Capitulo 7

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Sebastian Martínez

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Sebastian Martínez

—hola linda— saludo a Lizbeth— pensé que no vendrías

—perdón... Perdón...— dice llorando— tuve algunas cosas que hacer y se me hizo tarde— respondió con los ojos vidriosos y hinchados.

Era más que obvio que ella había pasado por un mal rato, su terror se notaba en su rostro así que me preocupe.

—¿Estas bien?— le pregunté aún sabiendo la respuesta.

—esto... Si, estoy bien—responde más bien para si misma.

—puedes empezar si deseas y si no tranquila... Tomate el día libre— dije calmadamente y preocupado por su reacción.

Al decir esto se adentro para atender y tratar bien a los clientes pero era mas que obvio que le  costaba. Se cambió rápidamente y empezó su labor,  pero sus ojos seguian tristes y llenos de miedo.

—¿En serio estas bien?, si quieres puedes venir mañana— la miré angustiado.

Ella parecía no escucharme, en ese momento agradecí que mi hermano llegará, no se cómo lidiar con situaciones así, ella está tan nerviosa... Tan frágil.

No es lo mio.

Andrés Martínez.

Salí de casa había decidido pasar por el bar a distraerme tome todo lo que pude y me me arregle, quería despejar el estrés de estos últimos días.

Al llegar divisé a mi hermano y a mi estudiante, Liz se veía mal estaba con sus manos temblorosas sus ojos vidriosos pasmados del terror.

—¿Estas bien? —pregunte pero no escucho.
—oye— le toque su hombro y lo apartó de un manoton.

—¡¡no me toques!!— gritó histérica.

Yo me quedé asombrado por su reacción. Al salir de ese shock me miró con sus ojos como platos, avergonzada por sus acciones.

—Per.. perdón yo...— volvió a hablar esta vez  tartamudeando era obvio que no fue intencional.

—hey tranquila... Vamos y te tomas algo para calmarte.

—si creo que... Me tomaré el día, perdon por todo — habló  nerviosa

— ya.. ya... Tranquila no pasa nada— mi hermano asintió comprensivo.

—Gracias— lo miró con pena.

Fuimos a tomar una mesa y nos sentamos a hablar, había un silencio incómodo que deseaba romper.

—como estas— pregunté de nuevo ignorando su evidente estado.

—eh... Perdón por lo de hoy, yo... No he estado bien.

—tranquila, si necesitas algo me dices.

Estuvimos hablando de sus notas y más sobre ella, hasta que decidió hacerme preguntas.

Quiéreme sin miedo (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora