-Buenos días.- susurró en mi oído tomándome por sorpresa. Sus fuertes manos se posaron en mi vientre, haciendo que mi trasero chocara contra su pubis.-Buenos días.- contesté. La joven peligris dejó un casto beso en mi mejilla, haciéndome sonreír como una adolescente enamorada con aquel hermoso gesto. Giré mi rostro y me topé con la hermosa sonrisa de mi novia, recién se había levantado, pero eso no le quitaba lo sexi que se veía despeinada.- ¿Qué haces despierta tan temprano?- dejé de enjabonar el sartén que tenía en mis manos, para después enjuagar mis guantes. Observé el pequeño reloj que había en la ventana de la cocina, eran apenas las ocho de la mañana y Lisa siempre solía despertar a las nueve en punto.
-Te extrañaba.- contestó. Retiré los guantes de mis manos y me giré para abrazarla por su cuello.
-¿Ah sí?
-Sí.- contestó, dejando un casto beso en mis labios.- Huele muy bien.- dijo esta con su mirada clavada en el mesón.- ¿Tú lo preparaste?- preguntó sorprendida.
-Ujum.- Lisa sonrió y volvió a besar mis labios.
Había amanecido muy feliz y quería compartir mi felicidad con todos los miembros de mi casa, así que decidí preparar el desayuno. Al principio no tenía ni idea de qué preparar, pero gracias a "San Google" me decidí por cocinar diferentes cosas. Había buscado recetas de desayuno coreano y opté por dos de esas. Ya tenía listo los rollitos de huevo, no voy a mentir cuando digo que la primera tortilla que hice se me destrozó por completo y tuve que botarla a la basura porque no sólo se había destrozado, sino que también se había quemado, la segunda me salió perfecta y gracias al cielo fue así hasta que terminé con la quinta tortilla. Preparé Hot Cakes, ya que a Cecilia y a Christian les encantaban, también exprimí algunas naranjas, y piqué fruta para mí. Cociné arroz y una sopa al estilo oriental, después de todo quería mimar a todos en casa.
-¿Hay algo que no sepas hacer?- me separé de su cuerpo y la guié hasta el mesón.
-No es para tanto. Me esforcé bastante para que nada se quemara.- contesté burlona. Lisa tomó una fresa del plato y la dirigió a mis labios, mordí un pedazo de esta y ella se llevó el resto a su boca.
-¿Te molesta?- preguntó Lisa al verme caminar hacia el estante donde estaban las galletas.
-¿Qué cosa mi amor?- pregunté y esta rió.
-¿Te molesta ahí abajo cuándo caminas?- la miré sorprendida, pero de igual manera terminé asintiendo, ya que sí me molestaba.
-Sólo un poco.- contesté, para que no se preocupara.
-Puedo notarlo.- dijo burlona.
-Ya.
-La manera en la que caminas.- Lisa imitó mi caminar e hizo que ambas rieramos.- ¿Quién no se daría cuenta?- tomé la caja con mis galletas favoritas y caminé hasta la mesa.
-Ya amor, deja de reírte.- pedí, pero ella no parecía calmarse.
-¿Amor?- me llamó cuando estuvo calmada.
-¿Mmm?- saqué dos platitos de la gaveta y serví en estos la sopa, para después llevarlos a la mesa.
-¿Hoy irás al hospital?- preguntó. Dejé los platos en sus respectivos lugares y la miré por un largo rato.
-No lo sé. Hoy no es día de visitas.- me encogí de hombros y seguí sirviendo el desayuno.
-Puedes hablar con el Doctor, recuerda que sólo nos quedan dos días.- me recordó y yo asentí.
-¿Me acompañarías?- pregunté. Lisa se acercó a mí y me rodeó con sus brazos.
-Sabes que lo haré.- me tomó por el mentón y besó mis labios. Al separarnos arreglé su melena de león y reí al percatarme que traía su pijama de gatitos.
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Para siempre, Mi primer gran amor (Lisa y tú) (+18)
FanfictionDe pequeña creía que los cuentos de hadas tenían mucho que ver con la realidad, lástima que cuando aquella etapa culminó y yo fui creciendo, la realidad simplemente me tomó por sorpresa; como si alguien hubiera tenido el atrevimiento de lanzarme un...