dieciocho.

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Al día siguiente, todos estaban desayunando tranquilamente, sus tíos hablaban de cosas de trabajo y sus primas mantenían sus bocas ocupadas en masticar la deliciosa comida que su tía había preparado.

—y.. ¿que nos cuentas Binie? ¿cómo te va en la escuela?— le pregunto Youngbae a Soobin.

—bien tío, me va muy bien.

—espero que saques buenas calificaciones, aunque eso es lo de menos, tu siempre has sido muy estudioso.— le sonrió. —¿tienes amigos?

Soobin asintió con un ligero movimiento de cabeza. —tengo dos amigos en la escuela, sus nombres son Yeonjun y Beomgyu.

—oh vaya, eso está muy bien cariñito.— está vez le respondió Chaelin, ahora después volviendo al silencio entre el desayuno.

—niños, vayan a cambiarse, iremos un rato al parque y después iremos a dejar a Soobin a su casa.— ordenó su papá después de que todos terminarán de desayunar, los menores asintieron y subieron a la habitación a cambiarse.

Chaeyeon, Chaeryeong y Soobin se encontraban balanceándose en los columpios, Chaeryeong apenas y podía mover sus piecitos y balancearse, era un poco pequeña como para hacerlo.

—ugh, odio estos, vayamos al tobogán Binie.

Había una fila para subir a la casita de juegos que tenía un tobogán en forma de espiral, así que tenían que esperar un poco.

Cuando lograron subir, había un niño que no los dejaba pasar, bloqueando con sus brazos la entrada y mirándolos fijamente con una mirada seria.

—hola niño, ¿nos dejas pasar por favor?— le pregunto amablemente Soobin con una sonrisa.

—no, tu ropa es muy fea es color rosa y el rosa es de niñas. además estás jugando con una niña.— le saco la lengua.

Soobin se sintió terriblemente mal, ¿que tenía de malo su bonita playera rosita con un patito en el centro? no iba a permitir que le faltará al respeto.

—¿y? eso que, mi mami me la compro, y a mí me gusta.

—jaja seguramente eres rarito y por eso te vistes así, eres feo, feo, feo.— se burló.

Soobin sintió su corazoncito romperse, su pecho se oprimio y unas lágrimas comenzaron a dilatar sus pupilas. —n-no es cierto..

Chaeryeong alcanzó a escucharlo, muy enojada quitó a Soobin se su camino y prosiguió a hablar.

—¡no le hables así, tu hueles a caca!— le gritó y lo empujó del tobogán, el niño se fue hacia atrás y se deslizó de cabeza.

Corrió a abrazar a Soobin, quien se soltó a llorar en sus brazos.

—no me gusta que la gente diga que soy raro por hacer las cosas que a ti te gustan hacer, y-ya no me gusta..— estaba llorando, estaba muy triste.

—no llores, no pasa nada, ellos son unos tontos.— lleno de besitos su cabecita, y dijieron pasándola bien en los juegos.

Después de todo, tuvieron que ir a casa de Soobin, habían pasado una tarde maravillosa, a excepción del niño en el parque.

Soobin se reencontró con su madre, quien lo recibio con un abrazo y un beso en la frente, lamentablemente sus tíos tenían que irse, ya era muy tarde y mañana había escuela y trabajo.

—espero que te hayas portado bien mi amor, si no no podré dejarte ir otra vez a casa de Chaeryeong.

—Binie se portó muy bien Yoorim, es un niño bastante adorable, me alegra mucho que se lleve bien con nuestras hijas.— Youngbae hablo, despeinando un poco el cabellito de Soobin, quien rió un poco.

—muchas gracias por cuidarlo, cocine algo de sopa, ¿les gustaría pasar?— los invitó a pasar a su hogar, pero estos se negaron, no por qué no quisieran, tenían cosas que hacer, tal vez otro día.

—no, no, no Yoorim, será otro día ahorita estamos muy cansados, y mañana hay que ir a la escuela y al trabajo.

—bien, saben que pueden venir cuando quieran.— se despidió de su cuñado y su hermana con un beso en la mejilla, Soobin también hizo lo mismo, y la familia de su hermana se marchó de su casa.

—¿quieres irte a duchar mi amor?

Su madre le pregunto, acariciando su cabello, a lo que Soobin negó, desde que entró a la escuela se ha tenido que bañar solito y no le agrada mucho la idea.

—no mami, quiero que me ayudes tu.. a veces no puedo hacerlo solo.— Yoorim rió levemente, se inclinó un poco para poder estar a la misma altura que su hijo. —claro que si pequeñito, siempre que no puedas hacer algo dímelo, ¿está bien? ahora subamos por tu ropa y ¡al agua pato!

Cargo a su pequeñito y lo llevo en su espalda, siguieron un camino entre risas y gritos.

Yoorim amaba escuchar a su hijo reír y gritar de felicidad, amaba demasiado a su pequeño, el era el regalo más preciado para ella.

Al llegar al cuarto de Bin, lo depósito en su camita y dejo un besito en su frente, Soobin la miro con una gran sonrisa y la abrazo.

—te quiero mucho mami.

—yo te quiero más mi amor, no dejaré que nadie te haga daño y siempre te cuidare mi amor, nunca dudes de mi cariño hacia a ti, ¿sí?— beso por última vez los cachetitos de su bebé y se dispuso a buscar su pijama para vestir a Soobin mientras este se desvestía.

pretty boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora