𝟑𝟓

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Después de volver a la aldea de la hoja, cabizbaja y sin alientos, fui a un bar, no pensaba estar ebria, sólo quería un poco de sake.

Ingresé a la tienda, en la barra de servicio solo había un hombre recostado en la barra y muy ebrio. Apestaba a borracho y a orines.

Lo único que no queria después de beber era eso.

En las mesas del lugar habían muchas personas, muchos celebraban en grupos alguna buena noticia, y otros estaban solos acompañados de las vacías botellas del licor que ya habían bebido.

Me senté al otro extremo de la barra del servicio, no quería estar al lado del borracho, aunque era un bar y obviamente habían ebrios, no me acercaba a ninguno de ellos, pues cuando estan bajo la influencia del alcohol, suelen ser muy desgenerados y corruptos, y muchas veces por 'accidente' terminaban levantando tu falda o tocando tus pechos.

Eran unos enfermos.

Pedí una botella de Sake a la joven que atendía en la barra. Recién sacada del hielo me la dio.

A los siete sorbos ya había terminado la botella.

¡Mierda!, ¿En qué fallé?, me preguntaba.

El alcohol empezaba a hacer efecto, la melancolía y nostalgia empezaban a acompañarme en mí triste soledad. Eso no era para nada buena señal, sabía que tarde o temprano estaría llorando desnuda en la ducha de mi baño.

Llamé al cantinero, le di un par de monedas y un billete por el licor, djé la botella vacia en la barra y me acerqué a la puerta.

La puerta se abrió antes de que yo girara la perilla.

Dios, para mi mala suerte, no eran mas que Ino Yamanaka, Sakura Haruno y Hinata Hyuga.

Chocamos a en la puerta. Entusiasmadas me saludaron.

—¡Hola, ________!— saludó la pelirrosa sonriente.

—Que gusto verlas— hablé sin ánimos.

—¿Que haces acá?— preguntó la rubia Yamanaka.

—Acabo de llegar de una misión, un poco de alcohol calmaría mi estrés.

—Que bueno. Acompañanos un rato— la rubia me arrastró con ellas a la barra de servicio.

—Yo tengo que irme...

—No te preocupes, nosotras invitamos.

La joven que atendía la barra se acercó a las tres, después me miró con una sonrisa.

—_________, yo creí que te ibas a ir, dijiste que la resaca te caía muy mal y que no querias beber más.

—Lo sé, yo también creí que no iba a beber más.

La joven rió.

Las tres pidieron una jarra de vidrio de cerveza para cada una, incluso pidieron una para mi.

La joven las trajo rápidamente.

¿Cómo no amarte? | Temari y Tú [Yuri +18] √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora