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"Primeros Auxilios" - Parte II/II

Luna

-¿Qué sos como los bebes que necesitas que te hagan mimos para dormirte?.-pregunté divertida y él asintió sonriendo.

Ver esta faceta de Valentín es lindo.

Él suele mostrarse al mundo como una persona seria que no necesita nada de nadie pero cuando lo vas conociendo te das cuenta que no es así.

Es solo la fachada que usa con gente que no conoce.

Él se corrió dejándome un lugar y yo me senté en la cama a su lado. Extendió su brazo sobre mis piernas y yo lo miré subiendo una ceja.

-¿Te pensas que no te conozco?.-me miró confundido.-A vos te gusta que te hagan mimos en el pelo para dormir, no en el brazo. Vení.-golpee mis piernas para que apoye su cabeza.

Pero en vez de eso, se subió literalmente encima mío y apoyó su cabeza sobre mi pecho abrazándome fuerte y tapándonos a los dos con las sábanas provocando que ría.

-Veo que tomas confianza rápido.-dije corriendo algunos de sus pelos de mi pera que me hacían cosquillas.

-Estaba esperando que vos me des el permiso, vos dijiste "hasta que yo no te lo permita no me vas a tocar ni un pelo".-imitó mi voz haciéndome reír fuerte.

-Primero, yo no sueno así. Y segundo, vos sabes a lo que me refería.-dije mirándolo subiendo las cejas.

-No, no se.-se hizo el boludo.-¿A que te referías?.-levantó su cabeza y por la posición ambos estábamos muy cerca.

Pasó la lengua por sus labios tentándome a que los mire y por unos segundos una guerra de quién le sostenía mas la mirada al otro comenzó.

Él me miraba con una sonrisa haciéndose el canchero mientras que yo debía estar roja como un tomate, no solo por los nervios de la situación, sino tambien porque estoy empezando a entrar en calor.

Y no olvidemos que Valentín solo tiene puestos una remera y un bóxer.

-A que te duermas, a eso me refería.-y con mi mano empujé su cabeza lejos de mí y tras escuchar su risita volvió a su posición anterior.

Apoyé el antebrazo sobre su espalda y con mi mano empecé a hacerle caricias en el pelo, mientras que con la otra me estiré para así poder apagar el velador de la habitación.

Gracias a que las cortinas de la ventana estaban abiertas, no quedábamos completamente a oscuras y se generaba un lindo ambiente de paz, ya que como afuera estaba nublado, no entraba tampoco tanta luz de sol.

Después de un rato Valentín empezó a respirar mas pausado y ahí supe que se había dormido.

Él se hace el canchero pero se notaba que se sentía mal, así que es bueno que descanse.

Y qué mejor que lo haga encima mío.

Basta Luna.

Sentía latir su corazoncito tan tranquilo, el olorcito a crema enjuague de su pelo que ya estaba casi seco, y su respiración tan tranquila me hizo darme cuenta de cuanto lo extrañé.

Agua y Aceite ~ WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora