Crescent y Jammy crecieron juntos, sus padres fueron asesinados al intentar escapar y Error junto a Nightmare se dedicaron a criarlos, la suerte de Crescent fue cruzarse con la joven ama de la casa, Shino lo eligió como uno de sus juguetes que vestía y manipulaba a su antojo, todos los demás siempre le repetían a Crescent que obedeciera a la menor porque era un privilegio estar dentro de la casa a diferencia de estar en las barracas y trabajar. Pero el adolescente no lo veía de esa forma, él quería estar junto a los suyos, junto con Jammy y disfrutar de su compañía, se le hacia injusto que sus manos fueron suaves a diferencia de Jammy que las tenia ásperas de tanto trabajar, no le gustaba verla esforzarse por lo que siempre que podía iba a escondidas donde ella para llevarle algún postre de la casa. Y al saber sobre la ley de vientres, de que una vez cumpla los dieciocho años de edad será liberado, tenia planes de llevarse a Jammy y vivir sin miedo.
Sin darse cuenta, mientras estaba al lado de Shino solía hablar sobre sus sueños en voz alta.
—Tienes sueños realmente maravillosos, debe ser lindo poder caminar sin que el sol te lastime.
—Afuera es aún más bello en primavera, todas las flores están en su mejor momento.
Shino estaba en su cama junto con Crescent mientras veían el techo, la de ojos carmesí intentaba imaginar esos ambientes, con todo lo que veía en libros era lo único que tenia para saber como era la primavera.
—Increíble, desearía poder ir un día contigo y caminar entre las flores.— De solo imaginarlo sus mejillas se tornaban rosadas.
—No es posible mi ama, por su bienestar debe permanecer en su habitación, si desea puedo traerle yo mismos todas las flores que quiera.
—No es lo mismo, yo quiero ir a recogerlas...
—Perdóneme mi ama, pero lo veo imposible de cumplir, pero no se preocupe, que una vez sea liberado podre traerle todo lo que desee de afuera.
Shino comenzó a ponerse nerviosa, el tema de la ley de vientres era algo que no quería escuchar por parte de Crescent. —¿Liberado?
El adolescente pensaba que estaban en total confianza y comenzó a hablar sobre sus planes, que al ser mayor de edad se iría a otro lugar con Jammy, que deseaba sacarla de la hacienda y cuidarla, Shino estaba celosa de que otra estuviera en sus planes y ella no, comenzó a reírse de una forma que hizo sorprender al moreno.
—Que gracioso eres Crescent.— Luego de minutos eternos, limpiaba las lagrimas que desbordaron de sus parpados por las carcajadas exageradas. —Es realmente divertido que hables como si fueras a irte con ella y dejarme.— Podía ver el desconcierto en el rostro de Crescent. —Tu deber es permanecer a mi lado, no deberías tener otro plan más que estar conmigo.
—Pero ama... yo ya cumpliré dieciocho y pronto voy a ser libre para irme.
—Yo no voy a permitir eso Crescent... ¡Eres un egoísta! ¡Traidor y malagradecido!— Sintiéndose herida, se levantó de la cama y veía al contrario, no podía creer lo que estaba escuchando.
Crescent intentó explicar lo que pensaba pero Shino se negaba a escuchar. —No diga eso ama, yo podre ser libre pero no quita el hecho que la quiero y vendré a visitarla.— Intentó tocar su mano para calmarla, pero Shino no se dejo.
—No me toques, tu no me quieres... ¡Si tú me quisieras no me dejarías sola!— Estaba frustrada, odiaba saber que Crescent podría alejarse de su lado y que no podía hacer nada para evitarlo. —¿Quieres irte? ¡Pues bien, largo!— Con su dedo apuntaba hacia la puerta.
Crescent quería calmarla, no iba a cruzar la puerta porque temía ser castigado por sus otros amos, solo quería sosegar a Shino, pero la albina se sentía más frustrada de que el contrario no haga lo que dijo.
—¡UGH! ¡Ni te atrevas a seguirme!— Llena de furia, salió de su habitación. —¡Abuelito!
Shino fue en busca de Marvul, quería decirle sus quejas, no estaba teniendo el control ni con su propio juguete y se llenaba de impotencia. Marvul estaba en su oficina con algunos documentos, esta vez estaba muy ocupado como para ir a calmar a su nieta, pero se quedo a escucharla.
—¿Es por su liberación?— Verla llorar y asentir, aclaró que el estado de su nieta era porque Crescent sacó el tema de su libertad. —Mi niña, debes de entenderlo, no podemos ir contra la ley.
