cuarenta y nueve.

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La semana transcurrió normal, fue demasiado corta para ser sinceros, en un abrir y cerrar de ojos ya era viernes, faltaban solamente unas horas para mandar todo a la mierda y disfrutar el fin de semana. Soobin se encontraba esperando a su amigo en la parada del autobús para poder irse juntos al colegio.

Durante la semana, estuvo pensando seriamente en decirle a sus amigos que por favor le invitarán a la fiesta. Realmente se iba a sentir muy mal si todos sus amigos iban y él se quedará en su habitación sin hacer nada, quería saber que era lo que se sentía ir a una, no tocaría alcohol, drogas ni mucho menos cuerpos ajenos, solamente quería tener un fin de semana distinto a lo que normalmente hacia, sabía que su madre no iba a negarle el permiso. Suspiró, se sentía un poco extraño todo este cambio repentino después de la secundaria.

Pronto, Beomgyu llegó, sorprendiéndole con un leve empujón para llevar su atención, cosa que hizo sobresaltar a Soobin.
—¡oye!, me asustaste..

—perdón, pero siempre tienes que estar pendiente a quien venga detrás de ti, ¿en qué estabas pensando para no darte cuenta de que vengo corriendo a tan solo escasos centímetros de ti?

—no en mucho.. ¿irás a la fiesta de mañana?— preguntó curioso, si Beomgyu aceptaba, él le pediría que lo incluyeran en el plan. Beomgyu asintió con una enorme sonrisa. —obvio amigo, ¿porqué?, ¿quieres ir?— Las mejillas de Soobin rápidamente se tornaron de un color carmesí y sus manos comenzaron a sudar, estaba nervioso de decirle a su amigo que sí, que también quería ser invitado, sin embargo, no quería verse entrometido. Beomgyu notó su nerviosismo y le ayudó un poco. —amigo, si quieres ir vamos, te hará bien. Tienes diecisiete años y jamás haz ido a una fiesta, ¿qué esperas para hacerlo?, le diré a los chicos que también irás, obvio desde un principio estabas contemplado.

—bien.. es sólo que.. me siento un poco raro, no sé que voy a hacer en un lugar de ese tipo. Me da miedo, me da miedo que me juzguen y digan "¿qué hace este nerd en una fiesta de gente cool como nosotros?", y me saquen a patadas. — Beomgyu rió escandalosamente por el comentario sarcástico de su amigo, vieron como a lo lejos se aproximaba el autobús que los llevaría al colegio, por lo que estuvieron atentos a que parará. —no te harán eso, yo no suelo beber ni mucho menos drogarme, solamente voy a bailar y ligar, ya sabes.. te cuidaré en todo momento, lo prometo.

Subieron al autobús, por lo que tuvieron que pasar un momento su conversación en lo que se dirigían a un asiento disponible cada uno. Soobin se sintió un poco más tranquilo, a decir verdad, Beomgyu siempre encontraba la manera de hacerle sentir más seguro. Suspiró y prestó atención al paisaje que se podía apreciar a través de la ventana a su lado.

Finalmente llegaron a su destino, lo sorprendente fue cuando llegaron a la par de Yeonjun, quien se encontraba bajando de un taxi de aplicación, pero lo más extraño, era que Taehyun no estaba a su lado y mucho menos le vieron salir del auto. El pelinegro los vió a lo lejos, por lo que se apresuró para llegar a donde sus amigos, quienes recientemente estaban bajando del autobús. —hola, ¿cómo están hoy?—les saludó un poco agitado, parecía que había corrido ochenta kilómetros.

—guapos y hermosos, ¿y tú?— le respondió Beomgyu de forma irónica. Yeonjun se rió por el chiste, pero tal vez a Soobin no le causó mucha gracia. —estamos bien, ¿dónde está Taehyun?— respondió el más alto.

—no lo sé, bueno, él dijo que faltaría hoy porque debía ir a buscar a alguien a la central de autobuses, supongo que debe ser un familiar suyo por parte de su padre, supongo, no conozco a toda su familia, ellos a veces suelen ser un poco desagradables. En fin, lo veremos mañana en la fiesta, ¿te animas a ir Soobin?, podemos ayudarte a familiarizarte con el ambiente.

—seguro.. debo pedir permiso antes, de ser así.. ¿dónde nos veríamos?

—en mi casa, ve a la de Beomgyu después de las cinco y después vayan a mi casa, pediré un taxi para todos. Tengo muchos descuentos en la aplicación, siempre sale muy barato.

—presumido, ¡Todos sabemos que tienes hackeado el Uber!

Realmente estaba muy emocionado de volver a Seúl, donde pasó la mayor parte de su infancia. Donde fue feliz durante mucho tiempo. Se reuniría con Lea en la central de autobuses, la vería después de tanto tiempo estar lejos de ella, de verdad la extrañaba muchísimo, además, ella le tenía una sorpresa, se preguntaba, ¿qué sería?, ¿boletos sorpresa para ir al parque de diversiones al que amaba ir cuando era niño?, si era eso, solamente esperaba que no tuviera nada que ver con una montaña rusa. Algo que igualmente le tenía inquieto, era la facilidad que tuvo su padre al darle permiso de salir de su ciudad por dos semanas, no era el tiempo estimado en el que su profesor se recuperaría, quizá lo haría antes, pero no le importaba, le agradaba no tomar sus clases y despejarse, respirar otro aire, ver a su hermana y comer muchas cosas en la ciudad.

El viaje fue largo, sin embargo, pronto llegó a su destino, una corriente eléctrica le removió todo su cuerpo al mirar por la ventana del autobús el cartelon que indicaba la entrada de la central, estaba a escasos minutos de ver y abrazar a su hermana, de bajarse de ese incómodo autobús y ser feliz. Estaba muy emocionado.

El autobús finalmente se estacionó en su base, fue paciente al dejar que los demás pasajeros bajarán del autobús y buscarán su equipaje en el maletero, su emoción era muchísima, pero quería evitarse un accidente solamente por impaciente. Cargó su mochila encima de sus hombros y se dirigió a la salida, buscando con la mirada a su hermana, la vió a lo lejos en la pequeña sala de espera frente a la base de autobuses, ella también lo vió, dirigiéndose a pasos lentos hacia él, debido a que estaba prohibido correr en la zona.

Alguien más le acompañaba a Lea, un chico casi de la misma estatura que su hermana, rubio y delgado, ¿su hermana tenía novio y no le había dicho nada?, eso se le hacía una enorme falta de respeto. Su hermana llegó a él y la abrazó con todas sus fuerzas, estaba tan feliz de verla. —¡estás enorme, bebé!, ¿qué tal estuvo tu viaje?, ¿cómo te sientes?— le pregunto entusiasmada su hermana, tenía meses de no verle, sin embargo, Hueningkai crecía cada vez más. De eso estaba consciente, lo recordaba incluso más pequeñito.

—bien, estoy muy feliz de llegar. Te extrañe mucho, Lea.— giró su mirada hacia el rubio escondido detrás de su hermana, su novio parecía ser muy tímido, o quizá estaba incómodo de ser arrastrado hasta ahí a traer al hermano de su novia, quizá era eso. —hola, ¿eres el novio de mi hermana?

Ambos chicos se miraron y luego rieron nerviosos. —¿no te acuerdas de él?, bueno, primero, no es mi novio jajaja, quiero que lo veas bien y hagas memoria, ¿de acuerdo?

Hueningkai le miró con atención, claramente iba a reconocer esos grandes y brillosos ojos a kilómetros. Chilló al instante de reconocerle y se abalanzó contra él, envolviendo sus brazos en un gigantesco abrazo que duró un par de minutos. —¡Taehyun!, ¿quién te dijo que estaría aquí?, ¿viniste por mí, no es así?

—también me alegra verte Huening. Mi madre habló con Choa y le mencionó sobre tus vacaciones aquí, después, me comunique con Lea, sabía que ella te iba a recibir aquí, nos pusimos de acuerdo y bueno.. estoy aquí.

—este es el día más feliz de todos, gracias por esto.

pretty boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora