𝟑𝟏

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Era la despedida de Temari, iba tarde, pero ya casi llegaba a la puerta de la aldea, las siluetas de muchas personas estaban allí, principalmente Gaara, Kankuro, Temari y... Shikamaru. Era de esperarse, era su novio, pero sentiría culpabilidad en cuanto lo mirara a los ojos.

Naruto también estaba allí, todos charlaban fluidamente abarcando todos los temas posibles para quedar al dia antes de que se fueran.

'Que chismosos', pensé.

Temari y yo cruzamos miradas mientras me aproximaba a los cinco, un sonrisa cerrada se ilustró en su rostro, yo hice lo mismo. Aunque moría por lanzarme sobre ella, mantuve mi compostura pues obviamente no era el momento indicado. Sólo le regalé un pequeño y disimulado guiño.

Llegué al lugar y saludé a cada uno de los que estaban allí. 

— Hola, perdón la tardanza— hablé entre jadeos.

—Pensamos que no ibas a venir— habló Gaara mientras Kankuro, su hermano, asentía con la cabeza confirmando la afirmación.

—Eso jamás— dije sonriendo.

—No vine a hacer mucho a aquí. Solo vine a desearles un gran viaje. Y Gaara ¡Muchas felicitaciones! será muy alocado ir a visitarte y decir que soy amiga de Kazekage— hablé risueña.

—Esperaré tu visita con ansias.

Abracé al pelirrojo.

—Ya empezaba a acostumbrarme a sus presencias aquí. Los extrañaré mucho.

Seguido de el, abracé a Kankuro y por último a la rubia.

—En especial a ti, cariño— susurré al oído de la No Sabaku mientras la abrazaba.

Me separé de Temari quien sólo me dedicó una tierna y cálida sonrisa.

—Espero volver a verte. Tenemos que ir a las aguas termales— hablé de manera amistosa para que ninguno pensara de mas.

—Seguro— respondió la rubia siguiendo el juego. Pero Gaara nos observaba con cautela, creía que el pelirojo sospechaba algo.

—Gaara, Kankuro, esperenme un segundo, tengo que decirle a _________ en privado— habló Temari a sus hermanos, arrastrandome con ella dentro del bosque afuera de la aldea.

—No tardo— me preocupaba las decisiones que la No Sabaku estaba tomando, cualquier paso en falso podía delatarnos.

Gaara nos siguió con la mirada hasta desaparecer de su campo de vista.

Al caminar algunos metros (donde ni los otros cuatro no podían escuchar ni ver) la rubia se detuvo en seco, soltó mi brazo y me arrinconó contra uno de los troncos de los árboles del lugar. 

—Dios mío, Temari, ¿pero qué haces?.

La rubia no contestó.

—Conque me vas a extrañar mucho ¿eh?— la rubia miraba ansiosa mis labios.

—Temari, no es el momento indicado— hablé mirando a nuestro alrededor pendiente que nadie se acercara.

—Shikamaru está sólo a un par de metros de aquí— susurré.

—¡Al diablo Shikamaru!— respondió también susurrando.

—Que mala manera de hablar de tu novio, Temari— le reproché.

—¿Me das un último beso antes de irnos?— me tomó del mentó acercandome a ella.

—Dios, nos van a matar si nos descubren.

—Nada va a pasar— habló segura la rubia.

—Solo uno y nos vamos, ya estamos tardando mucho.

Me aproximó a sus labios. Me besó con tranquilidad, intercambiabamos respiraciones agitadas y nuestros alientos calientes, ingresó con delicadeza su lengua a la cavidad de mi boca y su lengua juguetona jugaba con la mía.

Nos separamos agitadas, su mano seguia en mi mentón y nuestras mejillas tenían un rubor rosado.

Mis bragas estaban húmedas, había sido un gran beso.

Gaara se apareció allí, no nos dió señal alguna que no alertara de su presencia. Nos observaba de arriba a abajo, esa pose tan compremetedora nos había delatado.

Ninguna de las dos nos movimos, nos quedamos estáticas, sin mover ni un solo músculo. stabamos muy nerviosas.

—¿Qué es lo que sucede aquí?— preguntó el pelirrojo aparentemente molesto cruzado de brazos.

—No preguntes lo que ya sabes— respondí.

—No me parece correcto lo qu están haciendo, Shikamaru está allí— señaló entre los árboles al joven Nara hablando con Naruto en la puerta.

—Lo sé, eso mismo le dije a Temari y no me quiso escuchar.

La rubia me miró molesta.

—Está bien, la culpa es nuestra— hablé forzada

—Tendremos que hablar luego, pero por ahora tenemos que irnos— habló Gaara retirandose del lugar.

—Te tienes que ir ya— le recordé.

—Me encantaría no tener que hacerlo— me abrazó ocultando su rostro en mi cuello.

—Pero es necesario, debes estár feliz por tu hermano. Y recuerda que debes pensar en que le dirás a Shikamaru, si decides continuar con él, nosotras terminaremos.

—¿Por qué?— preguntó alterada.

—Se supone que soy amiga de Shikamaru, y las verdaderas amigas no se acuestan con las novias de sus amigos.

—Debes pensarlo muy bien— besé su mejilla.

—Te voy a extrañar, cariño— sonreí.

—Volveré pronto. 

—Eso espero.

Me aproximé a los cuatro jovenes a la salida de la aldea. Me miraban con detenimiento.

—¿Qué?

—¿Tan importante y largo era ese secreto?— preguntó Kankuro.

No recordaba el 'secreto'. No respondí.

—El secreto que Temari te contó allá, tras los árboles— Indicó.

—Oh, ese. Es un secreto no te puedo decir— le sonreí triunfadora. 

—Mujeres problemáticas— habló Shikamaru fastidiado por tanto conflicto para que se fueran. Mirarlo a los ojos me costaba, y mucho.

Temari venía tras de mi. Se despidió del Nara y se alejó.

Temía que su respuesta no fuera la que yo esperaba.


¿Cómo no amarte? | Temari y Tú [Yuri +18] √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora