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Luna.. ¿de miel?

Luna

-Capaz tiene problemas de bipolaridad, andá a saber.-dijo Isa mientras subíamos al ascensor.

-No boluda.-contesté riendo.

Les había contado a las chicas la buena acción de Valentín y estaban igual de impactadas que yo.

-Este es el piso.-habló Rochi una vez que el ascensor se detuvo.

Si todo salia bien, este iba a ser nuestro nuevo departamento.

Nos costó muchísimo encontrar un lugar en el que las tres estemos cómodas y el alquiler sea accesible, así que estábamos bastante emocionadas por verlo.

Rochi abrió la puerta y las tres entramos mirando todo.

El barrio en el que se encontraba no era muy lejos del centro y se veía tranquilo, más que nada porque eran calles llenas de edificios.

Era un departamento normal, una cocina, un baño y una habitación para cada una, no eran muy grandes pero estaban bastante bien.

Había un espacio en el que podíamos poner un sillon y simularía una sala de estar.

-Yo digo que sí.-dije mientras miraba por la ventana sonriendo.-¿Qué opinan?

-Yo digo que re si.-Isa apareció a mi lado y ambas miramos a Rocio para esperar su respuesta.

-Yo solo digo, que cuando tengamos que hacer maquetas esto va a ser un despelote.-confirmó Rochi e Isa y yo pegamos un gritito de la felicidad mientras nos lanzábamos a abrazarla.

Creo que mi sueño desde que soy chica es mudarme con mis amigas.

(...)

Desorden.

Esa es la palabra que me describe en estos momentos.

Ayer hablamos con el dueño del departamento y ya nos dió una llave, y como emocionadas que somos ya empezamos con la mudanza.

Va, Rochi empezó con la mudanza que ayer mismo ya fue a llevar unos muebles que tenia en no sé donde.

Igualmente no me quejo, era un día ideal.

Sábado a la tarde. Mi familia había ido a merendar a la casa de los Oliva y yo tenía toda la casa para mí y para poder juntar tranquila todas mis pertenencias.

Estaba metiendo ropa adentro de las cajas cuando escuché el timbre.

Rápidamente pausé la música de mi celular y me quedé en silencio. No es de mala, pero no tengo ganas de atender gente, que piensen que no hay nadie.

Me quedé unos segundos en silencio pero el timbre volvió a sonar y de manera reiterada e insistente.

-¡Pará boludo! Ya nos escuchó.

-No parece.-escuché dos voces masculinas provenientes de la calle y me asomé por la ventana.

Manuel y Valentín estaban parados en la puerta.

¿Y a estos que les pasa?

-Saben que la merienda era en su casa, ¿no?.-pregunté cuando abrí la puerta y Manu rió mientras que Valentín solo miraba con cara de nada.

-Nos mandó mi vieja.-habló Manu.-Tu mamá nos contó que te ibas a mudar y que se yo y nos mando a que te ayudemos a llevar las cajas.

Mamá te banco, pero que vieja metida sos a veces.

Suspiré mientras rascaba mi nariz.-Gracias por haber venido, enserio. Pero si quieren irse no hay problema, me imagino que no tienen ganas de pasar su sábado conmigo.-reí.

Después de todo, ellos seguro no tienen ni un poco de ganas y vienen solo por compromiso.

-Bueno vamos entonces.-habló Valentín y Manuel lo frenó del brazo.

-No, no nos molesta.-dijo mirando más a Valentín que a mi.

Que conste que yo le ofrecí irse.

(...)

-Vayan subiendo ustedes con esto y yo espero el otro ascensor porque sino no vamos a entrar.-habló Manu, que venía con una valija y una caja.

Valentín y yo entramos en el ascensor y ahora me estoy arrepintiendo de estar en el piso diez, ocho horas va a tardar el ascensor en subir.

-Está lindo el edificio.-habló mientras recostaba su espalda contra el barandal del ascensor.

-Si, la verdad que sí. Lo encontró Isabella.-dije para no quedar tan seca y él solo se limitó a asentir con la cabeza.

Una vez que el ascensor se abrió y llegamos a la puerta, quise maniobrar para sacar las llaves del bolsillo trasero de mi pantalón pero terminaron cayendo al piso.

Ambos nos agachamos para agarrarlas y chocamos nuestras cabezas provocando nuestras risas.

-Perdón.-dijimos los dos al mismo tiempo cuando nos levantamos, pero quedamos muy cerca, demasiado para ser nosotros, y ambos dejamos de reír.

Nos miramos a los ojos como por dos segundos, que parecieron una eternidad, y él fue el primero en alejarse mientras aseguraba el agarre de las cajas.

Rápidamente agarré las llaves y como por arte de magia el ascensor se abrió encontrándonos a Manu, cosa que agradecí por dentro ya que iba a cortar con este momento incómodo.

(...)

-Gracias por ayudarme a llevar todo, y perdón por hacerlos ir y venir ochenta veces.-dije mientras me bajaba de su auto.

-No es nada Lunita, sos de la familia para nosotros.-habló Manu bajando la ventanilla de Valentín.

Les agradecí una vez mas y entré a mi casa pensando en el momento incómodo que había vivido con Valentín hoy.

¿Por qué había sido incómodo si nos conocemos desde que nacimos casi?

Seguro porque justo nosotros nos llevamos mal.

Va, no sé en qué momento nos empezamos a llevar tan mal.

¿De chicos?

Nunca supe si hice algo para caerle mal.

Digamos que él nunca me hizo nada. Solo peleamos porque sí, siempre fue así.

Yo blanco, él negro.

Él perro, yo gato.

Yo agua, él aceite.

-Lu, ¿se puede?.-la voz de mi hermana desde afuera de la habitación me sacó de mis pensamientos.

-Si, Cande. Pasá.-hablé acomodandome en mi cama y ella entró y se sentó a mi lado.-¿Cómo te fue en la merienda hoy?.-pregunté en joda ya que sabía que ella se aburría bastante cuando nuestras familias se juntaban.

Estaba en el último año del secundario y creo que su última opción para estudiar es arquitectura, ella quiere ser médica.

-Venía a hablarte de eso.-me acomodé para verla mejor y ella siguió hablando.-No creo que te guste lo que vas a escuchar.

-No me asustes, tonta. Decime.-dije riendo creyendo que iba a salir con alguna de sus exageraciones.

-Quieren que te cases con Valentín.















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ESA NO SE LA ESPERABAN EH

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Belu

Agua y Aceite ~ WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora