Capítulo 9

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¿Qué es un “Profeta de sangre”?

-No lo sé. A mí también me sorprendió cuando me llamó así –susurró Laurel como respuesta a la pregunta de Severus –Pero no parece que sea algo malo.

   Severus asintió, realmente no sonaba como algo malo, más bien lo contrario, como si fuera una cualidad escasa y apreciada, valiosa. Si no, dudaba que los centauros los hubieran dejado ir sin más, creyendo en alguien que no conocían simplemente porque había jurado por su sangre. Debía averiguar sobre el tema, se dijo haciendo una nota mental para no olvidarlo, si eso había llegado a salvarle la vida quería al menos saber de qué se trataba.

-Suena a como si vinieras de una familia de videntes. “Profeta de Sangre”, puede ser también “Sangre de Profeta” –reflexionó, frunciendo el ceño intentando indagar en la frase – ¿En tu familia…?

   Severus se interrumpió, guardando silencio cuando Harry, quien se encontraba dormido en medio de ellos dos en la cama y por el cual habían estado hablando en susurros hasta el momento, se movió como si fuera a despertar.

   Ya era de noche, después de una larga tarde en el que el niño no se había despegado de su padre siquiera para permitirle cambiarse la túnica desgarrada de la excursión al Bosque Prohibido, todavía bastante asustado incluso para dormir solo, por lo que Severus tuvo que permitir (a regañadientes) que durmiera con ellos.

   “Sólo por esa noche”, como bien le había recalcado varias veces antes de que el niño finalmente sucumbiera al cansancio. Ahora ya dormía, y aunque hubieran podido llevarlo a su habitación, puesto que no despertaría tan fácilmente, no lo habían hecho, según Severus porque no quería que en medio de la noche el mocoso los despertara con  sus gritos al encontrarse solo.

   Laurel tenía una idea completamente diferente viendo cómo él acariciaba distraídamente de vez en cuando el cabello de Harry, pero se guardó muy bien de mencionarlo, no quería que dejara de hacerlo simplemente porque ella se lo señalaba, menos ahora que parecía más relajado a cuando se habían acostado recién, que estuvo bastante rígido con el niño aferrado a su cuello como si temiera caer de un momento a otro o pensara que su padre desaparecería dejándolo solo. Un miedo muy racional si se tenía en cuenta que hacía unos años había pasado por una especie de abandono cuando Laurel lo sacó de la casa de sus padres, y terminó provocando un cambio más que drástico en su vida; ya no parecía recordarlo realmente, pero el miedo se había quedado muy arraigado en él.

   A medida que avanzaban los minutos, Severus había ido relajándose tanto como Harry, que en un primer momento Laurel creyó que también se había dormido, hasta que hizo la pregunta, la misma que ella igualmente se había estado haciendo desde que pudo salir de todo el peligro que representaba el Bosque Prohibido.

> ¿En tu familia hay antecedentes de videntes? –Completó Severus la pregunta, en un susurro más bajo de lo que venían manteniendo, y después de unos segundos en silencio en los que Harry simplemente se acomodó más contra él.

-No, la verdad que no –negó Laurel, también bajando más su voz y acercándose más a Severus para que pudiera escucharla –En mi familia yo era la única que “veía” cosas –indicó, recordando aquella vez que, siendo pequeña, le contó a su madre sobre esas “imágenes” que veía; la mujer simplemente se rió, y palmeándole la cabeza le dijo que, de todas sus hijas, ella era la que había nacido con más imaginación. Su padre y hermanas mayores, no le dieron más importancia tampoco –Aunque también suena como si “profetizara” a través de la sangre. Pero no creo, –dijo descartando su propia teoría –no es como si alguien tuviera que cortarse para que yo empiece a ver cosas, es más bien por medio del contacto. Como esa primera vez que te vi en el Callejón, cuando te abrazaste a mí.

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