Capítulo 26

6 2 0
                                    

—Que pasa?— habló Andrés rompiendo el silencio.

Antes de que llegara a visitarme acá al Coffbar cosa que me asombró ya que no esperaba una visita de su parte es más no esperaba a nadie como cualquier día solo terminar mi turno, Sebastián me permitió trabajar y hablar con él al mismo tiempo eso si prometía no distraerme cosa que era difícil, aquí estaba, observandome confundido, pues yo lo estaba más sumandole lo aterrada que me siento de contarle esto por primera vez a alguien siendo sincera.

Como digo todo aquello y ¿Por qué decidí esto ahora? Ni yo misma lo sé simplemente me dieron ganas de decir las cosas justo en este momento, claro no es tan fácil como hablar de un tema normal, se que debo calmarme pero los nervios me consumen más ¿Qué hago? ¿me odiaría por ocultarlo? Quizás si digo mentiras será peor y más cuando soy conciente que soy pésima en eso, no podría es que no es fácil.

Las palabras se trancan y no salen ligeras como esperaba.

—Escucha, no es sencillo...— miro sus ojos miel y sonrío— déjame contarte...

Respiré hondo tratando de encontrar una calma que hace tiempo perdí, buscando en mi interior ayuda de aquella fuerza que es casi nula.
Él guardo silencio, prestando atención a lo que tenía por decir confundido por mi afán, lo entendía perfectamente sin querer mi vista se nublo, parpadee varias veces para alejar aquellas lágrimas y trague saliva al sentir aquel molesto nudo en mi garganta, odio estar asi pensar lo que iba a decir hizo que recordara todo aquello, sentí como mi autoestima volvió a caer como un muro aplastandome.

—Yo..., la verdad..., cuando mi padre me echó de casa fue por problemas personales, entenderás el motivo de mi odio luego de escuchar todo lo que tengo por decir.

Tome aire, preparándome para todo ¿qué más da? Tuve mis motivos para ocultarlo, estaba rota y él llegó cuando todo esto sucedía aún sin saber nada queriendo saberlo todo cosa que era tonta porque no era su problema pero si, era más tonta yo por querer contarle todo como si fuera mi mas íntimo amigo. Empecé a relatarle lo que mi padre era y las cosas que me hizo, algún resumen de todo lo que pase a su lado a mi corta vida lo cual daba a entender el porque yo era así aunque siendo sincera no debería explicar mi vida a nadie ya que todos tenemos problemas la única diferencia es que unos estamos más jodidos que otros.

Una sonrisa triste se dibujo en mi rostro tras terminar de relatarle algunos sucesos de todo lo que pasó con mi padre, mientras le conté en algún punto sus ojos se abrieron de asombro y todo su cuerpo se tensó. Dejó de mirarme tan sólo me escuchaba, así se mantuvo hasta que terminé, volvió a observarme está vez con algo desconocido detrás de aquellos ojazos expresivos.

—No es facil, mi padre me abandonó cuando más lo necesite no quise hablar con nadie de eso porque a veces hay problemas que es mejor ocultarlos de los demás para nuestro bien, igual no quise meterte en eso...

—Confíar— su mirada se torno ausente mientras observaba un punto en mi pecho. —no te disculpes cuando todo lo que dices es horrible, es razonable actuar así, es más no merezco tanto y te agradezco que hayas confiado en mi, porque eso has hecho aunque no lo merezco. —sus ojos me observaron y en ellos pude ver algo; dolor, enojo.

Su actitud se sintió de una vez de una forma fría lo cual no me agrado nada, quizás mi error fue haber confiado eso sin ser la mitad de todo ¿Cómo reaccionaría al saberlo todo? Quizás se aleja para siempre.

—Te hizo llorar el profe?, ¿Terminaron?— una sonrisa se plasmó en el rostro de Carla.

Se sentó junto a Andrés y yo mirando alternativamente entre los dos con curiosidad en sus ojos oscuros. Una sonrisa traviesa surcó sus facciones al maquinar quien sabe que cosa en su mente, es una mona que desde que Andrés entró moja cuco de sólo verle.

—El y yo no tenemos nada, además no es su asunto— respondí calmada.

Una calma fingida porque en estos momentos justo deseo sacarle los ojos y tirarlos para que algún animal se coma esa escoria.

—Vine aquí porque me dijeron que estarías por acá ¿Que haces en este lugar?— observó con extrañesa como si fuera un lugar rarísimo. —Tengan cuidado digo, sería muy malo que alguien le dijiera a la directora, de esto. —Nos observó pensativa mientras hizo un puchero.

No la deje continuar, yo no estaba para amenazas estúpidas. Estaba cansada de vivir con miedo, ocultandome para que ninguna flecha me diera. Como en Gears cuando veía aquel monstruo ciego y era tan cobarde que me escondía de él.

—Lo que hagas me da igual, ve si eso te hace sentir mejor ¿tan ardida estas?— sonreí de lado y la miré con asco.

No dijo nada, ni siquiera me siguió y supuse di en el clavo. Andrés carraspeó llamando la atención de ella observándola con una mierda llena de advertencia, decisión.

—No es bueno ir por la vida amenazando, así nunca lograrás nada porque en realidad solo mostrarás lo desesperada que estás.

La cara de la chica palideció y visiblemente trago saliva afectada por su comentario, lo veo en sus ojos ¿Puede ser más patética?, ¿a caso sería yo así?. Lo observé fijamente y me levanté para continuar mi labor ya que la charla se  había entendido.

—Gracias por todo, estaremos hablando yo seguiré trabajando.

Continúe en mis cosas sintiendo inquietud en mi interior al dejarlos solos, suspiré al notar lo mucho que se ha colado él en mi vida y sobre todo lo malo que es eso para mí.

—Dios, ¡¡aquí estas!!— dejo salir aire ruidosamente y entorno los ojos. Quizás sospeche, soy transparente
—¿paso algo?— pregunto preocupada.

Su mano tomó mi cachete y acarició con suavidad, sus ojos me miraban con ternura y preocupación.

—Si Cloe no se si recuerdas que trabajo acá— puse mis ojos en blanco y la observé fijamente. —Tú... ¿Que haces aquí?.

Sus ojos por poco salen y brincan por todo lado, pensando que decir para tapar algo evidente no se porque no lo pensé antes. Suspiré de nuevo y di la vuelta echándole un brazo por encima atrayendola hacia mí.

—Vamos, lo que buscas está por aquí.

Por encima de mi hombro observé a Andrés regalandole una sonrisa de labios cerrados, él seguía con Carla y esta estaba más alegre que cuando estuve con ellos.

Tienes que ser fuerte, acepta que no todo es eterno y así duela hay que dejarlo ir, así nuestra vida pierda sentido en el proceso...

Quiéreme sin miedo (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora