A pedido del público :v(¿Están listas? Ahre que quede claro que si no queda bien, es por culpa de mi mejor amiga que me está llamando a cada minuto para ayudarla con su tarea. Y también aclarar que es mi primera vez escribiendo este tipo de cosas :v )
Sus suaves manos recorrieron con sumo cuidado cada parte de mi espalda baja. Sus ágiles dedos no perdieron tiempo y se adentraron en mis bragas, masajeando y pellizcando mis glúteos, haciéndome suspirar con su tacto.
-No juegues conmigo.- rogué, quitando sus manos de mi trasero.
-Es mi venganza.- contestó con tono burlesco. Me acomodé mejor en su regazo, dejando una buena vista de mi anatomía.
Sin esperar más, llevé mis manos hacia el nudo de mi camisón, logrando desatarlo. Tiré mi cabello hacia un costado de mi cuello y comencé a balancearme sobre ella. La forma en la que me miraba me hacía sentir mucho más segura. Sus hermosos ojos avellana habían sido sustituidos por unos completamente negros llenos de lujuria. Su errática respiración me informaba cuan excitada se encontraba, y ni hablar de sus escurridizas manos, que con cada pequeño toque que daba, podría hacerme alcanzar la cima de la gloria. Con mucho cuidado, Lisa posó sus manos en mi abdomen y delineó cada una de mis cicatrices, logrando que me estremeciera con su delicado tacto, acercó sus labios segura de sí misma y besó cada pequeña línea.
-Eres hermosa _____.- su mirada penetrante se encontró con la mía, transmitiendo todo tipo de emociones en esta. Llevó sus manos hacia mis hombros y lentamente retiró el camisón, dejando que este cayera al suelo. Acomodó los rebeldes mechones de mi cabello y dejó cortos besos en mis labios.
Todo estará bien.
Con cuidado de no lastimarla, me acerqué y capturé sus labios en un ardiente beso, descubriendo no sólo el gran deseo que ambas sentíamos, sino también lo tan maravilloso que besaba la tailandesa. Sus besos bajaron por mis mejillas, hasta que llegaron a la curva de mi cuello, por instinto incliné mi cabeza para que pudiera tener mejor acceso a este. Lamió y mordió a su gusto, logrando sacarme varios gemidos. Llevé mis manos a su blusa y la desabroché lo más rápido que pude, de inmediato Lisa se deshizo de esta, quedando solo con un sujetador azul. Una de mis manos se posó en su trabajado abdomen, lo acaricié con lentitud para seguidamente morder mi labio ante la maravillosa vista que tenía. Lisa sin perder más tiempo llevó sus largos brazos detrás de su espalda y desabrochó su sujetador. Con manos temblorosas terminé de retirarlo, dejando a la vista sus pequeños, pero muy apetecibles pechos, sus pequeños pezones rosados ya estaban erectos. Mordí su labio inferior, logrando que esta suspirara, llevé mis manos hasta sus pechos y los lamí. La tailandesa tiró de mi cabello, acercándome más a estos, sonreí aún con uno de sus pezones dentro de mi boca, brindándole un pequeño mordisco, logrando que la peligris gimiera de placer. Lisa posó sus manos en mi cintura y dibujó pequeños círculos en esta, logrando estremecerme con su tacto, dejé de atender sus pechos y al mirarlos noté cuan rojos estaban estos.
-Vayamos a la habitación.- habló con su sexi voz enronquecida por el deseo. Me levanté lentamente de su regazo y recogí mi camisón del suelo, tomé su mano, pero esta fue más rápida, ya que de un tirón me pegó a su cálido cuerpo. Una sonrisa boba se formó en mi rostro cuando la vi menear sus cejas.
Se acercó hasta mis labios con una sonrisa burlesca y me besó como nunca antes lo había hecho. A tientas caminamos por la sala, chocando con algunos muebles en el camino, aún así nada lograba separarnos, ni siquiera aquel sonido de cristal rompiéndose. Al llegar a la habitación la acorralé contra la pared, llevando sus manos arriba de su cabeza, Lisa entrelazó sus manos con las mías y gimió en cuanto sintió mi pierna en su zona sensible. Me acerqué hasta su cuello lentamente, haciendo de esta una completa tortura, besé raudamente su pequeño lunar, logrando que la sexi tailandesa gimiera en mi oído. La luz de la luna apenas y era visible en la habitación, por lo que sólo podía apreciar sus labios brillantes y su notable excitación. La peligris giró mi rostro en su dirección y en un abrir y cerrar de ojos, atrapó mis labios entre los suyos, para poco después guiarnos hacia la cama. Al llegar a esta encendí la pequeña lámpara.
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Para siempre, Mi primer gran amor (Lisa y tú) (+18)
FanfictionDe pequeña creía que los cuentos de hadas tenían mucho que ver con la realidad, lástima que cuando aquella etapa culminó y yo fui creciendo, la realidad simplemente me tomó por sorpresa; como si alguien hubiera tenido el atrevimiento de lanzarme un...