capítulo veinte.

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El llanto se volvió incontrolable apenas me senté en la cama y fui consciente de todo lo que había sucedido, de lo que había hecho, de lo que pudo haberme pasado.

Unos brazos me rodearon haciéndome pegar un saltito por el susto, pero en cuanto supe quién era, mí cuerpo se relajo dejándome hacer por el alfa junto a mi.

Acercándome a su cuerpo, el castaño me hizo sentar en su regazo y no dude en esconder mí rostro en su cuello, oliendo su aroma e intentando que eso me calmara.

- ya, ya pasó todo, pequeño. - habló suave y bajo, como si se tratara de un secreto. - ya estás bien, estás aquí, conmigo.

- l-lo s-siento, alfa. - dije como pude, pues me ahogaba con mí propio llanto. Tenia tanto miedo de lo que Liam podría hacer ahora, de cómo reaccionaria. ¿Estaría enojado conmigo? Esa pregunta era estúpida, claro que lo estaba. ¿Me odiaba? Bueno, por ahora, creo que no. - perdón, alfa.. perdoname...

- shh, bebé. No digas nada. Todo está bien. - respondió mientras acariciaba mí espalda.

- no q-quiero.. que.. que m-me odies.. - supliqué sin levantar la vista.

- hey.. - se separó de mi para tomarme de las mejillas. - no te odio. - me miró fijamente, para luego limpiar mis lágrimas. - no te odio - susurró.

- perdón.. perdón.. - no podía dejar de repetir lo mismo.

- está bien, pequeño, te perdono. - la dulzura con la que me estaba hablando estaba haciendo que mi corazón se encoja aún más. - ¿Estás mejor?

- y-yo... No me sueltes.. por favor.. no dejes que me hagan daño.

- ¿Quienes?

- los lobos de tu padre, los tuyos, no dejes que la manada de maté.

- bebé, ellos no te tocaran nunca. - dijo acariciando mis mejillas. - nunca dejaré que nadie te lastime nunca, nunca más.

- ¿Lo prometes? - no pude evitar hacer un puchero.

El castaño sonrió y fue ahí cuando supe que Liam tenía la sonrisa más hermosa que alguien podría tener en el mundo, no lo había visto sonreír desde que llegué aquí con sinceridad y dulzura. Verlo haciéndolo solo por mí, fue mágico. Oh, joder. Esto se revirtió, era él el que debía salir enamorado. No yo. Pero ya no podía ocultarlo y tampoco me preocupaba por hacerlo.

El alfa se acercó a mí despacio, relamiendo sus labios mientras observaba los míos, su vista volvió hacia mis ojos.

- estarás bien, estaremos bien. - comenzó por decir. - no se porque haz hecho lo que hiciste, pero no permitiré que vuelva a suceder. - rozó nuestras narices en un beso esquimal.

- n-no lo pensé, solo.. solo actúe, lo lamento...

- shh, estás bien ¿Si? No te preocupes por ello.

- t-tengo miedo.. tu padre.. yo...

- mí padre jamás te tocaría un solo mechón de tu pelo sin tener que pasar por mí antes. - aseguró. - nadie te lastimara, nunca.

- L-liam.. yo... Yo debo decirte algo. - dije limpiando mis lágrimas, era ahora o nunca.

- hablaremos mañana ¿Bien? Debes descansar.

- pero.. - quería decirlo, quería acabar con esto ahora.

- Javadd, hay que dormir, es tarde y mañana debo encargarme de algunas cosas. Hablaremos mañana. - besó mí frente y luego nos acostó a ambos.

Acostado sobre su pecho me dispuse a hacer lo pedido, de cualquier forma, se lo diría mañana.

Estaba decidido.

I'm yours, Alfa. (Ziam) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora