Capítulo 27

6 3 0
                                    

El dolor y las cicatrices se abrazan,  juntando sus manos  para empezar a caminar aquél largo tramo  de la vida, esta vez más fuertes.

no importa que tanto me esforcé por comportarme normal en mis ojos hay enojo de eso estoy segura pero aparte de eso existe algo más.

Es un nuevo día, una persona normal me diría sonríe a la vida, tienes salud un trabajo y sobre todo comida, un techo donde vivir ¿Sabes cuántos no tienen esa dicha? Claro que lo sé, se perfectamente lo desagradecidos que somos muchas veces pero también se que no puedo ignorar el dolor que siento ahora, es como estar feliz y de un momento a otro toda esa felicidad se esfuma transformando esos recuerdos alegres en tristeza, en tormento, en dolor, porque pese a todo siempre regresamos a la primera fase como lo llamo yo y esa es; el dolor.

Maldito dolor.

Demonios, no se cuanto tiempo, minutos o segundos gaste para darme cuenta que fingir no sirve porque tan solo de verlo todo dentro de mi saltaba por todos lados. Nunca nadie me parecio tan jodidamente sexy como su sola presencia lo era y si, lo sé quizás exagero o tal vez no, no lo se.

Luego de la entrada inesperada de Carla a nuestra charla con Andrés el se comportó esta mañana frío en el colegio, tanto que de una estúpida forma no logré sacarlo de mi mente ¿Por qué? Ni yo misma lo sé, Cloe ayer se encontró con Sebastián y supe que dí justo en el clavo cuando él tomó su mano acercándola para estrecharla entre sus brazos, se veían bien sino supiera la edad de él pero ¿Quién era yo para juzgar? Para el amor no hay edad y además ella se ve que lo quiere, ha tenido muchos novios pero lo que ví en sus ojos fue honesto tanto así que me alarmó.


Llamada entrante.

-estas lista bombón- pregunto Cloe animada.

-no te imaginas- trate de sonar lo menos forzada posible.

Era tan fácil de leer que ni siquiera me tenían que ver para darse cuenta que estaba cabando un hueco para sepultarme ahí.

-aja, acá te espero.
Llamada finalizada.

Puse los ojos en blanco y respiré hondo, odio sentir esta maldita sensibilidad más que todo porque extrañaba aquella chica fuerte que fuí alguna vez, esa que me ayudo a salir adelante y vivir una vida normal sin morir en el intento.

Antes de él todo era oscuridad y mi mente estaba tan apagada que ni siquiera ánimos daban de levantarme y empezar el día, soñaba con dejar de respirar para alejar toda la tristeza y estar en un limbo en el cual no supiera nada, de nadie y mucho menos de mí.

Pero ahora ¿Por qué está en mi mente? Desde que esta hace que me sienta confundida, ni siquiera me gusta de verdad quizás solo es eso, un maldito gusto. Alisté lo que me hacía falta, empecé a caminar hacia la salida para ir a ver a mi amiga, queria desahogarme y pedirle perdón por haberle ocultado algo tan importante pero sobre todo dejarle en claro lo que sentí para hacerlo.

...

Luego de unas horas me encontraba en la puerta decidiendo si entrar o no aquel lugar oscuro pero bonito por las luces de colores que daban un aire de misterio y algo sensual. A unos pasos al fondo pude apreciar a Cloe con el celular en su mano derecha mientras en la otra sostenía una cerveza en lata, sus ojos se dirigieron a mi quizás al sentir mi mirada.

A su lado al frente de ella un joven con ojos oscuros, ropa negra y una gorra hacia atrás hizo que mis pies de momento olvidaran como caminar. De lejos no pude apreciar bien su rostro pero tenía una idea de quién es y lo peor de todo es que no me agrada ¿A qué mierda viene eso? Se supone que éramos solamente las dos; traidora.

Quiéreme sin miedo (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora