Severus Snape estaba muerto.Todo había comenzado desde que decidió ir por Laurel y Harry a la casa de la Hilandera, aun cuando sabía que sería una mala idea, que lo mejor era dejarlos donde estaban porque luego era seguro que se arrepentiría.
Cuando llegó allí los encontró en un estado completo de terror en medio del recibidor destrozado. Nunca se hubiera podido siquiera imaginar que todo eso se debía a la primera magia accidental de Harry, causada por el miedo de ver como lastimaban a su madre, pero cuando lo supiera no se sorprendería en lo más mínimo, se notaba que el niño tenía demasiada magia dentro.
Sin perder el tiempo se acercó a ellos en el preciso momento que el cielo raso caía, pero afortunadamente no fue sobre ellos, aun así Severus los cubrió con su cuerpo en un instinto de protección para evitarles cualquier tipo de daño. Luego, y aun sabiendo que no era seguro seguir allí porque la casa demasiado vieja podía llegar a caerse de un momento a otro, el murmullo asustado de Harry llamó su atención lo suficiente como para no desaparecer con ellos lejos de la destrucción.
-No pude cuidarla, papá. Lo siento. No pude cuidar a mamá del hombre que la lastimaba.
-No pasa nada, cariño. Estoy bien. No fue tu culpa –intentó calmarlo Laurel, pese a que se notaba que le costaba demasiado respirar con normalidad, y distaba mucho de estar bien.
Entonces Severus empezó a percatarse recién de lo que les rodeaba. No había motivo para que la casa estuviera así de destruida cuando las demás de alrededor se encontraban en perfecto estado.
No fue difícil dar con el culpable, el “hombre malo” del que seguía murmurando Harry mientras Laurel intentaba calmarlo e instaba a Severus para que se fueran de allí. Estaba a unos pocos metros de ellos, tirado en el suelo entre vidrios rotos. Severus se acercó al hombre, volteándolo con la punta del pie para ver de quien se trataba. El odio y las ganas de venganza creciendo dentro de él al reconocerlo.
No pensó en nada más, no fue consciente de nada más en ese momento que tenía enfrente al hombre que había estado buscando por años. El hombre que había vuelto a lastimar a Laurel, que había asustado a Harry.
Aun cuando los nombres de ellos estaban en su mente, no era plenamente consciente que los estaba dejando atrás en medio de una casa destruida cuando tomó al hombre del brazo y desapareció con él hacia un destino desconocido.
Laurel, acostumbrada a valerse por sí misma, no dudo un solo segundo en ponerse en marcha al verse sola de nuevo. Harry debía salir de allí antes de que entrara en pánico, algo que no tardaría en suceder si seguía llorando como lo hacía, pero no iba a ser sencillo volver a Hogwarts, no sin contar con una varita, y la suya había quedado reducida a astillas tras la explosión de magia.
La segunda varita que pierdo en este país, pensó mientras se agachaba a la altura de Harry para comprobar su estado, encontrando que el pequeño estaba sucio, lleno de polvo del techo derruido, pero afortunadamente no herido, lo cual agradecía a Merlín.
Como también agradecía que aun conservara la cadena que le había colocado al cuello aquella vez que se perdió en los pasillos del castillo la primera vez que decidió salir a explorar, teniendo sólo tres años de edad, y terminó por perderse. En ese momento se lo puso como una medida de seguridad para saber dónde estaba en cada momento y no volver a pasar por el susto que experimentó, pero ahora agradecía su previsión porque el colgante en forma de hoja de laurel de metal, aparte de un rastreador, también contaba con un traslador.
Era un dispositivo sencillo que su madre había creado para cada una de sus hijas, “Para que nunca pierdan el camino a casa”, según le había dicho. Sólo una vez antes lo había ocupado, cuando era una niña y se perdió en el campo; el traslador no funcionaba para distancias tan grandes y por lo mismo había sido imposible que la llevara nuevamente a América cuando su vida en el Reino Unido se volvió un infierno. Pero, tal como era su vida actualmente, “su hogar” ya no era la casa de sus padres sino Hogwarts.
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ADA(O)PTARTE
FanfictionLa vida de Severus Snape termina siendo unida a la de Harry Potter de una manera por demás extraña y poco ortodoxa. ¿Quien hubiera creído que llegaría a él como un regalo "para mejorar su humor" en medio de la noche?