Para siempre, Mi primer gran amor (Lisa y tú) (+18)

Capítulo 36

(Lo que esté escrito con esta letra, serán algunos de los recuerdos de t/n)

Enero 02 de 2021, Los Ángeles - California

-Todo estará listo para mañana a las siete.- la chica de recepción me sonrió con complicidad, a lo cual no pude negarme a sonreír.

-Muchas gracias.- la mujer salió de mi habitación de hotel, no sin antes recordarme que debía decidirme entre rosas rojas o rosas.- No puedo creer que dentro de unas horas estaremos cumpliendo un año juntas.- susurré. Tomé mi bolso y la llave de la habitación, y salí de esta con una gran sonrisa en mi rostro. Gracias al cielo que la Ceo nos había otorgado unas cortas vacaciones a Lisa y a mí, de lo contrario, no quisiera ni imaginar la planificación de este día "especial".

Sentía cierta tristeza cada vez que salía por el balcón de mi habitación y veía el hermoso atardecer. Me es tan difícil recordar, que tan solo cinco meses atrás fue que partió mi madre. Cada día había sido muy doloroso, tanto para mí como para mi hermana. Cecilia, quien ya tenía seis meses de gestación, había decidido quedarse en casa para poder cuidar de nuestro padre, el cual día tras día se ahogaba más en el alcohol. Deseaba tener a mi hermana conmigo para apreciar todos los cambios de su embarazo, pero ella ya había decidido quedarse, por lo que tuve que aceptar su decisión. Durante esos cincos meses traté de que nada en tanto a mi trabajo cambiara, ya que en sí, este me mantenía un poco distraída. Eso en tanto a las mañanas y tardes, pero en cuanto llegaba la noche dejaba salir todo aquello que me atormentaba con un poco de alcohol. Me encontraba de buen humor, ya que sabía que mañana sería mi primer aniversario con Lisa y bueno, también mi cumpleaños.

-Estoy a nada de cumplir los veintiuno.- le susurré a Christian, quien me había dado el alcance en el lobby del hotel.

-Lo sé, ya estás vieja.- dijo burlón.

-Viejos tus calzones.- Christian rió y me guió hasta el restaurante del hotel.- Aún faltan dos horas para que llegue.

-No te desesperes rubia teñida.- dijo, tomando algunos rizos de mi cabello entre sus dedos. Hace apenas unos días que había decidido cambiar el color de mi cabello, no era nada extravagante, sólo era una iluminación.

-¡Quieto!- Christian retiró sus manos de mi cabello, para proseguir a separar mi silla de la mesa.- ¿Crees que le guste?- pregunté, tocando la puntas de mi cabello.

-Sin duda. Ella va a desmayarse.- aseguró.

-¿Y si no le gusta?

-Estaría loca si no le gusta, porque te ves muy guapa amiga mía.- una de las tantas señoritas encargadas de atender a los comensales, se nos acercó y tomó nuestra orden.- Se me hace imposible creer que van a cumplir un año juntas.

-Yo tampoco puedo creerlo. Han sido unos meses muy duros para nosotras.

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-Te extrañé tanto.- susurró antes de volver a besar mis labios. Hace dos horas que Lisa había llegado al hotel, desde ahí no habíamos parado de hablar y de besarnos, a tal punto que ahora nos encontrábamos recostadas en la cómoda cama, admirando con lentitud el rostro de la otra.

-También te extrañé.- Lisa acarició con suavidad mi espalda y sonrió cuando su mano fue descendiendo por esta hasta llegar a mis glúteos.

-Hace mucho que nosotras no...

-Lo sé.- atraje su rostro hacia el mío y besé sus labios, dejando salir contra estos leves jadeos.- Ya tendremos tiempo para eso.

-Te ves tan sexi con ese color de cabello.- jadeó al separarse de mis labios.