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"Hilos y agujas"

Luna

-Te dije que no tardaras ochenta horas.-dijo Valentín apenas me vió.

-Y yo te dije que no me apures.-dije una vez adentro de su auto.-Aparte sos un exagerado, pasaron cinco minutos.

Si, digamos que hice un poco de tiempo para molestarlo, a mi no me va a apurar.

-Cuanto más rápido terminemos lo que tenemos que hacer, mejor para los dos. Pero parece que vos te tomas tu tiempo, como si yo no tuviese nada que hacer.

Bueno listo, ya me malhumoró.

-¿Te pensas que yo no tengo nada mejor que hacer?.-subí mi ceja.-Aparte si mal no recuerdo esto lo estoy haciendo por vos, y ni siquiera se por qué, porque hasta donde yo se yo no salgo beneficiada en nada.-me crucé de brazos y pose mi vista al frente.

Ví que iba a decir algo pero finalmente se calló la boca y prendió la radio.

Me molestaba que Valentín actúe como un nene hasta en situaciones serias, siempre con su mal carácter para todo, hasta cuando son cosas para su beneficio en un futuro.

Cuando venía saliendo había juntado toda mi buena predisposición para no mandarlo al carajo e intentar tener una tarde agradable pero todo eso se acaba de ir a la basura.

Y se lo voy a hacer saber.

-No sé por qué estas de tan mal humor todo el tiempo.-solté mirando por la ventana.-Sea lo que sea que te haya pasado no es mi culpa. Así que no tengo por qué fumarme tu cara de culo ni hoy, ni el sábado. Y pensá que lo estoy haciendo por tu futuro, porque el único que va a salir ganando acá sos vos.

Estuvo unos segundos en silencio hasta que por fin habló.

-Perdón.-creí que me iba a mandar a la mierda.

Cosa que me pareció raro, pero bueno.

-Seguro vos sí tenes algo más importante que hacer, así que dejemos de pelear, elegimos ese traje de mierda y te devuelvo a tu casa.-siguió hablando.-Te prometo que no te voy a pelear más. Y gracias.-soltó esto último un poco mas bajo.

Bueno, ahora me siento mal por como le hablé antes.

(...)

Una vez que estacionamos Valentín y yo entramos al local en el que alquilan trajes.

Me sorprendió al ver la cantidad de gente adentro, ni que usasen trajes elegantes todos los días.

-Buen día chicos.-una señora de unos treinta y pico de años nos atendió apenas entramos.-¿Tienen turno?.

-Si, Valentín Oliva.-contestó Valentín y le dió un papel.

Se vé que él ya vino varias veces acá. Por lo que me contó en el auto los trajes así mas formales los suelen alquilar.

-Estamos un poco demorados, pero pueden sentarse por allá y ya los atendemos.-ambos asentimos y nos sentamos en un sillón largo que había en una de las esquinas del local.

-¿De qué color vas a ir vos?.-preguntó Valentín.

-Celeste, pero no un celeste chillón feo, es mas tirando a pastel. ¿Por?.-fruncí el ceño.

-Asi elijo la camisa de ese color.-subí mis cejas.-Menos mal que no dijiste naranja, sino iba a parecer una zanahoria.

Reí.-¿Enserio queres combinar conmigo?.

Me miró.-Si, ¿no hacen eso las parejas?.-pude ver como sus cachetes se pusieron un poco rojos y no pude evitar reirme.-¿Qué pasa?.

-Es que nunca pensé estar teniendo esta conversación con vos, perdón.-asintió.-Igual una camisa celeste te quedaría linda, te resaltaría los ojos.

Agua y Aceite ~ WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora