treinta y tres.

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El celo de Zayn había durado una semana, una semana en la que no salieron del cuarto en ningún momento, una semana en la que Liam no se había apartado del lado de su Omega ni un solo segundo. Una semana en la que su conexión se había hecho más fuerte, dónde su confianza se había forzado, donde ambos se habían entregado el uno al otro, dónde todo parecía ser más que perfecto.

Ahora, se encontraban los dos, más que exhaustos, pero la sonrisa en el rostro del Omega le inflaba el pecho de felicidad al Alfa, ver a su Omega feliz, contento y satisfecho era todo lo que deseaba.

Se encontraban en la bañera, está era casi tan grande como la habitación, podían entrar fácilmente diez personas en ella, pero los dos estaban acurrucados en el mismo lugar, Liam apoyado contra esta mientras el morenito estaba entre sus piernas, apoyando su cabeza en el fuerte pecho del castaño.

- ¿Cómo te sientes, Zayn? - preguntó mientras acariciaba los brazos de éste.

- bien, cansado, pero de maravilla. - ronroneo cuando las manos de Liam se posaron en su vientre. - ¿Tu? ¿Cómo te sientes, alfa?

- igual que tú. - besó su mejilla. - cariño, yo.. - tomó un respiro para luego decirse a sí mismo que por más que haya sido una muy buena semana, aún no podían olvidar lo que pasaba fuera de esas paredes. - sabes que debo hablar de esto con mí padre ¿Verdad? - sintió el cuerpo del menor tensarse. - antes de ser mí padre, es mí líder... Debo mantenerlo al tanto de todo esto, más sabiendo la amenaza que tú padre es.

Zayn se alejó unos centímetros solo para voltearse en dirección a él y juntar sus piernas, rodeando sus rodillas con sus brazos. Liam arqueó una ceja ante su alejamiento, mientras vió como la mirada baja del azabache se frunció antes de que está reflejará tristeza cuando volvió a levantarla.

- yo también soy una amenaza, Liam. - susurró.

- no, tú no. - se apresuró a negar. - tu solo eres otra víctima de tu padre.

- aún así, lo soy. - volvió a decir. - solo dime, Liam, se sincero conmigo y dime si tú padre no pensara en asesinarme en cuanto sepa de mí traición.

- Zayn, tu-

- he llegado aquí con una misión. - volvió a bajar la mirada. - debía infiltrarme en tu manada, sacar información, ser un cáncer que destruya todo por dentro. Debía... - se cortó sin poder terminar la frase. La angustia en su pecho lo atacó, su Omega chillaba y su tristeza, la inseguridad, el miedo se esparcieron en el aire.

Liam se acercó cautelosamente a él, tomándolo de los muslos con suavidad, haciendo que este se sentará en sus piernas.

- ¿Debías que? - preguntó.

- debía.. - negó, mientras las lágrimas que había estado reteniendo se liberaron. - debía enamorarte a ti y... Y ponerte en contra de tu gente.

Y aunque Liam tenía esa hipótesis, al ser confirmada por el pequeño entre sus brazos, sintió una oleada de dolor clavarse en su pecho.

- ¿Haz...? ¿Haz fingido todo este tiempo entonces? - preguntó intentando sonar lo más fuerte posible aunque temia por su respuesta.

El moreno levantó su mirada, sus ojos rojos y su puchero hicieron que todo en Liam se removiera.- no, claro que no. - se apresuró a negar. - yo te amo, Liam. - rodeo el cuello del mencionado con sus delgaditos brazos. - no he fingido nada cuando estoy contigo, nunca. Si, omití mí verdadera identidad, mí origen, mí propósito para estar aquí, pero jamás, jamás, te he mentido con lo que siento por ti. - el castaño sentía que debía creerle, demonios que quería hacerlo, pero una parte de él, una pequeña parte, la cual le recordaba lo sucedido con Kurt, le decía que no bajará la guardia.

- quiero creerte, en verdad quiero hacerlo. - habló clavando sus ojos en los contrarios.

- Liam, yo sé, se lo difícil que debe ser esto para ti, yo más que nadie quiero que todo esto se sepa, pero tengo miedo, porque cuando tú padre lo sepa.. él va a matarme como lo hicieron con-

- no dejaré que eso pase. - prometió.

El Omega sonrió, aunque la tristeza no abandonaba su rostro, y acarició la mejilla de su alfa. - no podrás hacer nada si tú padre da la orden, Liam. - sus ojos observaban cada lugar del rostro del castaño, memorizando cada lunar, peca, cada faccion de éste. - y no te pediría jamás que te pongas en contra de tu líder. - los ámbar se encontraron con los miel. - se lo que pasará y tú también.

- Zayn...

- siempre Soñé con tener a alguien como tú, ¿Sabes? Eres el alfa de mis sueños, tuve que pasar mucha mierda para encontrarte, para poder sentir lo que era ser amado, alguien que me cuide como tú lo haces, que me protega, que me quiera. - sonrió, sus ojitos brillando de una manera preciosa. - y te juro, Liam, aunque este aterrado, cuando el momento llegué, moriré Feliz, porque se que te tuve, se que fui amado por ti, no tengo nada más que hacer aquí.

Liam nunca lloraba, nunca, ni siquiera cuando pasó lo de la enfermedad de su madre, ni cuando su padre le dijo que su progenitora tenía ese jodido cáncer. Él no era de esos alfas demasiado sentimentales, tenía sentimientos, como todo el mundo, pero el prefería no expresarlos, no demasiado al menos. Pero al oír cada palabra que salió de la boca de su pequeño y hermoso Omega, no pudo evitar mucho el jadeo que acompañó a las lágrimas en sus ojos.

Abrazó al menor con fuerza, hundiendo su nariz en el cuello de éste, su lobo estaba triste y enojado con todos, solo pensaba en que no le importaría asesinar a cualquiera quien se atreva a querer dañar a su Omega, era suyo, le pertenecía. Nadie podía tocarlo, nadie podía acercarsele con malas intenciones. Él no iba a permitirlo, aún si debía enfrentarse a su padre por ello.

I'm yours, Alfa. (Ziam) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora