𝟑𝟕

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Me dirigí a la habitación con afán. Tomé la primera prenda que vi para ir tras la rubia.

¿Había hecho algo mal?

Por un momento había olvidado a Yukio, pero su presencia me fue indiferente en ese entonces, ella estaba al lado de la puerta viendo mi intención de ir en busca de la rubia. Aunque sabía que todo estaba claro entre Temari y yo, tenía la necesidad de saber a qué era a lo que había venido.

¿Acaso había cambiado de parecer?

Salí de la casa. La rubia se había ido por encima de los tejados de las casas, tal vez pensó que así se alejaría más pronto, pero con lo que no contaba, era que las lágrimas en sus ojos le impedirían ver con claridad. Rendida y aturdida por esa montaña rusa de  emociones que vivía, cayó de rodillas, desesperada limpiaba sus lágrimas.

Me acerqué a la No Sabaku quien tenía un colapso emocional en ese momento, realmente se esforzaba para que no la escuchara llorar.

Su voz temblaba.

—Yo solo vine a arreglar las cosas, no quería dejar esto asi. Debí escuchar a Gaara, yo estaría mejor ahora de haberlo hecho— rompió en llanto, era tan vulnerable.

Me arrodillé y la abracé, rápidamente envolvió sus brazos en mi cintura, empezó a llorar desconsolada.

Después de un par de minutos se calmó un poco.

—¿Por qué hiciste esto?— preguntó limpiando sus lágrimas.—¿Acaso la amas?.

—No— respondí de inmediato. Lo único que sentía por Yukio era atraccion sexual, nada más.

—¿Por qué lo crees?

Que pregunta tan idiota, pero mas idiota era la que lo preguntaba.

—Pasarón la noche juntas ¿qué más significaría eso aparte de que sientes algo por ella?

—Supongo que no fue mas que eso, sexo ¿verdad?

La rubia me miró molesta.

—No te enojes conmigo. Ni siquiera te enojes con Yukio. Yo estaba ebria y mi novia me había terminado. La combinación resultó ser esto— me justifiqué.

—Debes entender que yo solo te quiero a ti, eso no cambiará si estoy con otras personas. Tu debes saberlo mas que nadie, mira lo que ha sucedido durante todos estos últimos meses con Shikamaru.

—¿Qué haremos nosotras ahora?

—¿Que qué 'haremos'?. Lo único que tienes que hacer es levantarte y cumplir con el compromiso que ahora tienes con Shikamaru— hablé con dificultad mientras nos levantabamos.

La rubia me miró con sorpresa.

—Ya sé que te casarás con él, ¿verdad?.

—Si— la rubia no tenía idea de cómo me había enterado.

—Ayer Naruto vino, Shikamaru le contó que te casarás con él en unas semanas— expliqué.

—Debí haberlo dicho antes.

—No importa si me lo hubieras dicho hace un mes o mañana, la conclusión sería la misma, estás comprometida.

La No Sabaku sonrió triste.

—No te preocupes, es verdad lo que dijiste, estarás mejor con él— di una sonrisa amarga, no podía ignorar el hecho de que la perdería para siempre.

—Pero yo no lo quiero a él, yo te quiero a ti.

—Hubiera sido lindo que hubieras dicho hace un día. O que lo hubieras pensado cuando aceptaste comprometerte con él. Eso no importa, sabes que no siempre tenemos lo que queremos. Yo también te quiero para mí, y no te tengo.

—¿Vas a estar ahí?— preguntó.

—No, no quiero que me rompan el corazón una vez más— respondí.—Ahora ve, se que podrás amarlo tanto como el te ama, y sé que podrás ser mas feliz de lo que esperas— sonreí triste, mi corazón guardaba rencor a la vida.

Ojalá se vaya al infierno el destino.

Lentamente me acerqué a sus labios, no quedaba distancia entre nuestras bocas, di un corto beso. Esta vez no habían sonrojos ni risas tímidas, ambas sabíamos que sería nuestro último momento juntas, era inevitable no sentirnos desilucionadas al ver que nada de lo que habíamos planeado estaba saliendo correctamente.

Como todos los momentos que marcaban nuestra historia, había un paisaje, y un atardecer, todo empezó con un beso y así mismo terminó. Nuestro tiempo se había ido por donde alguna vez había venido, ninguna de las dos queríamos irnos, ambas estabamos perdidas en nuestros pensamientos tratando de encontrar una manera en la que pudieramos estar juntas y ser felices, pero no tenían ninguna idea lógica.

—Siempre te amaré, aunque sea en secreto— susurró a mi oído mientras una lágrima recorría su mejilla.

—Y yo a ti, siempre te esperaré— besé su frente, tratando de calmar la ansiedad de besarla hasta no poder más y tal vez huir junto con ella.

Finalmente había seguido los consejos de Naruto, me alejé de la rubia  y me aproximé a mi casa, dejándola atrás, en el pasado, como el Uzumaki había sugerido.

Cerré la puerta, aún estaba confundida por todo lo sucedido.

Yukio estaba en mi habitación vistiendose lista para irse.

—¿Qué haces?

—Tengo que volver a mi aldea, cariño. Finalmente comprendí que no me vas a amar jamás, pero eso no interesa, tu solo escribeme cuando quieras repetirlo, mi amor por ti seguirá intacto— sonrió terminando de ponerse su blusa.

Se aproximó a mi de manera seductora.

—Puedo ser tu amante cuando estés despechada o puedo darte amor cuando te sientas solitaria— susurró a mi oído, su voz me estremecía.

—Supongo entonces que nos veremos dentro de poco—sonreí.

—No me gustaría saber que te rompen el corazón, pero si cada vez que lo hacen vendrás corriendo a mi, seguramente cambie de parecer.

Abrí la puerta, se acercó y besó la comisura de mis labios con delicadeza, y se alejó saliendo por la puerta.

Una vez más estaba sola.

¿Cómo no amarte? | Temari y Tú [Yuri +18] √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora