-Mamá ha empeorado.Tres días habían pasado desde aquella dolorosa llamada. Tres días en los cuales no había podido hablar con nadie que no fuera mi hermana. No comía mucho y tampoco dormía ¿Cómo podría hacerlo? Creí que el tratamiento de mamá saldría bien, pero una vez más me equivoqué. Llevaba tres horribles días recostada en la comodidad de mi cama, Lisa había estado pendiente de que estuviera bien y trataba de animarme diciendo que todo estaría bien, y así quería créelo, quería creer que todo pronto mejoraría.
-¿Amor?- llamó a la puerta de mi habitación. Escuché que esta se abrió, por lo que cerré mis ojos, tratando de que mis lágrimas se detuvieran, pero no fue así, en su lugar más de estas comenzaron a deslizarse por mis mejillas.- Cariño, compré algo para cenar.- sentí su cálido cuerpo chocar contra mi espalda, aún así, no abrí mis ojos. Quería gritar, quería romper todo lo que tenía en mi camino, pero sentía que no tenía fuerzas para hacerlo. Lisa abrazó mi cintura y acarició mis manos, con la esperanza de que por fin saliera de la maldita habitación.- Todo estará bien.- susurró. Mordí mi labio lo más fuerte que pude, sintiendo el espeso sabor a metal chocar contra mi paladar. Aún así, me tragué mis sollozos y dejé que mi novia siguiera abrazándome, después de todo en estos tres días lo único que le mencioné fue "Mi madre ha empeorado, sé que es algo tarde para que reciba tratamiento y tengo tanto miedo de que algo malo pase, pero sé que ella va a mejorar, tengo la esperanza de que mi madre sí vencerá el cáncer, pero también tengo tanto miedo de que de verdad no lo haga."- Tienes que comer algo.- susurró. Me removí incómoda en la cama y esta entendió que debía irse. Se levantó de la cama y justo cuando creí que se iría, se acuclilló frente a mí, quise girarme en la cama, pero ella me detuvo.- Vamos nena, tienes que comer algo. Haciendo esto no conseguirás nada más que deprimirte.- abrí mis ojos con lentitud y me permití sollozar. Lisa se acercó hasta que me cubrió con sus brazos, por instinto me aferré a su cuello, llorando aún más fuerte de lo que ya lo hacía. Para cuando mi llanto cesó, Lisa me separo de su cuerpo, limpió mi rostro con sus manos y dejó un tierno beso en mi frente - Vamos.- pidió, pero negué de inmediato.
-No tengo hambre.- musité y mi voz sonó enronquecida, debido a que tenía días sin hablar.
-Tienes que comer, lo único que has comido en todo el día ha sido una manzana.
-Ya dije que no tengo hambre.- gruñí.
-Prepararé la bañera.- avisó antes de desaparecer de mi vista. Me levanté con mucho cuidado de mi cama y al estar ya en pie sentí un fuerte mareo, por lo que tuve que sostenerme de la pared. Caminé con lentitud hasta que llegué al baño, encontrándome a Lisa arrodillada frente a la bañera mientras que tomaba la temperatura del agua.
-No tienes que hacer esto.- susurré. Lisa había atado su cabello en una cola de caballo y las mangas de su sudadera estaban remangadas, pude notar como uno de sus brazos tenía la manga humedecida por el agua.
-Quiero hacerlo.- fue lo único que dijo.- Sé que esto que está pasando es muy fuerte para ti, pero no por eso tienes que apartarte así. He estado aquí para ti...
-No te lo he pedido.- miré las baldosas del suelo y comprendí que lo que había dicho no había sido para nada correcto, aún así, no me retracte. Lisa me miró sorprendida y suspiró frustrada.
-He estado aquí porque creí que tal vez me necesitabas, pero lo único que has hecho es ser indiferente conmigo. Me ignoras, no me hablas, tampoco quieres que duerma contigo y ni siquiera comes la comida que te llevo a la habitación y tampoco quieres que siquiera te abrace.- Lisa se levantó del suelo y me enfrentó. Sabía que la peligris hacía un gran esfuerzo para no perder la calma.

ESTÁS LEYENDO
Para siempre, Mi primer gran amor (Lisa y tú) (+18)
FanfictionDe pequeña creía que los cuentos de hadas tenían mucho que ver con la realidad, lástima que cuando aquella etapa culminó y yo fui creciendo, la realidad simplemente me tomó por sorpresa; como si alguien hubiera tenido el atrevimiento de lanzarme un...