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Suena el despertador

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Suena el despertador. Un adormilado rubio a mi lado lo tira lejos, lo que provoca una pequeña risa en mi. Sus brazos atraen hacia si un poco mas mi calor, mientras miles de mariposas comenzaban a revolotear en mi estomago. 

Hace un día feo fuera, la lluvia golpeaba la ventana junto con el viento. El frio comenzaba a escarchar a pasos lentos los vidrios imponentes de la Mansión Malfoy, dejando poca apreciación a sus vistas. 

-Quédate conmigo aquí.- dije volviendo a enredar mi cuerpo en las sabanas, mientras Draco comenzaba su rutina de la mañana.

-Vamos Isa, no podremos evadir el tema por siempre.- Draco tenia razón; con todos los hechos recientes, la prensa estaba sobre nosotros y el ministerio se encontraba evaluando de nuevo el expediente de mi futuro esposo. 

-Bien.- dije levantándome bufando de la cama.- pero iré con una condición.-

-Lo que quieras cariño.- dijo Draco desde el baño.

-En la noche quiero sexo. Y además, me dejaras molestar a los chicos.- el rubio de ojos grises salió del baño ya aseado, listo para cambiarse.

-Me gusta la parte del sexo.- dijo besándome cortamente.- Solo no te pases con tus bromas.- 

Desde nuestra salida de San Mungo, Draco se ha comportado con el máximo cuidado posible. La intimidad fue remplazada por noches de insomnio y pesadillas en ambas partes. Sentía que la posibilidad de encender la llama entre nosotros, se encontraba cerca. 

-¿Estas lista?- el rubio acomodaba su ropa, mientras terminaba de colocar gloss con sabor a cereza que sabia, le encanta.

-Si, vámonos.- dije mirándome de nuevo en el espejo de mi habitación. Tome mi bolso y salimos hacia el gran comedor que poseía la casa, donde se supondría que estaban nuestros amigos. Y efectivamente, ahí estaban.

-Buenos días.- salude alegre, es que realmente estaba feliz.

-¿Y esa alegría?- pregunto Ross aun mas dormido que despierto.

-Solo estoy feliz por que hoy será un maravilloso día donde tendré mucho sexo.- dije tranquilamente tomando asiento donde siempre y eligiendo con la vista el desayuno. 

-Al menos tu lo tienes.- dijo Lili, ganándose la mirada fulminante de su mellizo enfrente nuestro.

-Liliana eres muy pequeña para pensar en esas cosas por amor a Merlín.- mágicamente se despertó al oír a mi prima hablar de sexo.

-Tenemos la misma edad idiota.- dijo hablando con obviedad.- Como si tu fueras virgen Ross.- 

-¿Porque las princesas tardan tanto en bajar?- tenia hambre y moría por unos waffles. 

Los desayunos eran estrictamente impuestos por Narcissa. Deseaba que comiencen cuando todos los habitantes de la casa se encuentren en la mesa. Disfrutaba de la gran cantidad de jóvenes que daban vueltas por su casa, estaba llena de vida de nuevo. 

01 ‖ Our Hell [D.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora