sesenta y tres.

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Su viaje había empezado hace más de una hora, se montó en el autobús y simplemente dejó que pasará el tiempo, su celular y los audífonos que Beomgyu le había obsequiado eran su salvación en ese momento. Su madre salió por la madrugada, por lo que no fue visto en ningún momento cuando salió de casa y tomó el colectivo hacia la estación donde compró el boleto de autobús que salía a primera hora hacia Busan, esperó por unos cuarenta minutos y finalmente estaba ahí, en su lugar, mirando el paisaje fijamente por la ventana, bloqueando cualquier ruido externo a lo que sus cascos reproducían. Antes de salir de casa, se aseguró de compartir su ubicación en tiempo real a todos sus amigos por cualquier emergencia, no estaban muy convencidos de que Soobin viajará solo, pero tampoco estaban muy dispuestos a acompañarle, así que no les quedaba de otra más que cuidarlo a través del mapa virtual.

Estaba nervioso, pero no lo veía tan peligroso. Sabía andar en el colectivo perfectamente y en la estación también era muy fácil adquirir un boleto, en el autobús, la gente parecía ser amable, cada quien en sus asuntos, sin entrometerse en nada más y eso le agradaba. Se sentía mucho más nervioso por ver a Hueningkai, que por el hecho de viajar cuatro horas sentado y entumido hacia un lugar que jamás en su vida había pisado. Después de la charla que habían tenido la noche anterior, un par de cosas se quedaron grabadas en su mente;

¿Hueningkai estaba experimentando con él?, ¿Ser gay era algo malo?

Genuinamente creyó estar en la misma posición que Hueningkai, ser totalmente inconsciente de su orientación sexual y que por ello tuviese que recurrir a relacionarse con distintas personas para autodescubrirse, experimentar y finalmente tener algo concreto, saber que era lo que le gustaba, y que no. Pero lo que él no sabía, es que estaba totalmente equivocado. Lo que él sentía, no era simplemente un interés por encima de todo, era un interés mucho más intenso. Estaba enamorado y se negaba a aceptarlo por el simple hecho de que Hueningkai era un hombre. Aún tenía el prejuicio encima y no podía quitárselo de la cabeza, no podía aceptar que lo  amaba.

Al final el día pasaría y se quedaría probablemente, con la mejor experiencia de todas.

—terminé de almorzar, quiero andar en bicicleta por el parque, ¿puedo ir?

—de acuerdo, pero debes estar antes de las seis, tu padre llegará a cenar y si no te encuentras aquí, te irá mal y no pienso defenderte esta vez.— Hueningkai asintió. Y subió a su habitación no sin antes llevar su plato al lavavajillas, una vez en su habitación, se lavó la cara y se cambió de ropa. Tenía que ponerse algo que fuera apto para salir a montar bicicleta y a la vez, llevar a Soobin al lugar que le había prometido. Antes de bajar a almorzar, Soobin le informó que había llegado finalmente a la estación de autobuses en Busan, finalmente estaba en Busan. Por lo que pidió el taxi para él que le dejaría en el kiosco del pueblo, unos dos minutos camino abajo de su casa, donde finalmente se encontrarían. Mientras se ataba los cordones de los zapatos, una llamada entró a su celular;

"hola bonito, ¿dónde estás?"

"hola Huening.. yo.. estoy en camino, me quedan cinco minutos de viaje, supongo"

"de acuerdo, quédate en el kiosco, bajaré en un momento, ¿vale?, no tengas miedo, me aseguraré de pedalear con muchísima rapidez, nos vemos, Soobinie."

"bien.. no te vayas a caer, ¿está bien?, nos vemos, Hueningie.."

Sonrió al colgar la llamada, mentiría si dijera que no estaba entusiasmado por ver a Soobin y que él haya tenido el coraje de viajar desde Seúl hasta Busan, solamente por él.

Lo consideraba un gran amigo.

Bajó al garaje donde estaba su bicicleta estacionada, salió de su casa y pedaleo camino abajo en dirección al kiosco donde seguramente ya se encontraba Soobin esperándole.

Mientras tanto, el chófer del taxi le anunció la llegada a su destino, Hueningkai se había tomado la molestia de colocar la ubicación exacta en el mapa para que no hubiera ningún inconveniente y Soobin llegará sano y salvo. Él simplemente agradeció y bajo del auto, caminando a pasos lentos y nerviosos a una banca para poder esperar a Hueningkai. Estaba nervioso, sus rodillas temblaban y su boca se resecaba cada vez más, sentía mucho calor y sentía que sus manos sudaban intensamente. Sintió que su corazón quiso salir corriendo al ver a lo lejos a un castaño demasiado familiar para él montando su bicicleta en dirección a él, con una amplia sonrisa en su rostro, haciendo sonar la campanita de su canastilla para anunciar su llegada, sacándole una sonrisa inmediata al pelinegro que yacía esperándole recientemente.

Se veía tan guapo, no negaba que le gustaba.

—hola, ¿llegaste hace mucho?— Hueningkai finalmente se encontró con Soobin, estacionando su bicicleta al lado de la banca donde estaba Soobin sentado, pensó en sentarse a su lado, pero antes, le saludó con un inesperado beso en los labios. Se acercó a su rostro y simplemente estampó sus labios contra los de Soobin. —¿por qué hiciste eso?— reaccionó, tapando su boca por inercia, robándole una risita a Hueningkai, quien sólo le miró burlón al ver como sus mejillas se coloreaban de carmesí.

¿no es eso lo que hacen los novios?

Soobin sintió como algo en su corazón se removió de manera brusca, unos pequeños parásitos y mariposas se movieron en su estómago causándole una sensación placentera, haciéndole sonreír levemente, sus mejillas estaban ardiendo y sus ojos tenían un brillo enorme, conectando con los de Hueningkai, todo esto, llenándole el corazón de alegría.

Aunque por dentro, se sentía tan confundido.

—yo.. llegué recién, tranquilo. Me alegra verte, Huening.

—ugh, no me digas Huening, se escucha a que me odias. ¿Así que yo puedo tratarte bonito y yo simplemente recibir esto de tu parte?, eres malo Soobinie.— ambos rieron, finalmente el castaño tomo asiento al lado del más alto, generando poco a poco un hilo más abierto de confianza. —¿qué tal el viaje?

—bien, supongo. Es algo pesado, pero valió totalmente la pena.

—muchisimo, ¿tienes hambre?, quería llevarte por un helado, o quizá a comer, no lo sé, puedo llevarte a donde quieras. Es una cita, lo prometí.

—¿una cita?

—te lo dije anoche bobo, ¿dé que tienes ganas?, yo de verdad muero por algo frío y de chocolate, ¡vamos!— Al ver que Soobin estaba un tanto nervioso para poder decidir que era lo que quería, planeó con agilidad. Montándose nuevamente en su bicicleta, animando a Soobin para que subiera al borde de la maza de la bicicleta y pudiera llevarle con él. —¿voy a subirme ahí?, podemos caer..

—agh, no seas amargado. Sube, ¿o prefieres venir, al frente conmigo..?— le sonrió coqueto, recibiendo un leve golpe por parte de Soobin en la espalda, robándole una risa seguida de un leve quejido. —ash, ya cogimos Soobin, no debes tener vergüenza conmigo.

—¡Dios, baja la voz!, lo dices tan literal, que hace que me arrepienta de esa noche.— dijo avergonzado,  apoyándose en los hombros de Hueningkai para poder subir a la pieza sobresaliente en la rueda de la bicicleta, aferrándose bien a sus fuertes hombros que por alguna extraña razón, se le hacían atractivos. Todo en Hueningkai era realmente atractivo, y se preguntaba, ¿cómo era eso humanamente posible?, cuando él apenas se sentía merecedor de que él le mirará con otros ojos. Hueningkai rió escandalosamente, esperando a que Soobin subiera detrás de él para que finalmente comenzara el viaje. —calla, estoy seguro de que no te arrepientes.

—para nada.. supongo que era algo que esperaba hace tiempo, contigo.— confesó.

—¿podemos repetirlo esta noche?

chan chan chan 🫦
ya, aviso que en el siguiente capítulo habrá smut mucho más detallado, ok?, por si no les gusta, se pueden saltar el capítulo okei

gracias a mis 10 fans que siguen estando pendientes a las actualizaciones después de 2027 años, les amo con todo mi corazón de melón

pretty boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora