❝ᴘʀᴏᴘᴇʀᴛʏ❞ ||【InkError】

✤ᴇʟᴇᴠᴇɴ✤

Ink disfrutaba el momento que estaba pasando con el menor, el cielo estaba tan resplandeciente y celeste adornada de las nubes que se movían por el ligero viento que había, era un día agradable que le llenaba de buenas vibras, giro su vista hacia el moreno para verlo como terminaba la corona de flores y comenzaba a juguetear con sus dedos, suponía que ahora que había terminado no sabia que hacer y eso le dio gracia, carraspeo un poco para llamar su atención mientras tomaba la corona y hablaba. —Esta lindo.— Enderezó su espalda para sentarse cómodamente y estando cerca del contrario lo coloco encima de su cabeza, la corona estaba mayormente de flores azules. —Te gusta ese color. ¿Verdad?— Arranco un pétalo de la flor para mostrarle.

Error observo el pétalo y luego al mayor, tristemente no sabia sobre los colores, solo se le hacia muy linda la flor, sin saber que hacer solo asintió avergonzado evitando verlo directamente, Ink no comprendía el comportamiento del menor, veía la flor y al moreno repetidas veces hasta captar que el menor no tenia conocimientos sobre los colores, se sorprendió y no pudo ocultarlo haciendo que el menor se sintiera más avergonzado. El albino al ver como el menor estaba tan avergonzado paso su mano por su rostro para relajarse un poco y tomarlo con calma, no sabia como sentirse por saber que el menor no tenia conocimientos de simple colores. 

—No te sientas mal.— Suspiro para calmarse y sonreír. —Sera divertido y entretenido enseñarte algunas cosas. ¿Quieres que lo haga? — Al ver como asintió elevo más sus comisuras para levantarse del suelo e ir hacia la casa, quería decirle a su madre que regresaran a su hacienda para ir a su patio y mostrarle el hermoso jardín que tenia lleno de flores de todos los colores. —Te llevare conmigo a donde vivo, mi madre ama las flores. ¡Y tiene un hermoso jardín con flores de todos los colores!

Al escuchar eso el menor se asusto, recordó que el capataz les había dicho de que no debían salir de la hacienda sin el permiso de su amo o serian lastimados o llevados a las minas, dejo de caminar y trato de alejar su mano del contrario, no quería problemas, Ink al sentir como el menor quería alejarse se detuvo y volteo a verlo, quería saber el porque se comportaba así. 

—¿Qué sucede? ¿No quieres ver las flores? . . .— Preguntó un poco desanimado, tenia muchas ganas de enseñarle los bellos colores. 

—Yo no puedo irme de aquí sin el permiso de mi amo. . .perdón.— Bajo su cabeza sintiéndose mal, no quería hacer sentir mal aquel que lo había tratado tan bien. 

Ink trataba de pensar en como enseñarle los colores sin salir de la hacienda, entendía que podía meterse en problemas si se llevaba así nomás al menor sin el permiso del padre de Geno, pero si lo hablaba con Geno estaba seguro que el aceptaría aquella travesura porque nunca le negaba nada. ¿Estaría mal usarlo a su favor? Lo pensó pero se sintió mal por usar de esa forma la amabilidad del de ojos carmesí, y quedando sin ideas suspiro. —Esta bien, lo comprendo.— Se acerco al menor para tomarlo del mentón y levantar su rostro, no le gustaba que bajara la mirada. —La próxima vez me aseguraré de traer algunos libros, no dejare que no sepas la existencia de los bellos colores.— No quería perder esperanzas en poder enseñarle y para darle más confianza al menor acarició sus cabellos mientras sonreía. 

El moreno no iba a negar que estaba nervioso, no sabia que hacer al sentir las caricias del mayor y solo jugueteaba con sus dedos con su miraba abajo, el albino estuvo acariciando su cabeza hasta que escucho como otra persona se acercaba donde ellos, al ver que era el hijo de su amo se altero alejando al mayor de el, quito su mano de su cabeza por miedo a que la otra persona lo malinterprete, pero aun así lo hizo. 

Geno estuvo buscando a Ink desde un buen rato, apenas había terminado de cambiarse salió para buscarlo, su madre no le había contado la razón de su llegada pero eso era lo menos importante, solo quería pasar tiempo con el contrario y estuvo todo el rato de pensamientos positivos hasta que lo encontró de espaldas, iba sorprenderlo por lo que se acerco sin ningún apuro y mientras se acercaba más vio que Ink no estaba solo, estaba acompañado de uno de los niños que trajeron, al ver como el moreno quito la mano del albino de forma brusca según el, corrió para separarlos. 

—¡Parece que aun no comprendes tu lugar! ¡¿No es así?!— Recordó que era el niño de la otra vez, aun no podía quitar de su cabeza la forma en como Ink fue tan amable con uno niño como esos, le desagradaba bastante. No controlaba la ira que sentía hasta el punto de levantar su mano hacia el rostro del menor. 

 —¡NO!— Grito Ink tomando la mano del mayor para que no golpeara al moreno, no quería que lo lastimara por haber malentendido la situación. —¿Ibas a golpear a un niño menor que tú? Sera mejor que te calmes Geno.— Se había puesto delante del menor para que el contrario no le hiciera algún daño.

Geno se paralizo un poco, nunca había visto tan serio al contrario que sintió miedo a que comenzara a odiarlo, bajo su mano mordiéndose el labio y tratando de controlarse, no quería cometer algo que a Ink no le gustara, no quería ser odiado por el. —¿Por qué lo defiendes tanto? 

El de ojos cambiantes dio un gran suspiro antes de hablar. —Todo es un malentendido, hice algo que a él no le gustara y esta bien que haya reaccionado de esa forma, además me agrada, es muy amable y quiero ser su amigo.— Sonrió amablemente para tratar con el mayor y relajo sus cejas fruncidas.  —¿No crees que seria fantástico que los tres seamos amigos?— Miro de reojo al moreno, se veía confundido, dejo de estar delante de él para ponerse a su lado. 
—Se llama Error, y ahora soy su amigo, seria agradable que lo seas también. 

Geno estaba perplejo, no podía aceptar que Ink le estuviera diciendo tal estupidez. ¿Ser amigo de un niño como él? Quería reírse pero el contrario se veía tan serio con lo que propuso, aunque pensándolo bien era una buena idea, Ink dijo que era su amigo, lo defendía bastante, podría usarlo para su beneficio, si Ink se sentía cómodo con esa cosa, suponía que vendría todos los días a su hacienda para pasar el rato, no era mala idea verlo todos los días, no pudo evitar sonreír con malicia por todas las cosas que tenia en mente, sin duda iba a salir ganando. —No parece mala idea.— Se acerco hacia ellos para ver al moreno, debía aguantar un poco su orgullo y haciéndolo acerco su mano al menor. —Perdón por mi mal comportamiento, seamos amigos. ¿Te parece? 

Error no sabia que hacer, por miedo estrecho la mano del mayor y solo hacia caso, iba a confiar en Ink pero no podía hacerlo con Geno, sentía que iba a salir lastimado de alguna forma por la extraña amistad.