-Cinco minutitos más.- pedí al sentir el cálido tacto de su mano en mi mejilla. La hermosa niña de mis sueños estaba por decirme algo, cuando de repente esta se desvaneció y en vez de ella, apareció mi novia.-Ya despierta, es muy tarde.- llevó sus largos dedos por debajo de la blusa de mi pijama y acarició mi piel, haciéndome cosquillas en ambos lados de mi cintura.
-No.- me abracé a mi almohada y sonreí al percatarme del olor de mi novia en esta.- Ven, échate aquí conmigo.- pedí, pero Lisa negó.
-No mi amor, ya levántate.- tiró de mis brazos y la miré con desapruebo.- Vamos amor, quiero que veas la sorpresa que he preparado para ti.- dijo esta, arreglando mi desordenada cabellera.
-¿Sorpresa?- pregunté un poco más despierta.
-Eso dije, pero si no la quieres ver puedes quedar...- me levanté lo más rápido que pude de la cama, sin dejar que mi novia terminara de hablar. Me puse mis pantuflas y cuando quise arreglar mi blusa para que no se viera mi desnudez, Lisa me detuvo.- Primero quiero que vayas a ducharte, después quiero que te pongas algo... Mmm... No lo sé, pero quiero que luzcas muy sexi, aunque no tienes que esforzarte, ya de por sí eres sexi.- susurró acariciando mis piernas.
-Es usted muy mandona Señorita Manoban.- susurré antes de acercarme peligrosamente a sus labios.- Me encanta cuando eres mandona.- Lisa metió sus manos por debajo de mi blusa y acarició mis glúteos, haciéndome gemir en cuanto sus dedos bajaron entre la unión de estos.- Lisa, no juegues así conmigo.- pedí, bajé mi mano hasta la suya y la guié a mi entrada.
-No voy a tocarte.- dijo burlona, mientras jugaba con mi húmeda piel.
-Vamos bebé.- pedí. Bajé mi vista a mi blusa y pude notar lo endurecidos que se encontraban mis pezones.- ¿Me harás rogar?- pregunté acariciando su cuello.
-No lo sé, tal vez sí, tal vez no.- la peligris subió sus manos por mi espalda baja y estas se posicionaron en mi cintura.
-Iré a ducharme entonces.
-Ve, antes de que pierda la cordura.- acarició por última vez mi trasero y se apartó de mi cuerpo.
-Quería que la perdieras.- susurré.
-Ya nena, tendremos mucho tiempo para eso. No demores.- miré embobada a mi novia y sin más corrí a la habitación de baño, aún debía descubrir cuál era la sorpresa. No sabía que iba a ponerme, pero haría lo posible por causarle un orgasmo visual a mi novia.
¿Orgasmo visual?
¿Eso siquiera existía?
Cuando terminé de ducharme, salí directo a mi guardarropa y busqué algo adecuado para lo que sea que mi novia haya preparado. Mi mirada fue directa a los regalos que las chicas me trajeron el día anterior, ni siquiera había tenido tiempo de abrirlos, así que ¿Qué mejor que hacerlo ahora? Abrí cada obsequio con mucha delicadeza y me sorprendí con las cosas que estas chicas me habían regalado. Cuando quedó la última caja, me sorprendí al encontrar un vestido dorado de manga larga. La tela era elástica, por lo que no me preocupé al pensar que no podría quedarme. Lo que sí me molestaba era que al ser de este tipo de tela se remangaba y es muy incómodo tener que estar arreglando este a cada momento, pero sin duda era un vestido muy hermoso y ya vería cómo haría para que no me incomodara tanto.
-Esto está más que perfecto.- chillé. Dejé todos los regalos encima de una de las gavetas vacías y tomé mis sandalias doradas. Cuando terminé de cambiarme me miré al espejo y suspiré aliviada al saber que aquellas pantis cubrían todas mis cicatrices. Lisa ya había visto absolutamente todas las marcas de mi cuerpo, pero aún me incomodaba tener que lidiar con que estas se vean. Tomé mi cepillo del tocador y comencé a peinar mi cabello, para después secarlo, hacía un tiempo había visto tutoriales en YouTube de como hacer peinado lindos en menos de diez minutos, por lo que decidí hacer uno de ellos. Formé un despeinado moñete y dejé algunos mechones de mi cabello sueltos, sonreí al ver el resultado y noté que ese peinado hacía lucir mi rostro un poco más delgado. Apliqué un poco de gloss en mis labios y también un poco de máscara de pestañas, después de todo mis ojeras habían desaparecido y aquella espinilla que venía atormentándome desde hace días también. Cuando estuve lista volví a la gaveta de mis perfumes y tomé uno de los que Rosé me había regalado para navidad, sin duda esa fragancia de chocolate era muy exquisita. Caminé hasta mi habitación creyendo que encontraría a mi novia, pero no fue así, en lugar de eso encontré su bolso con toda su ropa desordenada.

ESTÁS LEYENDO
Para siempre, Mi primer gran amor (Lisa y tú) (+18)
FanfictionDe pequeña creía que los cuentos de hadas tenían mucho que ver con la realidad, lástima que cuando aquella etapa culminó y yo fui creciendo, la realidad simplemente me tomó por sorpresa; como si alguien hubiera tenido el atrevimiento de lanzarme un...