sesenta y siete.

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Soobin se mantuvo en silencio el resto de la película que Hueningkai había puesto en la pantalla en su habitación, terminaron de cenar y el pelinegro no le dirigió la palabra en lo absoluto, cosa que empezaba a preocuparle. Tenía la mirada perdida, entre la pantalla y el ruido visual de esta, sólo sus ojos estaban ahí, posados ahí, sin embargo, no estaba poniendo ni una pizca de atención a lo que pasaba a su alrededor. Llevó sus manos a los muslos de Soobin, acariciando encima de los pantalones de pijama que tenía puestos, captando su atención de inmediato, Soobin atrapó la mano de Hueningkai y la quitó de un movimiento brusco. Automáticamente su mirada se llenó de confusión. —hey, ¿qué te pasa?

—no me toques, no quiero.

—no quería hacerlo.. ¿estás bien?, ¿te pasa algo, Soobinie?, ¿dije algo malo?, no te ves bien hace un rato y necesito saber que te pasa. Podemos hablarlo, cuéntame cariño..— suavizó su voz, acercándose cuidadosamente al rostro del pelinegro, tocando su mejilla con la yema de sus dedos con tanta sutileza, hablándole de la forma más dulce que podía haber escuchado. Su corazón se ablandó, llevándole ventaja a su consciencia quien le pedía a gritos que pidiera una explicación. No dijo nada y simplemente dejó caer su mirada, nuevamente a la nada, mientras sentía como Hueningkai comenzaba a besarle el cuello con ternura, mientras tarareaba una irreconocible melodía que quizá solamente él sabía, pero aún así, conseguía calmarle. En su garganta se formó nuevamente el nudo que le impedía respirar con normalidad y junto a eso, sus ojos empezaban a lagrimear. —dime algo Soobinie, ¿qué pasa?

¿Qué pasaba?, ¿lo quería a él o porque elegía tratarle como algo más, aún teniendo pareja?, ¿estaba haciendo algo malo?, ¿se estaba metiendo en una relación?, ¿lo de esa chica con Hueningkai era mutuo?, ¿lo suyo con él también lo era?

No sabía nada en ese momento. Simplemente se dejó llevar por los besos de Hueningkai en su clavícula, mientras sus manos se iban colando entre sus ropas, tentando por desnudarlo nuevamente. Pronto, el castaño volvió a estampar sus labios contra los suyos, besándolo con dulzura mientras le revolvía una y otra vez los pensamientos. Simplemente correspondió, se dejó llevar y volvió a terminar desnudo en la cama de Hueningkai a su total disposición.

En tres noches, no había podido conciliar el sueño, la vez que durmió con Hueningkai después de haber tenido sexo una vez más, el domingo por la noche cuando finalmente estaba en su cama, extrañando a Hueningkai, prohibiéndose el mandarle mensaje, prohibiéndose el pensar en él, cosa que le fue imposible, podía contener sus ganas de conversar con él, pero dejar de pensarlo era simplemente imposible, lo extrañaba como a nadie. Lo mismo hizo la noche del lunes, faltó al colegio y por la mañana y pasó postrado en su cama todo el día, hundido en su depresión, actuando como un ácaro, sin comer y basando su día solamente en llorar y espiar la hora de actividad de Hueningkai en instagram, teniendo su chat en la bandeja de archivados, sin responder los mensajes que llevaba enviándole desde el domingo por la mañana cuando finalmente se había montado en el autobús camino a Seúl. Ese día, ni siquiera se molestó en avisarle que había llegado a su casa. Ni siquiera cuando fue a dejarlo a la estación se tomó la molestia de darle un abrazo, cosa que no quería, pero que de alguna forma esperaba.

Le dolía que su última interacción física haya sido un beso después del sexo.

Hoy finalmente tuvo las mínimas ganas de levantarse e ir al colegio al menos para conversar con sus amigos. Quizá ellos sabrían que hacer. Después de alistarse, bajó a desayunar con su madre y padrastro, esperaba que al menos ellos no empezarán a arruinarle más el día con sus sermones. Pasó de largo a su padrastro y se dirigió a la cocina a buscar a su madre para saludarla con un beso, servir su desayuno y sentarse en el comedor. Haría un esfuerzo por llevar el día por más horrible que se sintiera.

Por lo menos el desayuno había sido tranquilo, su padrastro por fortuna no dijo nada que hiciera enojarle. Por lo que fue a lavarse los dientes para finalmente irse al colegio. Se despidió de su madre, cargo su mochila y salió de su casa, caminando con su vaga mirada, sus pies eran lo único que trabajaba en su cuerpo en ese momento, como si tuviesen vida propia y caminará sin que su cerebro recibiera órdenes, él solamente tenía la mente ocupada en lo que había pasado la noche del sábado. Le rogaba a Dios que esa chica solamente fuera una arrastrada que quería estar con Hueningkai de una forma romántica, no podía imaginárselo a él siendo igual de lindo como lo era con él, con otra persona. Se le revolvía el estómago de sólo pensar que probablemente también besaba a esa mujer, que la trataba como a él, que se acostaba con ella.

Le repugnaba pensar que la amaba.

Sin sentir el trayecto de su casa a la parada del autobús, llegó, viendo a Beomgyu a lo lejos con un nuevo tinte de cabello saludándole con la mano entusiasmado. Llegó a él y cuando lo hizo, lo abrazó con todas sus fuerzas.

—hey, ¿qué te pasa?— preguntó desconcertado, pero aún correspondiendo al abrazo de su amigo, que parecía, estar hecho mierda mentalmente. —¿te sientes mejor que ayer?, no me avisaste que vendrías hoy, creí que igual faltarías.

—te queda bien el rubio, me ha gustado.— soltó a Beomgyu para apreciar su cabello y darle un buen cumplido, haciendo de lado todo lo que había dicho el contrario. —gracias.. pero evadiste todo lo que te pregunté, ¿pasó algo con Hueningkai, o por qué estás así?

Soobin suspiró, tratando de contener sus lágrimas. —él tiene novia, Beomgyu.

—¿pero qué mierda?

—nos acostamos de nuevo. Cogimos y bueno, fue de lo mejor. Me siento tan asqueroso, en verdad no sabes cómo me arrepiento, porque.. siento que solamente me busca para eso. Supe que tiene novia por unos mensajes que leí en su celular, se llama Jiyu, al parecer es del pueblo en donde vive.. no lo sé, no me interesa. Quise pedirle una explicación, pero fui tan estúpido que en lugar de hacerlo termine acostándome con él de nuevo, toda la noche hasta que amaneció y fue a dejarme a la estación, desde ahí no he vuelto a saber nada de él y en serio me siento una mierda.

—no te creo Soobin, ese idiota no es hetero por donde quiera que lo mires. Estoy seguro de que todo es broma o solamente era una inepta urgida de atención masculina, él no es hetero, se le ve lo gay a kilómetros. ¿Cómo estás tan seguro de que ella es su novia?

—no sé.. Dios, solamente leí los jodidos mensajes donde le decía mi amor y no sé cuánta mierda más. Él le hablaba de la misma forma unos mensajes atrás, no sé, no lo conozco en lo absoluto como para saber que él es gay o simplemente, si es sincero. Sólo me siento confundido, no quiero ser gay, no quiero enamorarme de él, no quiero que me guste un hombre, pero no me lo sacó de la cabeza ¿y sabes algo?, me encanta que me la meta. Pero me siento, muy asqueroso.— habló entre lágrimas, sintiendo repugnancia y vergüenza de si mismo al confesarle todo a su mejor amigo. Sintiéndose un poco mejor cuando el rubio le tomó en sus brazos y lo abrazó, apoyándose en su pecho para comenzar a llorar.

—eso sonó muy sincero, ¿de verdad te gusta tanto..?

Soobin asintió con un movimiento de cabeza, aferrándose más al cuerpo de su amigo, quien le acariciaba la espalda para intentar calmarlo. —como no tienes idea. Tengo miedo de amarlo, por lo que sea. El prejuicio, mi madre, me aterra el hecho de que sí tenga una novia y que simplemente este jugando conmigo porque yo no puedo decir lo mismo, a mí sí me gusta y por más que tema, estoy seguro de que lo quiero. Pero sé que él no siente lo mismo y eso me mata. Lo amo y me siento tan vacío cuando no lo tengo a mi lado y aún más sabiendo que hay alguien más, sabiendo que me estoy metiendo en su relación y soy el otro. No tengo nada que hacer con él, pero a la vez, quiero todo con él.

pretty boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora