cuarenta y uno.

284 23 13
                                    

—¿escribirte por redes sociales?, ni siquiera sé como se usan Sehun, estoy tan ocupada con mi hijo y mi trabajo que no me da tiempo de hacerme un perfil de Facebook, no digas estupideces.— Yoorim rió después de la tonta conclusión que su ex esposo le había dado. Ella no tenía Facebook, ni cualquier otra red social, tampoco recuerda haber buscado a su ex esposo para decirle que podía regresar a su ex hogar. Todo era tan confuso en ese momento.

Habían estado conversando toda la tarde, después del incidente que ocurrió después de la escuela, habían comido juntos, Soobin y Sehun habían estado conociéndose un poco más a fondo, todo parecía ir por buen camino. Yoorim pensaba que su ex esposo seguía siendo el mismo dulce hombre del que algún día se enamoró, lástima que no todo en la vida era posible.

—esta bien, soy yo el alucinado que quiso venir hasta acá. Tú ganas.— bromeó. Cuando en ese momento se abrió la puerta principal, dejando ver a un hombre pelinegro alto y musculoso con el ceño fruncido, parecía que había tenido un mal día. —Yoorim.. ¿qué hace él aquí?

—¿quieres decir que Kai no volverá nunca más a la escuela?, ¿ya no nos quiere?

—no seas tonto Yeonjun, él no vendrá más y ya no es nuestro amigo. Es un traidor.— explicó con un puchero en sus labios, dando a entender que estaba molesto, molesto con los padres de Kai, con Kai y con todo el mundo ahora. Le habían arrebatado a su único mejor amigo, debía admitir que a veces no lo soportaba, sin embargo, logró acostumbrarse a él, aprendió a quererlo. Al final de cuentas era su único apoyo.

Para Taehyun, ser hijo único no era fácil, todo el tiempo se la pasaba solo en su habitación, sin compañía, su madre era una mujer muy ocupada, siempre tenía cosas que hacer en el trabajo, con sus novios o con sus amigas, él no sentía que ella tuviera tiempo para dedicárselo a él. Hasta que llegó Kai, con el que iba a la escuela juntos, jugaban juntos, dormían juntos, comían juntos, hacían todo juntos.

Su partida le dolía.

—esto va a dolerle a Soobinie..— susurró Yeonjun para él mismo, no sabía cómo le diría a Soobin al día siguiente, esa mañana estuvo buscándolo como loco, era por eso que jamás lo encontraron.

Para su mala suerte Taehyun lo alcanzó a escuchar lo que el pequeño pelinegro había dicho, cosa que le hizo enfurecer. —¡Soobin nada!, por culpa tuya y de él Hueningkai se fue. Él estaba celoso de lo que le dijiste a Soobin y Soobin jamás se disculpó, por eso se fue, pero es un traidor por preferirlo a él antes que a mí, su mejor amigo.

A Yeonjun le desconcertaba un poco lo que Taehyun le decía, él no era tonto y sabía que había una razón mucho más poderosa que una simple escena de celos por parte de Hueningkai. Yeonjun tenía que investigar que pasaba, el origen de todo esto.

Pero mientras, se prometió no decir ni una palabra a Soobin.

Fingir demencia era parte de su plan. Kihyun tenía que mantener su postura ante la "inesperada" llegada de Sehun y fingir que realmente estaba molesto.

—cariño, él ya se iba. Por favor Sehun, gracias por lo de hoy pero debes irte..— Yoorim estaba asustada, ella bien sabía que Kihyun no era bienvenido en la casa de Sehun, mientras que Sehun tampoco tenía que hacer nada en esa casa. Ambos estaban en lugares completamente incorrectos. —él tampoco tiene nada que hacer aquí Yoorim, ¿por qué carajo tiene llaves de tu casa?— gritoneo, nadie lo hacía tonto. Claramente el más joven estaba viviendo en casa de su ex esposa sin permiso alguno.

El pequeño Soobin estaba presenciando todo desde la sala, a Kihyun parecía no agradarle su nuevo amigo y eso definitivamente no le gustaba. Sehun le caía bien, Kihyun no.

—amor, despídete de Sehun, él se tiene que ir y tú tienes que dormir..— mencionó Yoorim para romper el hielo, quien rápidamente se llevó a Soobin con ella para que no viera como esos dos empezaban a pelearse como perros y gatos. Soobin sin ganas, se levantó del sofá y fue a darle la mano y un pequeño beso en la mejilla a su nuevo amigo. —¿vendrás luego verdad Sehun hyung?— le miró con ojitos de cachorro, esperando convencerlo. —trataré, portate bien pequeño— le devolvió el beso y posteriormente revolvió sus cabellos.

Sehun sintió como se le partió el corazón en ese momento. Ese dulce niño era suyo y se sentía como una mierda por no haber estado presente para poder ver su crecimiento día a día. Él sería un buen padre, pero siempre le tuvo miedo al compromiso. Ahora veía como su dulce angelito se alejaba a paso lento detrás de su madre, aquella mujer que algún día amo, y hasta la fecha, en el fondo de su corazón lo sigue haciendo.

Un carraspeo lo saco de sus pensamientos, encontrándose con la molesta cara de Kihyun. —es bueno que estés aquí, aunque se debe sentir terrible que no puedas decirle a ese niño quien eres realmente. Agradezco que no me hayas sacado de tu casa, no podría irme sin decirte la verdad.— el pelinegro solamente lo miro con un seño confuso, ¿de que hablaba este maniático?— es sobre ella, yo no soy padre y ni siquiera sé cómo mierda funciona eso, sólo sé que las condiciones en las que Yoorim tiene a ese niño son inhumanas. Si hubieras visto cuando él era más pequeño, pasaba horas, incluso días, con el mismo pañal y ella no se dignaba a cambiarlo. También debo mencionar que su método de crianza "respetuosa"— hizo una pausa para hacer comillas con los dedos mientras aún mantenía su desinteresada faceta.—, es pésima, ella deja que otros niños le hagan bullying y lo que quieran en el colegio porque es un maricon que no sabe defenderse. Y por último, ella trae a cualquier hombre con el que se acuesta a esta casa— rió —estoy con ella hace unos meses amigo, pero no dudo que antes de mi hayan pasado otros diez por su cama. No creo que este ambiente sea bueno para tu hijo, va de la mano de una prostituta. En mi opinión, deberías pelear por la custodia de tu hijo.

Las palabras de ese hombre eran como filosos cuchillos atravesando todo su sistema, estaba entre el pequeño hilo de si creerle o no creerle, pero no podía permitir que su pequeño siguiera en un ambiente de ese tipo, sin embargo, él comprendía que desde el inicio abandono a su ex esposa y a su hijo, quizá no tenía ningún derecho que reclamar. Quizás ese hombre tenía razón y tenía que pelear por la custodia de Soobin. Se quedó atónito mientras Kihyun se burlaba y sentía una enorme satisfacción de todo lo que ya había dicho, sabía que de alguna u otra forma había hecho entrar en duda a Sehun y tomaría cartas en el asunto, este sería el momento ideal para que Soobin desapareciera de sus vidas por completo.

En ese momento su ex esposa bajo apresurada, temía que ambos hombres terminarán matándose a golpes en lo que ella subía a costar a su pequeño. —debo irme, gracias por lo de hoy Yoorim— no dijo más y simplemente tomó su abrigo y salió corriendo de ahí.

Tenía tanto que pensar.

Soobin estaba listo para descansar, su madre ya le había dado un beso de buenas noches y le había puesto sus peluches favoritos en su cama. Tomó su manta de conejitos y tapo a todos sus peluches, dormir con ellos le hacía sentir seguro, se sentía mal cuando a alguno lo dejaba fuera de la cama o lo dejaba sin cobijita.

Estaban Terry, Ben, Dani, su pequeño señor Puppy y por último un mapache que recién le había obsequiado su madre. Este último no tenía nombre alguno, tenía que buscarle uno muy bonito como él.

Y que mejor que bautizarlo con el mismo nombre que su niño favorito.

—Hueningie, sólo espero verte mañana y podamos volver a ser amigos.— susurró mientras acomodó a su peludo amigo a su lado, finalizando con un dulce besito.


pretty boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora