cincuenta y nueve.

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—Taehyun, ¿sabes algo de Hueningkai..?

—no de hecho, el fin de semana nos desvelamos jugando y desde ahí no ha respondido mis mensajes, a veces la cobertura no llega bien donde él vive. ¿Por qué la pregunta?

—simplemente quería saber..

Suspiró profundamente siguiendo su camino hacia el comedor del colegio, con la mirada cabizbaja y perdido en sus pensamientos, pensando seriamente en si debía comer o no, pensando seriamente en si verdaderamente su vida tenía algún sentido actualmente. Sus amigos ya estaban esperándoles en las bancas con sus respectivos almuerzos, solamente faltaban ellos dos por unirse a tomar el almuerzo. —¿A ti no te habla?— La voz de Taehyun le sacó de sus pensamientos, subiendo su mirada para poder hacer contacto visual con el rubio a su lado. —no, ni siquiera tengo su contacto.

Finalmente llegaron a donde Yeonjun y Beomgyu estaban sentados platicando de cualquier cosa, tomaron asiento y empezaron a almorzar. Estaba tan deprimido que ni siquiera tenía ganas de ingerir ni un solo bocado del sándwich de pollo que había comprado, quizá sobreviviría solamente a base de agua como ha venido haciendo los últimos días desde que vió a Hueningkai. Se sentía decaído, triste, agotado y solo, por no saber nada de él. Ese domingo solamente salió de su casa a las diez de la mañana, se despidió de él aún con un beso en los labios para después irse, dejando con él nada más que su chaqueta, evidentemente la conservó, ahora era suya, dormía con ella todas las noches bajo su almohada para poder recordar que era lo que se sentía estar pegado a él. Beomgyu quiso matarlo cuando se enteró de que se había escapado de la fiesta con él, más no supo todo lo que vivió esa noche. Pero ahora, todo estaba tranquilo. A excepción de su mente.

Y menos ahora que Sunghoon había venido juntándose con ellos las dos últimas semanas. Ahora podía sentir su presencia a la par de Taehyun, o sea, frente a él.
—hola, necesito que me den un consejo. ¿De qué podría trabajar para poder pagar un boleto de autobús a Busan?— habló el pelinegro recién llegado, mientras captaba la atención de todos ahí presentes.

—Beomgyu saca a pasear perros y le va muy bien, es por eso que siempre llega a dormir a las clases— se burló Yeonjun, recibiendo un codazo por parte de su amigo castaño a su lado. —tú no sabes la responsabilidad que conlleva llevar a cinco correas en cada una de tus manos a las seis de la madrugada.

—¿para qué quieres ir a Busan?, ¿no puedes pedirle dinero a tus padres?

—no puedo pedirle a ellos, el boleto es caro y.. digamos que, voy a escaparme.— Para este punto, ya todos estaban escuchando atentamente todo lo que decía Sunghoon, les parecía extraño que de la noche a la mañana quisiera partir a Busan y sin el permiso de sus padres. Soobin podía relacionar a Busan con una sola persona, y le aterraba intuir lo que estaba pensando en ese momento y que fuese cierto. Se dedicó a picar su fruta con el tenedor, tratando de evitar el contacto visual con algún miembro del grupo, quería parecer desinteresado, pero por dentro, se moría de curiosidad y a la vez, de miedo. —¿a quién irás a ver?, ¿o que piensas hacer en Busan tú solo?

—iré a ver a Kai, anoche estaba hablando con él y dejamos una salida pendiente el día que nos conocimos. Pero no le han dado permiso de venir, así que, me toca ir.— Sonaba realmente entusiasmado, y eso le hizo arder la sangre. Apretó con tanta fuerza el tenedor desechable, doblandolo al instante, haciendo que el duro material crujera y delatará su coraje, sin embargo, los demás miembros no le prestaron atención y solamente se dedicaron a escuchar.

Quería salir huyendo de ahí.

¿A Taehyun no le contestaba los mensajes hace dos días y con Sunghoon podía hablar a diario?, eso le parecía muy raro. Y lo raro, no le gustaba.

—iugh, ¿en serio te gusta él?

—claro que no, nada que ver. Seguro que a él tampoco le gusto, pero no me quejo si se llega a dar algo, experimentar no esta mal.


El camino a casa siempre era silencioso, Beomgyu amaba escuchar música y disfrutar del viaje en transporte público, era una forma de romantizarlo. Pero esta vez sabía que algo andaba mal con Soobin.

—hey, ¿cuánto me darías por este bebé?— Trató de llamar su atención, le haría saber que vendería su celular para cambiarlo por uno nuevo y él sabía que su amigo necesitaba uno. —no lo sé, nada quizá, eso no vale ni un centavo.— bromeó. —agh, cállate. Voy a cambiarlo la próxima semana, ¿quieres quedartelo?, no necesitas darme nada, quizá solamente pasarme las tareas y listo. Sirve aún, lo prometo.

Soobin sabía que no podía adquirir un celular nuevo tan fácilmente, tendría que rogarle de rodillas a su madre porque le comprase uno nuevo. La oferta de Beomgyu era atractiva, confiaba en él y definitivamente el celular de él era mucho mejor que la porquería que tenía. —bien, ¿por qué no?

—vale, te lo daré como nuevo ahora que lo cambie, ¿sí?— Soobin asintió. —¿te sientes bien?, te veo decaído desde que inicio el mes, ¿te pasa algo?, ¿volviste a pelear con tu madre?— Ese bombardeo de preguntas hizo que se le anudará la garganta, provocando un profundo suspiro que salió de repente. Soobin sabía que no podía ocultarle nada a su mejor amigo, se conocían bastante bien y a veces, llegaban a sentir lo mismo que el otro, como si compartieran la misma energía. Quería hablar, hace semanas que tenía un extraño sentimiento atorado y no encontraba la forma de cómo sacarlo de su pecho.

Aprovecho que aún faltaban unos veinte minutos más de camino, se recargo en el hombro de Beomgyu y habló. —no me quito a Hueningkai de la cabeza. Y esta vez no es como las otras veces, creí que todo había quedado solamente en un crush de la infancia y ya sabes, todo lo que hicimos en el pasado. Pero cuando lo ví, todo cambio. Esa noche nos besamos antes de quedarnos como nos encontraron esa mañana, y.. toda la semana no deje de pensar en él. Hasta que fuimos a casa de Yeonjun, ahí pasaron cosas que no voy a contarte con detalles por razones obvias. Y siento que me enamoré. Pero, ahora viene Sunghoon a restregar que lo verá cuando yo hace días que no sé nada de él.

—¿te lo tiraste?

—si lo dices así haces que me muera de vergüenza.— volteó hacia arriba donde estaba el rostro de Beomgyu con una expresión que reflejaba lo shockeado que estaba. —¿en serio te lo tiraste, Soobin?, ¿ya no eres virgen?— rápidamente le tapó la boca con sus manos, parecía que Beomgyu quería que todo el colectivo se enterará que ya no era virgen y que la había perdido con un tal Hueningkai. Quitó sus manos de la boca de Beomgyu cuando sintió un mordisco en sus dedos, haciendo que se quitará de golpe quejándose del dolor. —¡carajo!, solamente baja la voz, sí me acosté con él, ya no soy virgen, ¿sí?, ya cállate.

—escucha, ¿no has visto esos programas dramáticos donde la chica se entrega al chico por amor y no la vuelve a ver y encima de todo la deja embarazada?, tienes suerte de no tener útero. Aunque no está mal, Hueningkai es un tipo muy apuesto y está bien que experimentes, pero ya no está bien cuando comienzas con esas mariconadas de que lo extrañas y bla bla bla, cuando ni siquiera se conocen del todo. Tú escuchaste a Sunghoon, irá a verlo. Y no sabes si harán lo mismo que tú hiciste con él, ¿estás de acuerdo?, lo mejor es que te olvides de él y simplemente lo recuerdes como el tipo guapo que te quitó la virginidad y listo. Una relación a distancia no sirve y menos con un ojo alegre como lo es él.

Beomgyu tenía razón. Él lo sabía de sobra y en sus pensamientos rondaba esa idea, sin embargo, su corazón sentía otras cosas, por otro lado, tenía otra idea completamente distinta. Su corazón era mucho menos inteligente y le decía que debía amarlo, esperarlo y tratar de ganar su corazón de otra forma que no fuese insinuarse sexualmente.

Pero debía ser realista, no lo conocía en lo absoluto. La gente crece y cambia a lo largo de los años, sabía que Hueningkai no sería toda la vida ese niño risueño del que se enamoró cuando era pequeño.

Ahora empezaba a ver lo complicado que era amar.

pretty boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora