Capítulo 29

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-Ya Christian, deja de molestar con eso.- pedí ofuscada. Aquel rubio de metro sesenta y ocho, estaba sacándome miles de canas de colores en mi cabeza. 

-Pero ¿Me lo vas a negar?- preguntó burlón.

-Ya, eso es pasado. Ahora tengo novia.- susurré. 

-Pero si no tuvieras, sí aceptarías su propuesta ¿Verdad?- tomé mi teléfono, viendo en la pantalla de bloqueo una fotografía de Lisa y yo en mi cumpleaños. Sonreí al recordar lo hermoso que había sido aquel día, un día que sin duda nunca olvidaría. 

-Tal vez. 

-Ya, hasta lo que yo recuerdo tú te morías por ese chico.- mencionó, acabando con la poca paciencia que tenía. 

-Me gustaba, ahora no. Después de lo que pasó ese día, comprobé que no quería lidiar con que todos me odiaran ¿Acaso no recuerdas cuando me amenazaron para que me alejara de él?

-Sí lo recuerdo. 

-¿Entonces?- pregunté. El joven rubio suspiró rendido y asintió, sabiendo que aquello había sido lo que me había hecho entrar en una gran crisis.- No puedo verlo con otros ojos Christian, no cuando ahora tengo a Lisa en mi vida. 





1 hora más tarde




En definitiva odiaba el tráfico de Nueva York. Peor ahora que todo estaba cubierto por la fría y blanquecina nieve. Nos encontrábamos parados frente a las puertas de "Island Records". Al entrar al gran edificio nos encontramos con varios de los guardias de seguridad, quienes nos llevaron hasta recepción a la espera de aquel joven ruloso. Cinco minutos más tarde llegó el susodicho, vestía unos pantalones negros con tenis blancos y una sudadera blanca, junto a sus lentes de descanso.


¿Cómo sabía que eran de descanso? 

Intuición femenina supongo. 

Nah, el reflejo era diferente a los de unos lentes con medida. 


-Hola preciosa.- saludó el chico ruloso de apariencia impecable. Christian me miró muy sorprendido, haciendo que me sonrojara al notar su radiante sonrisa. 

-Hola.- saludé cabizbaja, después de todo, no quería que me viese en ese estado. Shawn tomó mi mano y llevó el dorso de esta a sus labios, dejando un cálido beso.

-¿Cómo has estado?- preguntó. Su manager nos indicó el camino hacia el interior de la sala de juntas, donde nos situó sitios a cada uno de nosotros. 

-Bien, he estado muy bien ¿Y tú?

-De maravilla. Después de mi gira todo ha cambiado para mí.- dijo este. Su sonrisa gomosa iluminó su rostro, haciéndolo lucir aún más guapo de lo que ya era. 

-Me imagino.- suspiré, sintiendo su exquisita fragancia varonil invadir mis fosas nasales. 

-Te agradezco una vez más por haber asistido.- Christian terminó de revisar el contrato que involucraba lo que pasaría en el transcurso de esos tres días y firmó, para después tenderme el papel para que firmara yo también. 

-No podía perderme tu concierto.- contesté. El teléfono del castaño comenzó a sonar, llamando de inmediato la atención de todos en la sala. 

-Disculpen, debo atender.- se levantó del sofá y salió de la habitación, dejándonos a todos un tanto confundidos. Después de diez minutos apareció en la habitación con su típica sonrisa.- ¿Qué tal estuvo el vuelo?- preguntó interesado una vez que estuvo sentado en el sofá. 

-Muy cansado.- contestamos Christian y yo al unísono. 

-Me imagino, Corea está a diez horas de aquí ¿No? 

Para siempre, Mi primer gran amor  (Lisa y tú) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora