leer más, pues al terminar de leer ¿Seguiremos siendo amigos?, me di cuenta de lo bacán que era olvidarse de tu propia vida e imaginar otra que ni siquiera existe, pero parece tan real que a veces te sientes identificado con eso y, quizá, te ayude a sobrellevar la mierda que tienes que pasar a veces.
Como sea, estoy sonando como un amargado y cosas así, mejor dejo el tema para otro momento.

Aquél día no planeaba hacer mucho, sólo lo de siempre y tal vez algo más, pero no estaba seguro de eso último. Lo que quería hacer podía sonar como una tontería, pero era necesario, al menos para mi. Dejé que el día avanzara como siempre, estuve en compañía de la chica de cabello negro mientras mirábamos algunos libros o conversabamos sobre diversas cosas, fue agradable y podía sentir que cada vez me ponía un poco mejor gracias a eso.
Cuando llegó esa hora que tanto esperé, respiré profundamente y le rogué a Chayanne, a Dios y al Osito Gominola para que ese chico de ojos miel llegara, pues necesitaba hablar con él. Al ver al castaño dirijirse hacia él, una parte de mi se arrepintió, pero había esperado bastante tiempo para esto, así que dejé todo ese sentimiento atrás y me acerqué.

-Hola Iván.

-Hola.- Me sonrió levemente.- ¿Cómo estás?.- Su voz seguía siendo suave y tranquila, como siempre.

-Bien, ¿y tú?.

-Bien, gracias.

-Hola Diego.- El chico de ojos verde azulado me saludó, aunque se notaba que estaba algo tenso.

-Hola, necesito hablar con tu novio, ¿puedo?.

-Ah.. Claro.. Los dejo.- Miró a Iván y este sólo sonrió, así que, se retiró tranquilamente, o eso parecía. Una vez estuve yo solo con el chico suspiré y miré el suelo.

-¿Qué sucede?.- Preguntó con suavidad.

-Es que.. Tengo algunos problemas con Zain.

-Oh..

-No quisiera provocarles problemas a ustedes pero yo tampoco sé como explicarle sin hacer que se enoje o algo parecido.. No lo conozco lo suficiente.

-Entiendo tu punto, está bien. Sólo dime lo que pasa y voy a hablar con él.

-¿En serio?..

-Por supuesto, no quiero que ninguno se sienta mal.

-Gracias..

-¿Quieres sentarte en algún lugar?.

-Hm.. Podrá sonar tonto pero en el suelo está bien.

-No es tonto, suele ser la mejor opción que hay.- Sonrió y se sentó de una forma extrañamente ordenada.

-Oh.. Ok.- Me senté a su lado y pensé en cómo decir lo que me llevaba molestando por tantos días.- Hm.. ¿Puedo preguntar algo un poco personal?, sé que me estoy dando muchas vueltas, perdón

Tu mejor amigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora