Sebastián Martínez.
Despierto con la voz cantarina de mi madre, de pequeño Solía cantarme a mí y a Andrés para que así nos quedaramos dormidos. Las actitudes de mi padre respecto a el alcohol y los malos tratos que le daba a mi madre hacia que el sueño estuviera cada vez más lejos de nuestro alcance.
Entré a la cocina, me detuve mirándola desde el marco de la puerta. Ella estaba preparando un rico desayuno, aquellos huevos con tortilla y tostada que tanto nos gustaba, puede que a muchos no les agrade pero a nosotros si y es que teníamos gustos raros si de comida se trataba. Me acerqué y la abracé dándole un beso en la mejilla, se veía que estaba feliz, su voz iluminaba la casa.
—Etas muy feliz— me separé de ella— me agrada que estés mejor.
—Hoy veré a tu hermano, dije que iría a verlo—:suspira, se votea a verme y su sonrisa ya no está. Ahora su cara tiene una mueca de miedo— se que tu hermano tal véz me odia, pero espero me perdone...—sus ojos se cristalizan, sonrie triste mirándome.
—Tranquila ma, a pasado mucho tiempo, él estará bien, además no te conté pero ya está acá, anoche él y Lizbeth se quedaron.
—¿Lizbeth la muchacha que dijiste trabaja para ti?— enarcó una ceja.
—Si, ella misma, larga historia...— sonreí de boca cerrada.
—Esperar a ver qué pasa hijo— me sonrió para luego salir de la cocina.
Con ella hemos estado hablando acerca de todo recordando nuestro pasado y de que nada es perfecto, nuestro papá fue una mierda pero a pesar de todo nosotros tuvimos nuestros momentos felices sin él, Andrés se volvió una persona llena de odio después de que se mezcló con el ambiente de la calle, hace tan solo unos meses ha empezado a cambiar, es difícil transformar su vida pero por el momento está bien.
Eso quiero creer.
Me doy una larga ducha, al salir me arreglo poniendo todo en orden. Le comento a mi madre para que hable con Andrés y nos veamos en la tarde para salir, no se cual será su plan pero ella está feliz de que por fin el odio pase hacer pasado, eso es lo que siempre hemos querido.
Andrés Martínez.
Creo que lo mejor es perdonar
Sebastián me contó que mi madre está acá y un buen paso sería este, no me perdonaría perderla cuando ni siquiera he hablado mucho con ella. El odio te ciega hasta el punto de sacar a la luz lo peor de ti.Me quedé con liz , ella en la cama y yo en el "comodo" suelo. Ella no ha mencionado nada respecto a lo que pasó y de verdad lo agradezco, de aquello según sé que su agresor el tipo que nos apuñaló está tras las rejas, así que de todos modos debemos ser cuidadosos.
Me bañé y ya estoy listo ahora trato de darle privacidad a ella para que se duche pero es imposible, ella sale con su cabello azul mojado y si, decidió cambiarse el color. Dijo que su subconsciente le pedía a gritos que se lo tinturara y así fue, le luce.
—Hoy te ves hermosa— le doy una sonrisa enorme— miento...— ella me mira confundía— siempre estás hermosa— su rostro cambia, una sonrisa tímida aparece.
—Gracias— responde con duda.
Suspiro cansado de ver lo negativa que puede ser a veces pero en el fondo la entiendo, su vida según lo poco que se, no ha sido nada sencilla.
—y... lo se, me gusta que me veas así... Es solo que... No encuentro nada de lo que apegarme y decir que soy linda. no creo llegar a tanto— dice seguramente leyendo mis pensamientos.
A veces me gustaría saber que pasa por la cabeza de esta chica, el odiarse tanto creo que tiene razón de ser..., me gustaría saber porqué se trata de esa manera.
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Quiéreme sin miedo (En Proceso)
RomanceNunca tuvo alguien en quien apoyarse, era ella contra el mundo. Su música deprimente por más raro que fuera la hacía sentirse mejor, no quería seguir con una vida de mentira donde fingir se habia convertido en una rutina. ¿Como se puede dañar alguie...