—¡Pues ya no lo quiero, él no me quiere y quiero que lo botes! ¡Ahora mismo!
—No puedo hacerlo, Crescent es tu esclavo favorito.— Se levantó de su asiento y fue hacia su nieta para limpiar sus lagrimas.
—Pero él no me quiere...
—Claro que te quiere, pero también busca su propio bienestar, como lo hacemos todos.
Shino continuó llorando, estaba inestable y solo quería sacar toda la impotencia en sus lagrimas, mientras era abrazada por su abuelo. En cambio Marvul, vio esto como una oportunidad, si su nieta estaba tan enojada como para querer botar aquel adolescente, no estaría mal darle un uso. Pues últimamente estaban sucediendo casos donde encontraban a jóvenes de tez negra que fueron liberados, muertos.
Marvul y Geno hablaron un poco de ello, no dudaban en que los otros hacendados estaban detrás de esas muertes, porque eran los más perjudicados al tratarse de esa ley, por que perdían esclavos y no les gustaba la idea de ya no poseerlos. Era obvio que los hacendados los mandaban asesinar para dar a entender que nunca dejaran de ser lo que son, esclavos. Era un tema que Geno quería hablar con Edge, pues él era influyente con los demás señores y no deseaba tener problema con ninguno.
Al día siguiente, la reunión sería en medio día, a la hora del almuerzo donde todos iban a disfrutar de buena comida, Ink fue el primero en llegar con la intención de poder encontrarse con Error, estaba algo inquieto, sus manos no dejaban de sudar y pensaba en como actuar al verlo después de tantos años, sentía que su voz se volvía chillona y deseaba no trabarse al hablar, esta vez ya era un adulto, ahora tenia algo de poder para protegerlo, solo quería que fuera tratado como una persona y que no sea juzgado, quería su felicidad.
Ink caminó por los lugares donde trabajaban, pero no encontraba ninguna similitud del menor, aún así no se rindió y continuó buscándolo, quería abrazarlo y contarle sobre el plan que tenia, sobre que haría lo imposible para sacarlo de este lugar, pero solo eran pensamientos positivos que mantenía.
En todo este tiempo Error estaba conversando con Jammy, ambos estaban recogiendo algodón mientras usaban sombreros que casi tapaban su rostro.
—Pronto serás mayor de edad. ¿Estas feliz por tu libertad?
—¿Libertad? No es algo en lo que pensé... pero creo que no, me gusta estar aquí.
Error dejo caer algunos algodones por la impresión, no esperaba esa respuesta y ajustó el sombrero para poder ver bien a la menor. —¿Qué dijiste? ¿Te gusta estar en un lugar como este? ¿Y que pasó con tu sueño de confeccionar ropa?
Jammy solo rió por las acciones del mayor. —Aquí esta mi familia, es suficiente para mi estar aquí con ustedes, la verdad es que no sabría que hacer con tanta libertad allá afuera.— De solo pensarlo un escalofrió paso por su cuerpo. —Me sentiría indefensa y sola.
—Pero serias libre, podrías hacer todo lo que tu quisieras Jammy.
—Lo sé, pero realmente prefiero estar aquí, hay días buenos y malos, pero es mejor enfocarse en los buenos, como cuando Crescent me trae ricos postres de la casa.— De solo recordarlo, una sonrisa se formó en su rostro. —Aquí estoy contigo, y eso es suficiente para mi, además sobre hacer ropa. ¡Es mejor cuando lo hago para mi familia!
—Pero Jammy.
—Hacer y vender ropa para las personas de afuera, es un sueño muy lejano, prefiero solo pensar en el presente, un presente a tu lado, en serio es suficiente para mí.— Estaba conforme con su situación, no necesitaba más.
Error estaba algo decepcionado, no quería que ella viviera lo mismo que el, quería que tuviera la oportunidad de ser libre y realizar lo que deseara, pero si ella quería que las cosas continuaran como estaban, no iba a negárselo, continuaron recogieron el algodón y platicando de otras cosas.
Pero Jammy tenia un solo final que no se evitaría con nada.
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❝ᴘʀᴏᴘᴇʀᴛʏ❞ ||【InkError】
Fiksi PenggemarInk de niño no entendía, no sabia la razón por la cual su padre maltrataba a las personas de color, sus gritos, sus llantos, era perturbador ver como la sangre rodeaba sus espaldas por los latigazos. Esas personas eran propiedad de su padre según el...