Andrés Martínez.
Luego de llegar al parque me tomé mi tiempo disfrutando del buen lugar, se respiraba el aire puro además de que el lago se veía cristalino. Liz le daba de comer a los peces, amaba como su nariz se arrugaba y así mismo sus ojitos se hacían chinos.
Ella creía que podría retener sus lágrimas pero era obvio que estás eran mas fuertes que ella, sequé cada camino de ellas en sus mejillas.
-es hermoso el parque- se unió mi madre sacándome de mis pensamientos- lamento la interrupción, solo que me parece un lugar demaciado precioso incluso lo Siento pero me quedare más- dió una sonrisa amplia, sus ojos brillaban de felicidad.
-se lo tenían guardado muy bien ¿No?- mi hermano se mostró divertido.
Lo mire confundido. Lizbeth ni siquiera me veía como un amigo aún pese a las charlas cortas que hemos tenido últimamente. El que insinue eso hace que quiera reírme en su cara.
Acá estoy, la seguí, su manera tan fría hizo que quisiera indagar en su vida y no pensé que estaríamos unidos tan rápido, mi hermano me habló de una amiga suya pero jamás tuve interés en saber más.
-vamos, traje algunos bocadillos- mamá habló con un tono de alegría en su voz.
Comimos hablando de la vida, le conté a Sebastián porque obviamente no me hable de Lizbeth, falta su parte de porque nunca mencionó que eran tan cercanos. Mi madre se llevó de maravilla con Liz, decía que era un chica inteligente, apasionada y realmente lo era, mi mejor Alumna de ingles no era porque sobornara sus notas, ella se las merecía, nunca me pidió ayuda excepto para dibujar.
Lizbeth de seguir así con el pasar del tiempo sería una profesora y lo ganaría con esfuerzo no por palanca como paso conmigo, sería incluso la mejor profesora ¿Por que? Pues muy simple.
Cuando una persona hace todo con pasión, tiene más probabilidades de salir adelante y alcanzar la felicidad.
Al terminar de hablar más de nosotros y de ellos. Ver qué Lizbeth muy similar a mi en algunas cosas y a la vez tan diferente me agrada. Ya nos encontrábamos en mi auto rumbo a casa de mi hermano. Su casa es grande y como tal nos quedaremos allá así sea en el piso todo porque ella no se sienta incomoda... El transcurso fue corto pero entretenido entre más charlas había olvidado mi pasado, ya no se sentía incómodo tener de vuelta a mi madre.
Estacione en el garaje de su pañdre aunque ahora era suyo, entramos a su casa de inmediato mi madre empezó a preparar la comida porque según ella ya teníamos hambre aunque me di cuenta que si cuando el aroma a comida atacó todos mis sentidos.
Sebastian y yo empezamos a jugar en la xbox mientras ellas hablaban, tocaron la puerta y enseguida Liz se apresuró a abrirla encontrándose con dos mujeres supongo eran sus tías, aquellas mujeres duraron unos quince minutos, tal vez le entregaron algo y se fueron rápidamente.
-¿No quieren pasar?- pregunto Liz a sus dos tías.
-otro día vendremos, hoy solo veníamos a saludarte- sonrió una de ellas.
-cuidate mucho cariño, te veremos luego-hablo una de ellas dándole un beso en la mejilla seguido de un abrazo, así mismo la otra imitó el mismo gesto. Liz las vio marchar y entro mostrándome una sonrisa de tranquilidad, lo que me daba a entender que todo estaba bien.
Nos levantamos después de jugar para comer, la casa estaba muy limpia pero la diferencia es que ahora no tenía esa sensación de estar vacia, ahora era una casa llena de vida se sentían las buenas vibras, algunos cuadros de la sala tenían fotos de Liz con su padre donde a ella se le veía inmensamente feliz. Es increíble como una persona puede cambiar tanto, al parecer según ella decía él no siempre fue asi, supongo que aún no sabe sus motivos.
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Quiéreme sin miedo (En Proceso)
RomanceNunca tuvo alguien en quien apoyarse, era ella contra el mundo. Su música deprimente por más raro que fuera la hacía sentirse mejor, no quería seguir con una vida de mentira donde fingir se habia convertido en una rutina. ¿Como se puede dañar alguie...