Capítulo 23

2.1K 91 85
                                    


(+18)


-¡Oh cariño! Sí.- la peligris retiró sus dedos de mi interior, para después llevarlos lentamente a sus labios. 

-Sabes tan malditamente bien.- susurró cerca a mis labios, para después dejar un casto beso en estos y descendió, dejando húmedos besos por mis pechos y mi vientre, hasta que finalmente quedó de frente a mí intimidad. Ahogué un gemido en cuanto su lengua tocó mi hinchado clítoris, haciendo que ella suspirara en mi centro, enviando miles de corrientes por todo mi cuerpo. 

Abrí mis ojos lentamente, aún sintiendo mi pulso acelerado ¿Había sido un sueño? Parecía que sí, un sueño que había conseguido alterar mis hormonas. Giré mi rostro y quise encontrarme con el bello rostro de mi novia, pero grande fue mi sorpresa cuando encontré un gran bulto moviéndose entre mis piernas. Sonreí con mucha satisfacción, pero mi sonrisa se convirtió en una mueca de placer en cuanto sentí como succionaba mi parte sensible. Lisa sabía a la perfección lo que hacía, su lengua se sentía tan bien cuando hacía aquello. Estaba sorprendida por aquel sueño húmedo, pero no sólo había sido un sueño húmedo, aquello estaba sucediendo. Dejé que mi cuerpo se relajara y mordí mis labios tan fuerte como pude para no gemir, ya que mi novia era tan increíblemente talentosa con sus dedos y su lengua. Sabía que no podía hacer mucho ruido, ya que las habitaciones estaban todas juntas y lo que menos quería era que ellos se enteraran que estaba teniendo intimidad con mi novia. 

-Lisa.- susurré, pero ella en ningún momento se movió, sino que siguió con su asalto.- Lisa.- la tailandesa me tomó por los muslos e hizo que los separara más. Sabía que estaba cerca, por lo que tomé una almohada y la mordí lo más fuerte que pude, para después gemir contra esta. 

Hacía calor, mucha calor.


Miré una vez más a Lisa, mientras sentía como la presión se iba formando en mi vientre.

-Lali-Lalisa.- todo mi cuerpo comenzó a temblar y por instinto junté mis piernas, pero la peligris las separó y siguió con su trabajo. Sentía que mi orgasmo estaba a punto de explotar, por lo que involuntariamente mi espalda se arqueó y mis piernas empezaron a temblar como gelatina. Metí mi mano entre las sábanas y tiré de su cabello para que dejara de estimularme así.- Lili... va-vas a matarme.- recosté mi espalda en la cama y cerré mis ojos lo más fuerte que pude, hasta que sentí que mis piernas dejaron de temblar. Al abrir mis ojos noté que mi novia seguía con su rostro entre mis piernas, esta mordió mi clítoris e hizo que todo mi cuerpo vibrara con aquel toque. Gateó cual pantera al acecho y salió de entre las sábanas para después besarme arduamente, apegué su cuerpo contra el mío y le correspondí el beso. 

-Buenos días.- susurró cerca a mis labios. Sonreí como boba al notar su hermosa sonrisa. 

-Sí que son buenos.- arreglé su cabello y la atraje una vez más a mis labios. 

-¿Cómo amaneciste?- preguntó pícara, bajé mis manos a su trasero y lo azoté, la tailandesa mordió su labio e hizo una mueca de placer. 

-Mejor que nunca, no me molestaría despertar así siempre.- ronroneé cerca a sus labios. Lisa sonrió y negó divertida. 

-De ahora en adelante te despertaré así.- dejó un casto beso en mis labios y se bajó de encima mío. 

-¿Qué hora es?- pregunté, mientras acomodaba mi cabeza en su pecho. 

-Van a ser las siete.- dijo mirando la hora en su teléfono. 

-Aún es muy temprano.- metí mi mano bajo la blusa de su pijama y acaricié con delicadeza uno de sus senos.- ¿Qué te parece si jugamos un poco?- pregunté pícara antes de levantar su blusa, dejando a la vista sus pechos pequeños. Atraje a mis labios su pezón y lo succioné, dejándolo aún más rosado de lo que ya era.

Para siempre, Mi primer gran amor  (Lisa y tú) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora