❝ᴘʀᴏᴘᴇʀᴛʏ❞ ||【InkError】

✤ᴛᴡᴇʟᴠᴇ✤

Los días de Ink se habían vuelto agradables, iba y venía de la casa de Geno para estar al lado del moreno, había conocido bastante de él y algunas cosas que desconocía, Error también tenía un Dios en el cual creer, uno que estaba al lado de su madre fallecida, el albino evitaba hablar sobre la madre del menor porque  no quería que llorará y terminará deprimido, se encargaba de entretener al moreno mostrándole algunas cosas, ya le había enseñado sobre los colores, también escribir algunas cosas y leer.

Los cuentos con dibujos eran los favoritos del moreno, en especial en donde los protagonistas terminaban con su final feliz, el como expresaban su felicidad era agradable de ver. Últimamente no veía al hijo de su amo, solo permanecía al lado del de ojos cambiantes y eso era raro pero no le preocupaba tanto, prefería estar al lado de Ink que estar incómodo con la presencia de Geno.

—La princesa siempre tiene su final feliz.— Habló el moreno tocando la página en donde estaba la protagonista al lado de su pareja. —A pesar de haber tenido un comienzo triste, pudo ser feliz.

Ink estaba recostado en el tronco mientras veía las nubes, al escuchar la voz del menor dejo de observar el cielo para darle toda su atención al contrario. —Son princesas, siempre tendrán sus finales felices.

—¡Ella no era una princesa, pero terminó como una!— Exclamó el menor tomando otro cuento y abriéndolo en la página de su final para mostrárselo.— Mira.

El albino vio la página y era verdad, esa protagonista no era una princesa pero terminó como una. —Se enamoró de un príncipe y al estar juntos se convirtió en princesa, es lo mismo.— Se volvió acomodar en el tronco para seguir observando las nubes. —Solo son cuentos.

Error disgustado hizo un puchero, eran lindos cuentos para el, la manera en como el amor salvaba a la protagonista era muy seductor, el creer que todo era así de fácil era llamativo, también quería un final como esos cuentos, pero lo veía muy imposible.

Ink al no volver escuchar la voz del contrario volvió hablar. —Pero esos cuentos no son tan lejanos a la realidad, todos pueden tener su final feliz si lo quieren.

El moreno sonrió por las palabras del contrario, tenía esperanzas de tener también su final feliz.