Capítulo 38

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-Te serví solamente para despertar sus celos ¿Verdad? Fui la pieza inocente con que cebaste el anzuelo. Fui la trampa dispuesta, para el maldito halcón de tus cielos, la amante confiada, tan entregada yo, tan ciega ¡Joder! Nunca tuve sospechas, que ingenua que soy. Siempre fui la tonta del juego, siempre te creí ilusionada, pero hoy veo que te serví solo de carnada ¿Por qué no me dijiste que seguías enamorada de ella? ¿Por qué?- sorbí mi nariz y miré el rostro de la pelinegra, el cual ni siquiera mostraba expresión alguna.- Lo peor de todo es que la sorprendí cuando te miraba, noté esa mirada llena de pasión y deseo, y cuando te lo dije me hiciste creer en tu explicación de "Es un viejo amor, que ahora ya no es nada. Fue especial en su momento porque solo éramos dos chiquillas haciendo cosas de grandes, eso ya es agua pasada." Te creí, te creí tan ciegamente que lo dejé pasar. Utilizaste una buena estrategia, provocaste sus celos y ahora que al fin ha dado sus frutos, se ha tragado el anzuelo.- Lisa quiso hablar, pero de inmediato la detuve.- Me utilizaste Lisa, dañaste mi corazón y... Y quizás un día la utilices también a ella de señuelo como "Inocente reclamo" que te permita abrir fuego, sobre otra presa curiosa que vuele bajo en tu cielo. De verdad creí que estabas enamorado de mí, de verdad lo creí, pero todo fue una maldita mentira.

-¿Por qué sigues haciéndote esto?- preguntó con sequedad.- ¿Por qué sigues buscando lastimarte? Ya te dije que no te amo. A quien amo y amaré por siempre será a ella.- contestó firme señalando a la castaña que se encontraba recostada en su cama, con las sábanas cubriendo su desnudez.- No te amo, ni te amaré jamás.

-¡Eres una idiota!- grité queriendo lanzarme encima suyo, pero por alguna razón no podía, no tenía fuerzas para hacerlo.- Me has herido el corazón de una manera tan cruel. Traicionaste mi amor, y no logro entender por qué le hiciste tanto daño a mi vida, si yo a ti nunca te hice mal. Jugaste con mis sentimientos y es lo que más me duele... Por... Por culpa de tu traición, ahora siento que mi alma se muere. No tuviste compasión de mí, y... Y ahora es tarde porque maldigo la hora y el día en que te conocí... Pero más maldigo a mi corazón, porque es el único culpable por haberse enamorado de ti.

-Vete ya, lo único que has hecho ha sido molestar nuestro íntimo momento.- pidió la castaña levantándose de la cama, aún envuelta en las sábanas. Se acercó a Lisa y descaradamente la besó en los labios.- Das lástima.

-¡Las odio!- grité con todas mis fuerzas.- ¡Las odio!

-Como digas, ahora por favor, márchate.- sentí mi garganta harder y de inmediato mis brazos se comenzaron a sacudir con brusquedad.




Al abrir mis ojos me encontré con la mirada preocupada de mis dos amigas. Jisoo tenía entre sus manos un vaso con agua, el cual dejó en la mesita de noche para después secar las lágrimas que reposaban sobre mis mejillas.

-Está bien, sólo ha sido una pesadilla.- me calmó Rosé, mientras acariciaba mi espalda con lentitud.

-Se... Se veía tan real.- susurré, queriendo procesar el sueño que había tenido.

-Fue con Lisa ¿Verdad?- preguntó Jisoo y yo asentí.

-No parabas de gritar su nombre, entre otras cosas que no se entendían.- dijo la rubia.

-Ten.- Jisoo me tendió el vaso con agua y de inmediato lo acepté, bebiendo su contenido en tres grandes tragos.

-Gracias.- musité y ella asintió.

-Aún son las cinco.- avisó Rosé, mirando el pequeño despertador que estaba a su costado.- ¿Les gustaría ir a caminar?- ofreció. Jisoo me miró pensativa a la espera de que aceptara, por lo que asentí.- Bien, haremos que este día esté lleno de alegría ¿Si?

Para siempre, Mi primer gran amor  (Lisa y tú) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora