Pasaron ya un poco mas de 2 meses de la Segunda Guerra Mágica; Potter triunfo, Voldemort fue destruido y el mundo estaba en paz, o bueno, casi todo el mundo estaba en paz.
El mundo mágico se estaba recuperando de las perdidas sufridas como Lupin y Tonks, dejando a su pequeño bebe con su abuela Andrómeda; Dumbledore había muerto hace unos dos años y, luego de la guerra, Minerva McGonagall tomo el puesto de directora; Percy Weasley dio su vida para salvar a su hermano Fred, una perdida dolorosa para su familia; entre muchos estudiantes que dieron su vida para acabar con la oscuridad.
Hogwarts fue reconstruida en su totalidad, dando lugar al comienzo de clases nuevamente el 1ero de septiembre de 1998. Algunos alumnos volvían a terminar sus tres últimos años de educación mágica, entre ellos, Draco Malfoy.
Me encontraba terminando de empacar mi baúl para volver a Hogwarts, después de todo mi madre quería que culminara mis estudios; por mi parte buscaba una segunda oportunidad para remendar todo el daño que hice, aunque sea una parte.
Termine de empacar todo y baje a la sala de estar, donde se encontraba mi madre, como todos estos años esperándome, despidiendo una ultima vez antes de ir a Howgarts.
-Draco, cariño- me abrazo como ahora, comúnmente lo repetía- aun recuerdo cuando tenias 12 años e ibas igual de esperanzado- acaricio mi mejilla. Tenia razón, sigo esperanzado en volver a verla.
-Te veré en vacaciones.-
Fuera de la casa, observe como se adentraba con una melancolía que era difícil de ignorar. Aun mas difícil era ocultar la ansiedad, angustia y tristeza que comía cada célula de mi cuerpo.
Camine fuera de los terrenos, lejos de la magia que protegía la casa de todo aquel que consideraba como paria el apellido Malfoy. No podía culparlos, las acciones que habían visto y la marca que permanecía en mi brazo les daba motivos mas que suficientes.
-Mírate, hasta pareces adulto.- Liam apareció fuera de la casa, en su auto.
-Siempre es un placer recibir tus halagos- respondí de forma sarcástica.
Era mayor a Isabella, por dos años; había cuidado de ella desde que sus padres murieron en la primera guerra mágica con ayuda de sus familiares restantes y mi familia.
La vio crecer y ahora, no recuerda quien es.
-No ha dejado de leer aquel libro.- lo ultimo salió como un susurro de sus labios, pero algo triste.- Es una pequeña campesina pellirroja.-
Desde lo lejos, la observaba. Dentro de los arboles, en el bosque aledaño o desde la casa de los Weasley, no podía dejar de observarla.
-Debes dejar de hacer eso.-
-No pidas estupideces Malfoy.- nunca quito la vista del camino.- Tu deberías hacerlo.-
-Sabes que no resistiría.-
Mientras conducía el resto del camino, el silencio se apodero del auto.
Ninguno de los dos mentía; no lo resistiría y él tampoco, pero a dejarla. La vio crecer, la crio y la culpa era la compañera de meses atrás.
-Hola, pequeña.-
Una mariposa descansaba sobre un girasol, a los rayos mañaneros.
Pasos en la hierva agudizaron mis sentidos. Volví la vista a la mariposa azul que volvía a emprender vuelo por el movimiento cerca de ella.
-¿No hay nada aun?- negué.- Oye, no te preocupes.-
-¿Que no me preocupe? Han pasado dos malditos meses donde solo recuerdo mi nombre; no he salido de esta casa por petición tuya y pides que no me preocupe. Eres un hipócrita.-
-Se paciente.- La mirada perdida mientras hablaba alteraba aun mas mi psiquis.
-La paciencia no es mi fuerte maldita sea.-
Una ráfaga de viento golpeo la puerta de la casa, abriendo de par en par las ventanas del pequeño balcón de la planta alta. El cielo se torno negro.
La piel de gallina recorría cada parte de mi cuerpo enviando un escalofrió y una sensación conocida para mis sentidos desconocida para mi cabeza.
-¿Que esta sucediendo Harry?- voltee a ver al chico de gafas igual de desconcertado.
-Vamos dentro. Rápido.-
El viento golpeaba las paredes de la casa; los ruidos del cielo tronaban cada vez mas fuerte y las nubes negras apenas iluminaban a un gris oscuro con cada rayo.
-Gracias por traerme.-
-Somos familia Malfoy.- la leve sonrisa de Liam contagia una curvatura en la mía.- Ya ve que perderás el tren.-
Todo el equipaje en mis maletas de mano estaba listo para afrontar a realidad donde estaba inmerso.
Un cigarro.
Las miradas y murmullos dentro del anden; padres que arrastran cerca suyo a sus hijos por mi pasar; insultos que trato de ignorar. Desapercibido no era un calificativo que pudiera utilizar alguna vez en mi vida marcada.
-¿Acaso se les perdió algo?- negaron.- Busquen otro lugar, esta ocupado.-
-Sera un año jodido.-
Blaise, Theodore y Mattheo observaban como niños corrían fuera del vagón, en busca de lugares inexistentes.
-¿Tu que crees?-
-Ya deja eso, no le gusta.-
-Ella no esta aquí.-
-¿Eso te da derecho a joderte?-
-Hablas de mi prima como si estuviera muerta y no lo esta.-
Mattheo era la persona mas cercana que tenia sanguíneamente hablando Isabella. Eran unidos, todo lo que alguna vez ella y yo fuimos.
El tren se detuvo.- Nadie me da fe de eso.-
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01 ‖ Our Hell [D.M]
FanfictionPara cada alma rota existe una igual o mas dañada que esta para repararla. I.S ‖ Jure, sobre la carga honorable de ser historia, que obtendría lo arrebatado. Quererte solo fue un contratiempo. D.M ‖ Caer sin ti fue el golpe deprimente. Aquí estas...