Capítulo 25

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Mis ojos se abren lentamente adaptándose a la luz, me levanto y los abro completamente, ayer no me ví con Cloe al llegar según me contó su mamá ella salió con un chico bastante atractivo con una sonrisa de oreja a oreja tal guasón suspiré recordando lo feliz que la he visto últimamente me alegra mucho pero también me da miedo.

No todo lo que nos ocurre a nosotros puede pasarles a los demás pero me es tan inevitable no sentir desconfianza es decir Sebastián es un buen tipo lo distingo de hace unos años y vivo agradecida por darme empleo por tener paciencia conmigo pero aún así no quiero que la lastime.

Es de humanos dañar, romper todo aquello que posee vida.

Tiendo la cama, cambio la sábana y el tendido doble faz, escojo una sabana color rojo carmesi muy bonita, de tendido doble uno gris oscuro que por el otro lado es verde amo los colores oscuros. El tendido queda perfectamente y me siento feliz alejando mis malos pensamientos. Vuelvo al clóset y esta vez saco mi uniforme para ir a estudiar son las cinco de la mañana asi que tengo tiempo de organizar bien todo.

Empiezo a buscar la escoba para barrer cada rincón de la casa que sea posible trato siempre cuando veo mugre recogerlo, luego de dejar la casa limpia, como lavar el baño, trapear, organizar cocina y demás me dirijo a la cocina de nuevo está vez para preparar café con leche.

El aroma del café se esparce por la casa indicándome que ya está, lo bajo de la estufa y lo aparto para agregar leche, saco unas galletas me dirijo al cuarto me siento y empiezo a comer, está vez comiendo mis ricas galletas de avena, mastico despacio y me tomo el tiempo de comer sin afán.

Al acabar reposo unos minutos me desvisto para dirigirme al baño a darme una corta pero tranquila ducha, el agua baja por todo mi cuerpo haciéndome sentir tan relajada que quisiera no salir lastimosamente tengo que volver a la realidad, tengo estudio y trabajo.

Salgo de la ducha y entro en el cuarto de nuevo a vestirme, mi cabello está tomando otra vez una tonalidad blanca lo pintaré de rosado o algo así pero cambiare de color. Al ya estar vestida tomo mi cabello y empezó a peinarlo con mis dedos, al final aplico crema para peinar en las puntas para no parecer un árbol, en mi mano derecha pongo una moña por si necesito recogerlo.

Mientras camino por la calle camino al colegio un tipo empieza a decirme cochinadas, trato de controlarme mentalmente estoy muy nerviosa, inconscientemente empiezo a correr para dirigirme a clase ya falta poco para llegar.

Al fin me encuentro en frente, mi respiración es acelerada y mis manos Sudan, trato de estar tranquila pero simplemente no puedo aquella mirada llena de morbo me trajo recuerdos, siento asco y muchísimo miedo ¿Aún no lo supere? Claro que no, imagino es normal no es algo que asimilas de la noche a la mañana a quien le miento, a pesar de tratar de olvidar en algún momento pasa algo como esto y ahí están esos malditos recuerdos.

Algunas lágrimas bajan por mis mejillas y las seco rápidamente, no quiero alarmar a nadie mucho menos dar lástima, además se que Cloe hará más preguntas que ni un loco cuando está perdido.

—¿Liz?—escucho a lo lejos.

Volteo para ver de dónde proviene esa voz, ahí viene Cloe con una expresión de preocupación, se acerca rápidamente y seca algunas lágrimas que no sabía había derramado sin darme cuenta.

—¿Estas bien?—  pregunta mirándome fijamente— demonios que pregunta tan tonta, obvio no lo estás— tomó mi mano para entrar.

Nos dirigimos a clase de artes y la profesora empezo a hablar de lo que se supone haremos. Según lo que medio escuche haremos un dibujo de lo que queremos ver en nuestra vida, opte por pensar como cualquiera de los que están acá, si yo fuera ellos ¿Que dibujaría?.

Quiéreme sin miedo (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora