La perdida de la memoria puede ser muy subjetiva. Recuperarla puede ser una posibilidad, como una perdida de tiempo. Empezar de cero seria la adaptación, de nuevo, a la vida, a la familia y al amor.
El dolor mas grande que se presenta dentro de la mente es el blanco. El esfuerzo de reconocer, recordar o sentir momento y personas que están ahí, a un parpadeo de saber sus identidades y no poder.
Perder al amor, delante tuyo y solo derramar cientos de lagrimas que solo recordaran el momento que marcaran al afectado, mata lo bueno.
El sentimiento persistía en Isabella; voces y nombres. No había rostros claros, ni escenarios. Un nombre le resonaba y aun, estaba lejos de descubrirlo. Un nombre poco común pero muy alejado de sus conocimientos de un solo nombre y apellido, el suyo.
-¡Apúrate que vamos a perder el tren! - escuche que decía una mujer a su hijo, quien cargaba una pequeña bolsa de dulces.
-¿Tienes todo, cariño?- un hombre le preguntaba a la que supongo, debe ser su esposa.
Ella, con una sonrisa satisfecha le afirmo; había un brillo en sus ojos que notaba que estaba enamorada. ¿Qué se siente?
- La única admiradora que quiero, eres tu pequeña.- dijo un joven mientras le regalaba una rosa que cambiaba de colores a una chica.
- Si claro.- rodee los ojos divertida- Eres todo un galán, Weasley.-
[•••]
Camine en dirección hacia el escritorio de mi hermano, golpee y espere el "pase", luego de escucharle me adentre en la habitación, viendo a un par de chicos altos, con cabelleras naranjas, mas chillonas que mi cabello.
-Pequeña Spellman.- dije acercándome a uno de ellos y depositando un beso en su mejilla.
-¿Que te trae a nuestra broma en curso?- respondió el otro, tenían voces similares, pero diferentes a la vez.
-Sigo esperando, la vida se siente tan monótona.- les sonreí para que se relajara, lo que logre al instante.- Se pasean por los pasillos, observando a las personas y creyéndose dueños del lugar.-
-Ven aquí pequeña- me abrazo uno de ellos, haciendo que siente mi cuerpo en una mesa.- Tu no eres monótona, eres de todo menos eso.-
-Fred tiene razón, eres especialmente no monótona Isa.-
[•••]
-¿Fred?-
El chico pelirrojo giro su cabeza y la sonrisa se le desdibujo de su rostro. Como si de un fantasma se tratase, su cuerpo quedo paralizado en su lugar, tratando de buscar algún motivo para correr.
-¿Isabella?-
Me conocía. Aquella persona sabia quien era.
Camine despacio hacia él, mientras movía los ojos claros en mis movimientos.
-¿Acaso me conoces?-
-¿Tu te conoces?.- añadió con una pequeña risa.
- Me encantaría hacerlo.-
La gente solo observaba y murmuraba cosas que no entendía. Apartaban la vista de la mía cuando la sostenía por unos segundos, similar al miedo y al resentimiento de una vieja alma corrompida por la maldad.
-¿Que te parece si vienes conmigo? Después de todo, sabes mi nombre.- de reojo noto el acumulamiento de gente que comenzaba a formarse sobre nuestra presencia.
-De acuerdo.-
Me encontraba admirando cada tienda, lugares medios en ruinas y alguno que otro vivo, lleno de color y vida; poster viejos y arañados que dejaban a la vista algunas imágenes de jóvenes con leyendas de peligro.
No muy lejos, una tienda muy colorida y llena de personas se alzaba al final de un callejón muy concurrido.
La oscuridad del pasillo que atravieso hasta una nueva puerta me inquieta; un "desconocido" del cual se su nombre por azar camina detrás mío, callado. En las películas Muggles que había visto en mi soledad, eso significaba la primera tragedia dentro de una película de terror.
-Pasa, ponte cómoda ¿Quieres beber algo?-
-Claro, lo que gustes.-
Había muchos estudiantes despidiéndose de sus padres, comenzando a subir al tren escarlata y negro. Otros terminaban de subir su equipaje y saludaban a sus padres desde las ventanillas. Me dio un poco de tristeza ver a esos padres despedirse, yo quisiera que los míos estuvieran aquí.
Alumnos que estuvimos en la batalla, concurrimos antes para ayudar a los detalles finales del castillo y sumar puntos a nuestras casas; los mas pequeños y nuevos no llegarían hasta mañana en la mañana.
-Ey, tranquila sabes que tus padres estarían orgullosos de ti.- dijo una señora a una pequeña niña que lloraba.
- Gracias señora Ross, por todo lo que ha hecho.-
De nuevo, la culpa invadió todo mi cuerpo; ser parte de una fuerza que solo te genero un gran odio en la sociedad y desprecio, llenaba de pensamientos acerca de muchas formas de redención que siempre concluían en lo mismo, nada.
Familias destruidas, hijos sin padres, mujeres y hombres sin su amor; el mundo había jodido a cada corazón de esta era y eso, eso seria para toda la vida.
- Si mamá.- un niño estaba tratando de escapar de los brazos de su madre y besos.- Yo también te amo, pero me avergüenzas.-
Camine en su dirección unos minutos después, pero caí al suelo.
-Lo siento, es mi culpa, venia distraído.- dijo una voz tendiéndome la mano en ayuda.
-No te preocupes, yo también venia distraída.- tome su mano, generándome un frio que recorría mi espina de manera ¿perversa?
-¿Tu tomara el tren?- añadió mientras sacudía su ropa.
- No de hecho, busco a alguien.- mi expresión de confusión era notable.
-Oh que lastima. Fue un placer...-
-Draco Malfoy.-
-Elizabeth Spellman. Un placer conocerte al fin. Mi hermano me ha hablado muy bien de ti.-
Me lleva todo el maldito universo.
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01 ‖ Our Hell [D.M]
FanfictionPara cada alma rota existe una igual o mas dañada que esta para repararla. I.S ‖ Jure, sobre la carga honorable de ser historia, que obtendría lo arrebatado. Quererte solo fue un contratiempo. D.M ‖ Caer sin ti fue el golpe deprimente. Aquí estas...