𝟑𝟑

1.3K 124 0
                                    


Durante el camino Temari no habló, ella iba a un par de pasos delante de mí, guiandome a su casa, el lugar en donde pasaría la noche.

Al llegar, inserto la llave en la cerradura de su puerta, dio un giro y se abrió. Era una casa grande y linda, que aunque fuera solo para una persona, era acogedora.

Ingresamos, me quité los zapatos y fui tras ella.

En ese momento ella rompió el silencio.

—Entra a bañarte allí— ordenó señalando la habitación del baño, era color blanco con azul cielo.

Temari tenía un buen gusto para remodelar.

Asentí y me aproximé al baño. Estaba tan enojada que me daba miedo llevarle la contraria.

—¿Qué hacía tu 'amiga' Yukio, aquí?— preguntó señalando énfasis en las comillas, su voz tenía un tono notoriamente irritado.

—Ella tenía una misión.

—Si, claro— respondió sarcástica.

¿Para que me preguntaba si no iba a creer en mis palabras?.

—Cree lo que quieras— entré al baño. Sus palabras me detuvierón.

—Si sólo venía a una misión, ¿Por qué te besaba?—preguntó fastidiada.

—No lo sé, sólo se despidió y ya, no supe del motivo— la rubia no me creía, eso me molestaba.

—Tú sólo quieres que te diga lo que quieres escuchar, pero nada de lo que imaginas sucedió— finalmente entré al baño y tomé una ducha.

Abrí el grifo, el agua tibia salió, se deslizó por mi piel desnuda aliviando el estrés y relajando mi cuerpo y mi cabello húmedo se pegaba a mi espalda.

Salí de la ducha, Temari había dejado una toalla al lado del lavabo, me envolví en ella.

La rubia no se encontraba en la sala principal, no sabía donde estaba así que empecé a buscarla en todas las habitaciones.

Finalmente la había encontrado, estaba en su habitación era un amplio cuarto con una cama doble.

La rubia estaba asomada por el balcón de la habitación, observaba el cielo tratando de ordenar sus ideas.

Ingresé a la habitación intentando no hacer ruido.

Estaba envuelta en la toalla, sacudí mi cabello intentando de que las gotas de agua no se almacenaran en este.

La rubia entró a la habitación y cerró las puertas que daban acceso al balcón. Se aproximó a la cama y se sentó en el borde.

—Realmente lamento lo de ahora— se disculpó cabizbaja.

—Lo sé, descuida, todo está bien— di media vuelta para acomodar la toalla que se empezaba a resbalar.

—No, es enserio, quiero que quedemos bien— pidió la No Sabaku.

Una duda surgió en mi mente. Giré una vez mas mientras la miraba fijamente.

—Temari, no te entiendo, ¿qué es lo que te hace pensar que salgo con alguien mas aparte de ti?

—No lo sé, desde que apareció Yukio me siento intimidada. Veo que es tan cariñosa contigo y sé que siente algo por ti, cuando te besó hoy pensé que ella también te gustaba y sentí que empezabas a quererla.

—Claro que la quiero, ella es importante en mi vida como una amiga. Lamento si te confundí y te hice pensar que estaba interesada en ella— sonreí.

La rubia se puso de pie y me acercó a ella, tomó mi mentón y me aproximó a sus labios, esquivé su beso con una sonrisa n mis labios. 

—Creí que no podía besarte porque otra persona me había besado hoy.

—Eso no importa, ya tomaste una ducha. Ya sé que eres mía. El predador ya tiene a su presa— sonrió pícara mientras me besaba. Su mano se dirigió a mi cintura acercandome mas a ella, y mis brazos se entrelazaron en su cuello.

—Es verdad, pero tengo que cambiarme primero— le señalé la tela que me envolvía.

—No tengo ropa para que duermas, yo duermo en bragas.

—¿Acaso esperas prestarme alguna de tus bragas?— sonreí con pensamientos obscenos recorriendo mi mente

—No es una mala idea— susurró a mi oído.

. . .

—Ya es tarde, cielo, estoy cansada— me cubrí con las sábanas de su cómoda cama.

—Tengo algo que lo puede aliviar— se acercó a mí cuello, no pude evitar sonreír un poco.

—Dudo que eso me quite el cansancio— murmuré.

Sus labios empezaron a recorrer mi cuello, dejando marcas a su paso. Finalmnte terminó con un beso.

Ambas habíamos tenido un dia pesado.

Rendida me acerqué al cuerpo de la rubia, su mano en mi cintura me mantenía cerca de ella.

—¿Qué has pensado sobre Shikamaru?— pregunté.

—La verdad, mucho— bostezó. —Pero mañana te cuento.

Asentí y a los pocos minutos quedé profundamnte dormida.

¿Cómo no amarte? | Temari y Tú [Yuri +18] √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora