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CHANNIE

La comida de Felix logró reponerlo un poco, ya tenía más fuerzas que antes. De pronto un sentimiento que no había logrado tener en mucho tiempo llegó a su corazón, se sentía solo estando ahí.

Se había acostumbrado a estar cerca del chico, él era una buena compañía, siempre lo hacía reír y le daba cariño.
Decidió preguntarle si podía ir a verlo, a lo que le respondió que sí.

Fue de inmediato, se sentó cerca de él y se le quedó observando en silencio. Se estaba esforzando mucho por aprender bien el idioma, podía ver la dedicación y las ganas de salir adelante, eso le parecía muy tierno y admirable.

Se distrajo viendo hacia la ventana, no se había fijado en lo grande que era.
Tenía una buena vista, se había dado cuenta que desde que llegó a Corea veía las cosas de manera superficial.

Ahora que alguien había tocado su corazón, podía notar los pequeños detalles y ver con otros ojos las cosas y darles nuevos significados. Se quedó mirando la belleza del ocaso, se había perdido tantos atardeceres todo este tiempo.

Por su mente pasaron muchos momentos, de los cuales si les hubiera tomado atención las cosas serían distintas. Recordó lo que le había dicho Felix el día anterior, estaba planeando algo en su cabecita pero ahora debía respetar el tiempo de estudio del chico. No quería hacer nada que lo desconcentrara. A él también le había costado acomodarse al idioma cuando llegó a Corea.

Cuando porfin terminó de estudiar comenzó a llevar a cabo su plan, el que consistía en secuestrar a Felix.
Primero fue en busca de chaquetas para abrigarse bien, no podía faltar su gorrito, luego regresó y tomó la mano del chico.

Felix lo miraba confundido pero no dijo nada hasta que estuvieron fuera del apartamento.

—A donde se supone que vamos, ya se oscureció...

—¿Prefieres quedarte en casa?—Dijo Chan, borrando la sonrisa de su rostro y frenando en seco haciendo que chocarán por accidente.

—No.. supongo.

Retomaron la marcha, Chan caminaba rápido hacia su destino secreto que más tarde sería la plaza donde habían ido juntos, esta vez verían las estrellas como había querido verlas Felix.

El lugar estaba vacío, no hacía mucho frío pero Chan de todos modos decidió cuidar la salud del rubio, colocándole la chaqueta y ayudándole a cerrarla.
Él también se abrigó he invitó a Felix a sentarse junto a él en una banca.

—¿Que hacemos aquí tan tarde?

—¿Recuerdas que me dijiste que querías ver las estrellas desde aquí?

—Oh ya veo—Dijo Felix dejando ver una sonrisa de emoción.

Él se había acordado de algo que ni él mismo hubiera podido recordar en esos momentos.

—¿Te gustó la sorpresa?—Dijo Chan orgulloso de su plan exitoso.

Ver las estrellas desde ahí era genial, el aire fresco y los árboles que les daban la oscuridad necesaria para ver lo brillantes que podían ser esas estrellas.
Estando ahí sentía como se sanaba su interior de todo el caos que habia sido su día, fue una buena idea salir y despejarse.

—Chan, perdóname por haber sido malo contigo hoy—Dijo Felix con mirada triste, rompiendo el silencio.

Chan lo miró y se giró para quedar frente a él, buscó sus manos, estaban frías como lo sospechó, sopló en ellas dándoles un poco de calor.
Los ojos de Felix comenzaron a brillar, él era un chico muy sensible, por ello debía protegerlo.

—Sabes..—Chan intentó cambiar el tema y abrir sus corazón—Cuando estoy cerca de ti siento que estoy realmente completo, no quiero sonar exagerado, solo digo que me haces sentir como en casa.. aún estoy conociendote y me gusta.. quiero seguir aprendiendo de ti, si me lo permites.

El corazón no le cabía dentro de su cuerpo, el amor que sentía, las ganas de ser parte de esas estrellas en sus mejillas, de abrazarlo para siempre, lo comían por dentro.

LIX

Escuchando esas palabras tan dulces de Chan, hacia que su corazón se quebrara lentamente, sus ojos se llenaron de lágrimas, odiaba ser tan sensible pero no podía evitarlo.

Él era tan dulce y sincero, podía sentir todo el amor que le transmitían sus ojos, con cada palabra que decia era como si ganara un espacio más dentro de su corazoncito. Se habia olvidado de todo, ya no le importaba que se hubiera besado con alguien más, ahora tampoco le molestaba si él comenzaba a conocer a otra persona.

Esa noche bajo las estrellas se dió cuenta de que en realidad quería verlo feliz, bajo cualquier costo, el amor que sentía por él iba más allá de cualquier acontecimiento. Sin importar cuál fuera el desarrollo de su relación de ahora en adelante, lo apoyaría en todo, no lo dejaría solo, por fin conocía todas las respuestas a sus aflicciones.

Chan, el chico que le había robado su corazón, el que lo cuidaba siempre, el chico que con solo regalarle una sonrisa le alegraba el día, el chico que en ese preciso momento estaba mirándolo dulcemente y tomándolo de las manos para darle calor, él era realmente y simplemente su otro yo.






MY OTHER ME | chanlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora