uno.

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Yoorim sabía que la primaria no sería una etapa fácil para su hijo, pero tenía que enfrentar las duras situaciones que se le cruzarán en su camino.

Ella estaba conciente de que su hijo era único y diferente entre los demás niños, y que por tener pensamientos diferentes lo señalarían.

Soobin, su único hijo no era como los demás niños, a Soobin le gustaba pintarse los labios como lo hacía Chaeyoung su prima.

A Soobin le gustaba jugar con las niñas de su calle, jugar con muñecas y trastecitos era su juego favorito.

A Soobin le gustaba ponerse lindos moñitos sobre su cabello.

Yoorim sabía que no era normal que un niño de cinco años le gustaran ese tipo de cosas.

Sin embargo, Yoorim quiere a su hijo tal y como es, no le importaba en lo absoluto si su pequeño le gustaba ser femenino.

Si a Soobin le gustaban los niños, estaba bien.

✧  

Era fin de semana, y a todos les gustaba reunirse en casa de Yoorim para convivir un rato.

Sus hermanas vendrían de visita, junto a sus esposos e hijos, un poco de compañía en casa no les vendría mal.

Ahora mismo, la mujer se encontraba preparando a su pequeño para recibir a las visitas.

—mami, ¿me veo bonito?— llamo la atención de su madre, quien aún se encontraba amarrando sus agujetas. Yoorim lo volteo a ver con una sonrisa, acaricio su esponjosa mejilla y le hablo con sinceridad.

—te ves muy bonito cielo, pero ahora bajemos abajo, no tardarán en llegar.— planto un besito en la frente de su hijo y lo tomo de la mano, yéndose juntos hacia la planta baja.

Soobin fue a sentarse en el sofá, a esperar a que sus familiares llegarán, mientras su madre se iba a la cocina para arreglar todo.

Sus pequeños piecitos eran demasiado cortos como para llegar a tocar el suelo, los balanceo entreteniendose con los ligeros movimientos de sus pies.

No tardando, el timbre sonó, y Yoorim fue corriendo a abrir la puerta y recibir a sus visitas.

Soobin supo que sus familiares ya estaban en casa cuando escucho las familiares voces de sus primas.

—¡Binie Binie!— las chillonas vocecitas de sus primas se hicieron presentes en la sala, Soobin de inmediato sonrió al ver a Chaeryeong y a Sowon.

—hola niñas.— saludo con una sonrisa a sus compañeras de juego los fines de semana.

Su sonrisa desapareció al ver a su tío JiHo entrar, no le caía muy bien, por qué le decía muchas cosas feas por su aspecto.

JiHo le decía maricón por gustarle las cosas que a las niñas les gusta.

Su mami siempre lo defiende, y aunque a veces terminan por pelearse, lo único que a su mamá le importa era que nadie lo lastimara.

—Binie, vayamos a jugar arriba, Sowon tiene juguetes nuevos.— hablo Chaeryeong, señalando la mochila rosada de su prima con una sonrisa entusiasmada.

Soobin asintió, y escaparon de ahí, antes de que JiHo lo atacará con sus horribles insultos.

Nisiquiera le dió tiempo de saludar a sus adorables tías, ni de perdir permiso a su madre para irse a jugar.

pretty boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora