Capítulo 33

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-Buenos días princesa.- susurró en mi oído la sexi tailandesa. Giré mi cuerpo en su dirección y sonreí como boba al ver su hermosa sonrisa. 

-Buenos días.- saludé, pasando mi brazo por la piel desnuda de su cintura. Lisa acercó sus labios a los míos y dejó un casto beso sobre estos. 

-¿Que tal amaneciste?- preguntó acariciando mi mejilla. 

-Mmm... Mejor que nunca.- ronroneé, acercando mi cuerpo al de ella. 

-¿No te duele?- preguntó preocupada. De inmediato negué, no quería que se preocupara por eso.- ¿Ni un poquito? 

-Casi nada.- contesté, dándole poca importancia al tema. Lisa bajó su mano por mi cintura y la posó en mi glúteo derecho, el cual acarició con suavidad.

-Lo de anoche fue increíble.- susurró acercando sus labios a mi mentón, para besarlo con lentitud. 

-Lo fue.- acaricié su mejilla y dejé que siguiera acariciando la piel desnuda de mi cuerpo.

-¿Qué quieres hacer hoy?- preguntó separándose de mi mentón. Arreglé su flequillo y ella sonrió agradecida. 

-Mmm... No lo sé, quisiera quedarme todo el día aquí contigo.

-¿Aquí en la cama?- preguntó, mirándome sorprendida. 

-Sí amor, es más ¿Qué te parece si vemos alguna película? ¿O alguna novela?-pregunté al recordar aquel drama coreano que había querido ver hace unos días atrás.- Ha salido uno nuevo, se llama "Holo mi amor".- la peligris me miró sonriente y asintió. 

-Rosé me habló de el, dice que es muy lindo.- contó.- Bien, primero hay que asearnos, hacer algo de desayunar y ya después podemos ver la serie ¿Te parece? 

-Sí.- dejé un último beso en sus labios y me erguí en la cama, sintiendo un pequeño dolor en mi trasero. 

-¿Todo en orden?- preguntó cuando me escuchó gemir adolorida. 

-Sí.





1 horas más tarde




Después de una larga ducha caliente, me alisté y me puse un pijama de algodón azul. Lisa por su parte había decidido quedarse en la ducha, ya que después de tanto manoseo entre nosotras, ella no había podido terminar de limpiar su cuerpo. Cuando salí de la habitación, fui recibida por el llanto de los cuatro mininos, quienes al verme comenzaron a acariciarse en mis piernas. Vi a la pequeña Lily mirar a sus hermanitos con cierta duda de acercarse a ellos, por lo que me agaché y la tomé entre mis brazos. 

-Hola mi vida.- dejé varios besitos en su cabecita y la llevé hasta la cocina, siendo seguida por los otros tres mininos. Saqué de la gaveta las bolsas con su comida y me dirigí a la sala.- Niños no peleen.- me acuclillé detrás de ellos, dejando a la pequeña Lily de lado para separar a Leo y a Louis, quienes peleaban por comer del mismo plato. Terminé de poner la comida en sus platitos y cargué a Lily antes de que comiera de la comida de Leo y este le pegase. Dejé las bolsas en la encimera de la cocina y me dirigí hacia el sofá. De la bolsa que habíamos traído de la veterinaria saqué el paquete de su comida, viendo como Lily lloraba al escuchar el sonido de aquel plástico. Abrí la bolsa con mis dientes y volví a donde los demás gatitos comían, Lily observaba ansiosa la bolsa de su comida y de vez en cuando trataba de meter su patita a la abertura de esta. Vertí un poco de su comida en el plato que estaba cerca al de Luca y esparcí un poco de aquellas vitaminas para su pelaje. Lily se soltó de mi agarre y comenzó a comer con mucha prisa, ignorado por completo que Luca se había acercado a ella para olfatearla. 

Para siempre, Mi primer gran amor  (Lisa y tú) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora