✤ᴛʜɪʀᴛᴇᴇɴ✤

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Otro día más en el cuál sus padres discutían, solo trataba de ignorarlo para no involucrarse y perjudicar a su madre, su padre nuevamente había sacado el tema del compromiso, su madre como siempre lo defendía y hablaba del porque no quería comprometer a su hijo, que él mismo debía elegir a la persona con la cual pasará el resto de su vida.

—¿Cuántas veces quieres que te lo repita? Mi hijo no se casará para beneficiarnos, si él desea hacerlo lo hará con la persona que ama y si no quiere casarse no lo hará.— Había dejado de comer de su plato para ver a su marido, el cual la ignoraba porque no eran las palabras que quería escuchar.

El general hizo una señas para que los esclavos que tenia de sirvientes se retirarán dejando la habitación. —Ink, a tu habitación, necesito hablar con tu madre.— Dijo viendo a su hijo mientras bebía de su copa, no era de su agrado discutir frente a su hijo.

Ink agradeció la comida y también salió de la habitación pero sin cerrar completamente la puerta, quería escuchar de lo que hablarían sus padres por lo que se agachó al lado de la puerta abrazando sus piernas apoyándose de la pared.

—Y a ti mujer. ¿Cuántas veces debo repetir, que en esta casa. ¡Se hace lo que yo diga!?— Al gritar golpeó con su puño la mesa, estaba harto de la terquedad de su esposa.

—Ink es nuestro hijo, no un objeto. ¡Él es el único que decide sobre su vida! Yo no seré como mis padres que me comprometieron con alguien como tú, no quiero que mi hijo pase por lo que estoy pasando.— Hablo sin ningún enredo, ella nunca iba a dejarse intimidar y menos cuando se trataba sobre su hijo, se levantó al ver como su esposo no hablaba, suponía que había terminado la conversación. —No importa cuántas veces lo repitas querido, Ink no seguirá tus pasos porque estoy yo para evitarlos.— El sonido de sus tacones ahora era el principal sonido de la habitación, iba a salir pero su brazo fue agarrado deteniendo su andar.

—No me subestimes, ni vuelvas atreverte a darme la espalda.— Mientras más hablaba con más fuerza apretaba el brazo de su mujer. —La única razón por la cual no te corrijo con mi mano, es porque arruinaría tu destacable belleza, sería un desperdicio.— Con su otra mano descaradamente acariciaba el rostro de su mujer, el ver como su mirada de seriedad cambiaba a otro de inquietud era satisfactorio. —Pero quiero aclarar que no siempre voy a tolerar ese comportamiento tuyo, solo se una buena esposa. ¿Okey?— Beso la frente de la contraria y al verla asentir la soltó dejando una marca en su brazo pálido. —Se me quito el hambre, corre y diles a esas mujeres que limpien la mesa.— Tomó su sombrero de la mesa y salió de la habitación por la puerta del frente.

Ink al escuchar la otra puerta cerrarse se fue corriendo a su cuarto, las palabras de su padre no dejaba de recordarlas, casi iba presenciar el como iban a lastimar a su madre, tampoco sabía cómo podía defenderla, no era tan fuerte ni grande, hasta su mismo padre se avergonzaba de el por tener más rasgos de mujer que de un hombre. Fue hacia su espejo para verse a si mismo, no era tan alto, ni era robusto, sus brazos eran delgados al igual que sus hombros, aún estaba pasando el desarrollo de su cuerpo pero no le gustaba no ver cambios que resalten, Geno ya tenía su voz gruesa y era fuerte, de tan solo verse pensaba que si solo usará un vestido nadie podría saber si es varón, no habría gran diferencia.
Tal vez se veía ridículo el tener una inseguridad a tan temprana edad, pero era doloroso sentirse insuficiente. Ink solo quería ser el orgullo de su padre y madre, ser el hombre que todos esperaban que fuera por ser el hijo del General Comyet, un buen hombre del cual todos admiren.

Pero también se sentía sofocado, el saber cómo tantas personas esperan verlo como el hombre perfecto, el como sus acciones era observadas por los demás esperando a que cometiera un error para poder destruirlo, de tan solo pensarlo lo ponía ansioso, el pensar como terminaría si descubrieran cosas negativas de él, tenía miedo pero a la vez nada le importaba.

—¡Ink, mi niño! ¿No irás donde Geno?

Si no fuera por su madre hubiera seguido con esos pensamientos que no le hacía llegar a nada, se apresuró en cambiarse para ir a la hacienda del de ojos carmesí y estar al lado del moreno, pensar en que cosas podría hacer con el moreno lo calmaba, solo quería abrazarlo y olvidar sus malos pensamientos.
Una vez listo salió de su cuarto con nuevos cuentos que quería verlos con Error, su madre se quedo en el patio cuidando de sus flores, no quería molestarla por lo cual se fue pidiéndole a uno de las personas de tez negra de que lo lleven a la hacienda de Geno, en todo el recorrido acariciaba los nuevos cuentos con la yema de sus dedos, ya podía ver la alegría del moreno por querer leerlos, pero también otro pensamiento surgió, uno que se veía peligroso pero atractivo, el cual podría salir bien o podría salir mal.

—Joven Ink ya llegamos. ¿Quiere que vengamos a la hora de siempre?— Preguntó el hombre que manejaba el carruaje.

Al escuchar al otro hombre despertó de sus pensamientos prestando mas atención. —No será necesario, yo iré por mi cuenta, gracias por traerme.— Se despidió y bajo de carruaje golpeando su cabeza, aquel pensamiento era absurdo que se volvió a golpear para olvidarlo y por último dio un largo suspiro para relajarse a si mismo e ir tranquilo donde el moreno.

Error estaba cuidando de los caballos, al parecer habían dejado al moreno y otro niño más para cuidar de los animales, cuando se acerco y el menor lo vio no dudo en correr hacia él dejando solo al otro niño.

—¡Ink!— Grito el menor lanzándose al contrario, ya tenia la suficiente confianza como para abrazarlo.

El mayor correspondió al abrazo y se llevo al moreno al lugar donde solían estar cada vez que el albino visitaba al moreno, le mostro los nuevos cuentos que trajo y como era de esperarse el contrario estaba emocionado por leerlos, estuvieron en un buen ambiente ambos disfrutando de la compañía del contrario, era agradable y sereno.

—Casi todos los finales felices ocurren cuando se casan con su verdadero amor. ¿Porque?

—Porque podrán estar con la persona a la cual aman y tener un buen final, estarán juntos por siempre.

Error aun no comprendía eso del amor, entendía que las personas se casaban por amor pero. ¿Exactamente que era? ¿Se casaban porque la otra persona era igual a ellos? O talvez. ¿Por qué necesitaban del otro? —¿Y como sabré que estoy conociendo o conocí a la persona a la cual amo?— Otra pregunta surgió pero esta ultima lo dijo en voz alta.

El albino observo al contrario y sonrió enternecido por aquella pregunta. —Lo sabrás cuando sientas que no hay peligro al lado de esa persona, cuando desees verla todos los días, cuando te sientas seguro en sus brazos y tu corazón no deje de latir de tan solo verla. ¿Ahora lo entiendes?

El contrario asintió y agradeció por la respuesta, no capto el significado completamente pero tenia una idea de ello, querer verla todos los días, sentirse seguro en sus brazos y no sentir peligro a su lado, solo un resultado se le venia a la mente. —Entonces, si quiero tener mi final feliz. ¿Debo casarme contigo?

—¿Eh?









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La inocencia de un niño es muy. . .👀

❝ᴘʀᴏᴘᴇʀᴛʏ❞ ||【InkError】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora